EL RECOGIMIENTO DE ISRAEL
Dios se ha a cordado del convenio que hizo con la casa de Israel de que los juntaría de nuevo a sus propias tierras su destierro y de su larga y amarga dispersión. También se ha acordado de Babilonia la grande y de todos sus pecados.
Dios se ha a cordado del convenio que hizo con la casa de Israel de que los juntaría de nuevo a sus propias tierras su destierro y de su larga y amarga dispersión. También se ha acordado de Babilonia la grande y de todos sus pecados.
!Ay, hay de los habitantes de la tierra; el Diablo se ríe de ellos por la gran destrucción que se avecina porque muchos han caído en sus garras y en su engaño!!!
Y muchísimos mas caerán, aun vivos en el lago de fuego y azufre como los que pugnaron como Moisés y Aarón durante el éxodo de los hijos de Israel de Egipto, si es que no se arrepienten y vienen a Jesucristo. Jesucristo es el profeta de quien hablo moisés que habría de venir y el que fue rechazado por los suyos, si el Juez Justo, El Santo de Israel. El nos ha llamado y no hemos escuchado y quien no venga a el con integro propósito de corazón será condenado. Porque ciertamente el Señor prepara una vía para recoger a su pueblo y reinar con justicia a fin de cumplir las palabras que dijo a Moisés diciendo:
El Señor vuestro Dios os levantara profeta, semejante a mí, a El oires en todo lo que os dijere. Y acontecerá que todos aquellos que no quieran escuchar a ese profeta serán desarraigados entre el pueblo. (Hechos 3: 22-23)
Temed y temblad. Porque así ha dicho el Señor a los hijos del convenio por boca de sus santos profetas, oh casa de Israel:
El Señor Dios me dio la lengua de los sabios para poder hablarte en sazón. Oh casa de Israel. Cuando estas cansada el vela de aurora en aurora; el habré mi oído para que oiga como los sabios. El Señor Dios me abrió el oído y no fui rebelde, ni me torne atrás. Entregue mis espaldas al heridor, y mis mejillas a los que arrancaban la barba. No escondí mi rostro de la humillación ni del esputo. Porque le Señor Dios me ayudara, de modo que no seré confundido. Por eso he puesto mi rostro como pedernal, y se que no seré avergonzado. Y el Señor esta cerca y me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Presentémonos juntos. ¿Quien es mi adversario? Preséntense a mí, y yo lo heriré con la fuerza de mi boca. Porque el Señor Dios me ayudara Y todos los que me condenen, he aquí, todos envejecerán como ropa de vestir, y la polilla se los comerá. ¿Quien hay entre vosotros que teme al Señor? Que obedece la voz de su siervo, que anda en tinieblas y carece de Luz. He aquí todos vosotros que encendéis fuego, que os rodeáis de centellas, andad a luz de vuestro fuego y de las centellas que encendisteis. Esto os vendrá de mi mano. En angustia yacerás.
Venid, razonemos y os enseñare. Y os muestro que existen únicamente dos iglesias sobre toda la faz de la tierra. Una es la Iglesia de Dios y la otra es la iglesia del Diablo. Y quien no pertenezca a la iglesia de Jesucristo, restaurada, edificada y debidamente autorizada de Dios, en estos últimos días, forzosamente pertenece a La iglesia del Diablo. Porque solo hay un nombre dado en el cielo y debajo del cielo por el cual el hombre puede ser salvo. Y ese nombre es Jesucristo.
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez
malkiyahu@yahoo.com
El Señor vuestro Dios os levantara profeta, semejante a mí, a El oires en todo lo que os dijere. Y acontecerá que todos aquellos que no quieran escuchar a ese profeta serán desarraigados entre el pueblo. (Hechos 3: 22-23)
Temed y temblad. Porque así ha dicho el Señor a los hijos del convenio por boca de sus santos profetas, oh casa de Israel:
El Señor Dios me dio la lengua de los sabios para poder hablarte en sazón. Oh casa de Israel. Cuando estas cansada el vela de aurora en aurora; el habré mi oído para que oiga como los sabios. El Señor Dios me abrió el oído y no fui rebelde, ni me torne atrás. Entregue mis espaldas al heridor, y mis mejillas a los que arrancaban la barba. No escondí mi rostro de la humillación ni del esputo. Porque le Señor Dios me ayudara, de modo que no seré confundido. Por eso he puesto mi rostro como pedernal, y se que no seré avergonzado. Y el Señor esta cerca y me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? Presentémonos juntos. ¿Quien es mi adversario? Preséntense a mí, y yo lo heriré con la fuerza de mi boca. Porque el Señor Dios me ayudara Y todos los que me condenen, he aquí, todos envejecerán como ropa de vestir, y la polilla se los comerá. ¿Quien hay entre vosotros que teme al Señor? Que obedece la voz de su siervo, que anda en tinieblas y carece de Luz. He aquí todos vosotros que encendéis fuego, que os rodeáis de centellas, andad a luz de vuestro fuego y de las centellas que encendisteis. Esto os vendrá de mi mano. En angustia yacerás.
Venid, razonemos y os enseñare. Y os muestro que existen únicamente dos iglesias sobre toda la faz de la tierra. Una es la Iglesia de Dios y la otra es la iglesia del Diablo. Y quien no pertenezca a la iglesia de Jesucristo, restaurada, edificada y debidamente autorizada de Dios, en estos últimos días, forzosamente pertenece a La iglesia del Diablo. Porque solo hay un nombre dado en el cielo y debajo del cielo por el cual el hombre puede ser salvo. Y ese nombre es Jesucristo.
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez
malkiyahu@yahoo.com
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