Thursday, March 10, 2011

Buenas Nuevas de Gran Gozo!


Sión, 10 de Marzo del 2011


Queridos Hermanos y hermanas y demás familia y amigos.



Hoy día ha sido un día muy particular para mi porque el Señor ha contestado mis oraciones y me proporciona día tras día la oportunidad de servir. Y como la escritura claramente nos lo manifiesta, yo se que cuando estamos al servicio de nuestros semejantes solo nos encontramos al servicio de nuestro Dios.


Y he aquí, os digo estas cosas para que aprendáis sabiduría; para que sepáis que cuando os halláis al servicio de vuestros semejantes, sólo estáis al servicio de vuestro Dios.

(Libro de Mormón Mosíah 2:17)



A mi me gusta conocer mucho del evangelio de Jesucristo, y me deleito en las escrituras sagradas y en las doctrinas de la iglesia de Jesucristo; pero me gusta mas ponerlos en practica en mi diario vivir tanto como la oportunidad y los medios disponibles me los permiten.



Hermanos, Por lo general yo predico el evangelio eterno a personas extrañas con el son de trompeta larga y fuertemente como Juan el bautista, preparando el camino y enderezando el sendero del Señor para algo mejor que ha de venir. Y casi nunca soy impulsado a enseñar de esta manera a los nuestros dentro de la puerta del reino. Quizás ha sido porque no tenía la debida autoridad o potestad para hacerlo independientemente y con poder de lo alto. No obstante, hoy se me ha dado la oportunidad muy deseada de compartir algunas inquietudes e instrucciones sagradas con ustedes. Y no se me dificulta en lo mínimo obrar y hablar con toda franqueza porque para este fin fui llamado y ordenado.



Ustedes saben que nuestro presidente de rama esta a cargo de las necesidades temporales y espirituales de los miembros de la rama, pero como presidente del quórum de Elderes a mi se me ha escogido y capacitado; y el Señor me ha calificado como agente del presidente para atender algunas de las necesidades espirituales de mis hermanos y hermanas en el evangelio cuando alguien con autoridad mayor no este presente o dispuesto. Porque la misión de la iglesia de Jesucristo como nos lo han dicho nuestros lideres es predicar el evangelio, perfeccionar a los santo y redimir a los muertos. Y este es el motivo primordial por el cual hoy me dirijo a ustedes por este medio particular en esta perfecta ocasión. Y no lo hago de mi mismo sino como alguien comisionado por y en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. De EL sea toda la honra, la gloria y el poder para siempre amen.



Así que para hacer las cosas correctamente me despido y me despojo de mi mismo y como con palabras de un Ángel o mensajero enviado de lo alto y debidamente comisionado les digo a ustedes: No temáis, sed de buen ánimo, sed valientes y esfuércense, porque traigo buenas nuevas de gran gozo para muchos. Porque: He aquí tu Dios reina! Nuestro Señor Jesucristo es Rey de Reyes y Señor de Señores. Y el ejerce con toda sabiduría y poder su voluntad tanto en la tierra como en el cielo; y el me ha enviado y su espíritu. No yo, sino, El Ángel Miguel, desea instruiros en lo que en breve se realizara. Estas son cosas que atañen a vuestro crecimiento y a vuestro progreso espiritual así como a vuestra completa redención. Así que preparaos desde ahora con ayuno y con oración porque estáis por recibir en el propio y debido tiempo del Señor una bendición que jamás pensaste que recibirías.



Hermanos y hermanas, ustedes ya deben saber que los primeros principios del evangelio eterno son, la fe en el Señor Jesucristo, el arrepentimiento, el bautismo por inmersión para la remisión de pecados y la recepción del espíritu Santo por los que tienen debida autoridad; que nos propicia un bautismo de fuego que nos hace elegibles y nos conduce como nuevas criaturas hasta la presencia de Dios. Algunos de ustedes ya entraron por la puerta estrecha y esta el camino angosto dando pasos firmes en la dirección correcta hasta la presencia de Dios. El Señor se complace en la humildad y en la virtud de quienes le buscan diligentemente y a estos EL los califica para bendiciones mayores que cada vez nos acercan mas a EL. Hermanos, el bautismo y la recepción del don del espíritu santo son solo la primera y la segunda ordenanza del evangelio de las siete que junto con el cumplimiento de los santos mandamientos nos son requeridas a todos para volver a la presencia de Dios y obtener la vida eterna. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos. Y porque no son escogidos? Por causa de las desobediencia a los santos mandamientos, y por las tradiciones de sus padres que los despoja de la luz y la verdad. Y porque han puesto su corazón de tal manera en las cosas del mundo que no tienen porción con el espíritu de Dios. Y así no los manifiesta el Señor:



porque escogieron las malas obras en lugar de las buenas; por lo que el espíritu del diablo entró en ellos y se posesionó de su casa— éstos serán echados a las tinieblas de afuera; habrá llantos y lamentos y el crujir de dientes, y esto a causa de su propia iniquidad, pues fueron llevados cautivos por la voluntad del diablo.

(Libro de Mormón Alma 40:13)


Hermanos y consiervos, aun cuando nos bautizamos existe todavía la posibilidad de ser engañados por la sutileza del adversario de toda rectitud tanto afuera como dentro de la puerta del reino de Dios y así caer de la gracia divina. Y hasta que no seamos lavados, ungidos y pronunciados limpios de los pecados y de la sangre de esta generación perversa y porfiada por medio de unas muy santas ordenanzas adicionales al bautismo y a la confirmación, no estaremos exentos de estos peligros. Y además de esto, también es necesario que seamos revestidos con poder de lo alto, como con una armadura para poder soportar de pie el día de la gran tentación que se avecina como esta descrito en el versículo 10 del tercer capitulo del libro de Apocalipsis. Porque este es un día oscuro y lúgubre de mucha tribulación que precipitadamente se nos aproxima como también nos lo manifiestan los profetas Joel y Sofonías en el antiguo testamento de la Biblia.



Y solo poniéndonos toda la armadura del Señor y permaneciendo en lugares santos, alejados de toda cosa inmunda no prevaleceran el infierno, ni nos dañaran la muerte ni los dardos ponzoñosos del adversario. Estas bendiciones y otras todavía más exaltadoras de las que hablo no se pueden obtener en la capilla porque se ha decretado por el orden del cielo que estas ordenanzas pertenecen al Templo o a la casa de Dios. Porque asi esta descrito en la Santaa Escrituras.



Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la entrada del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. Y tomarás las vestiduras y vestirás a Aarón con la túnica, y el manto del efod, y el efod y el pectoral, y le ceñirás con el cinto del efod; y pondrás la mitra sobre su cabeza, y sobre la mitra pondrás la diadema santa. Y tomarás el aceite de la unción y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás. Y harás que se acerquen sus hijos y les vestirás con las túnicas. Y les ceñirás la faja a Aarón y a sus hijos y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por estatuto perpetuo. Y consagrarás a Aarón y a sus hijos.


(Éxodos 29:4-9)


Como veis ante vosotros, el Señor no ha hablado en secreto y todas estas santas ordenanzas nos han sido restauradas y ahora hay también un gran poder en la tierra y en nuestra Iglesia que registra en los cielos lo que se registra en la tierra. Y que lo que se desata en la tierra también sea desatado en los cielos. Este es el poder sellador de Elías, el profeta que subió al cielo en un carro de fuego sin gustar la muerte. El señor prometió desde los tiempos de Moisés que nos lo enviaría en estos últimos días como un mensajero para darnos la potestad y así habilitarnos para poder sellar sobre nosotros las bendiciones y las promesas hechas a los patriarcas. Para que así nuestros corazones se tornaran hacia el de ellos y el corazón de ellos al de nosotros, de no ser así, toda la tierra seria enteramente herida con una penosa maldición a la venida en fulgente Gloria de nuestro Señor. Escrito esta:



PORQUE he aquí, viene el día que arderá como un horno; y todos los soberbios, sí, y todos los que obran inicuamente serán rastrojo; y aquel día que viene los abrasará, dice el Señor de los Ejércitos, de modo que no les dejará ni raíz ni rama. Pero para vosotros que teméis mi nombre, surgirá el Hijo de Justicia, con salvación en sus alas; y saldréis, y os criaréis como terneros en el establo. Y hollaréis a los malvados; porque serán como cenizas bajo las plantas de vuestros pies el día en que yo haga esto, dice el Señor de los Ejércitos. Recordad la ley de Moisés, mi siervo, la cual le decreté en Horeb para todo Israel, con los estatutos y juicios. He aquí, yo os enviaré a Elías el profeta antes que venga el día grande y terrible del Señor; y él volverá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a sus padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con una maldición.



(Libro de Mormón 3 Nefi 25:1 - 6) Compare también con Malaquias 4




Esta profecía que ustedes acaban de leer anteriormente se cumplió plenamente cuando El señor Jesucristo vino súbitamente a su Templo en Kirtland, Ohio el día 3 de Abril de 1836, de lo cual se manifiesta lo siguiente:


Concluida esta visión, se nos desplegó otra visión grande y gloriosa; porque Elías el profeta, que fue llevado al cielo sin gustar la muerte, se apareció ante nosotros, y dijo: He aquí, ha llegado plenamente el tiempo del cual se habló por boca de Malaquías, testificando que él [Elías el profeta] sería enviado antes que viniera el día grande y terrible del Señor, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y el de los hijos a los padres, para que el mundo entero no fuera herido con una maldición. Por tanto, se entregan en vuestras manos las llaves de esta dispensación; y por esto sabréis que el día grande y terrible del Señor está cerca, sí, a las puertas.


(Doctrina y Convenios Sección 110:13 - 16)




Nosotros estamos ahora siendo recogidos de los cuatro ángulos de la tierra porque por el más largo tiempo, hemos sido un pueblo perdido, perverso, errante, porfiado y disperso. No obstante, las tiernas misericordias del Señor nos pueden alcanzar, porque somos vástagos o ramas del pueblo antiguo de Israel, y ahora somos elegibles de muchas grandes y preciosas bendiciones prometidas por Dios a nuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob y a los su posteridad que busquen el rostro de su Dios. Por lo cual, El Señor Jesucristo, el Dios de toda la tierra y mas particularmente de la casa de Israel, desea que ustedes y toda su parentela tanto de vivos como de muertos de generaciones pasadas como futuras se preparen para recibir estas bendiciones que han estado vedadas, no de los santos, pero del mundo en general; y que ahora están disponibles para todos los miembros dignos del reino de Dios establecido en estos últimos días.



Estas bendiciones adicionales los prepararan a ustedes para perfeccionarse y así poder entrar, soportar y poder vivir eternamente en la predecía de Dios. Estas son las ordenanzas coronadoras del evangelio eterno que se registran tanto en la tierra como en el cielo y que se efectúan solemnemente tanto a favor de los vivos como de los muertos. Y de no recibirlas después de haber tenido la amplia oportunidad, seriamos maldecidos perdiendo el derecho a una familia eterna que nos uniría a la familia celestial. Y si nos negamos estas bendiciones, quedaríamos solitariamente como Ángeles ministrantes de aquellos que alcanzaren un grado de gloria mayor. Seriamos como un arbol sin raíz ni rama o como eslabones perdidos de una gran cadena. Y eventualmente al salir de este mundo después de la resurrección y el juicio final, solo heredaríamos un grado de gloria menor o algún otro lugar que no es estar en la viva presencia de nuestro Dios. La salvación es gratuita para todos, pero la exaltación o la vida eterna tenemos que labrarla con temor y temblor todos los días de nuestra vida haciendo las obras que aquí le menciono tanto para vivos como para muertos.



Les parecerá atrevida esta enseñanza o doctrina que les estamos impartiendo, pero yo se y testifico solemnemente que esta en perfecta armonía con el designio y el eterno plan de Dios. José Smith supo como yo se de las inquietudes que algunos de nosotros tendríamos al respecto para entender y poder recibir estos asuntos y verdades. Y en base a eso el nos lo manifestó sabiamente a todos como yo lo estoy haciendo con ustedes, porque por epístolas el nos dijo lo siguiente:



A algunos les parecerá muy atrevida esta doctrina que discutimos: un poder que registra o ata en la tierra y también en los cielos. Sin embargo, en todas las edades del mundo, cada vez que el Señor ha dado una dispensación del sacerdocio a un hombre o grupo de hombres, por revelación efectiva, siempre se ha dado este poder. De manera que, todo cuanto esos hombres hicieron con autoridad, en el nombre del Señor, y lo hicieron verdadera y fielmente, y llevaron un registro adecuado y fiel de ello, esto llegó a ser una ley en la tierra y en los cielos, y, de acuerdo con los decretos del gran Jehová, no podía anularse. Esta palabra es verdadera. ¿Quién la puede oír?






Y además, he aquí el precedente, Mateo, capítulo 16, versículos 18 y 19: Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.






Ahora, el gran e importante secreto de todo el asunto, y el summum bonum de todo el tema que tenemos por delante consiste en obtener los poderes del Santo Sacerdocio. Al que se dan estas llaves no se le dificulta obtener conocimiento de los hechos relacionados con la salvación de los hijos de los hombres, tanto de los vivos como de los muertos. He aquí gloria y honra, inmortalidad y vida eterna: La ordenanza del bautismo en el agua, el ser sumergidos en ella a fin de que sea a semejanza de los muertos, para que un principio concuerde con el otro; el ser sumergidos en el agua y salir de ella es a semejanza de la resurrección de los muertos que salen de sus sepulcros; de modo que se instituyó esta ordenanza para establecer una relación con la ordenanza del bautismo por los muertos, siendo a semejanza de ellos.






Por consiguiente, se instituyó la pila bautismal como una semejanza del sepulcro, y se mandó colocar debajo del lugar donde los vivos suelen congregarse, para representar a los vivos y a los muertos, y para que todas las cosas tengan su semejanza, y para que concuerden unas con otras; lo terrenal correspondiendo a lo celestial, como lo ha declarado Pablo en 1 Corintios, capítulo 15, versículos 46 al 48. Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales. Y cual los registros en la tierra relacionados con vuestros muertos, debidamente llevados, tales también los registros en los cielos. Éste, pues, es el poder de sellar y ligar, y en un sentido de la palabra, las llaves del reino que consisten en la llave del conocimiento.






Y ahora, mis muy queridos hermanos y hermanas, permítaseme aseguraros que éstos son principios referentes a los muertos y a los vivos que no se pueden desatender, en lo que atañe a nuestra salvación. Porque su salvación es necesaria y esencial para la nuestra, como dice Pablo tocante a los padres: que ellos sin nosotros no pueden ser perfeccionados, ni tampoco podemos nosotros ser perfeccionados sin nuestros muertos.






Ahora, en cuanto al bautismo por los muertos, os citaré otro pasaje de Pablo, 1 Corintios, capítulo 15, versículo 29: De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si en ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos? Además, en relación con este pasaje, os citaré las palabras de uno de los profetas que tenía fija su vista en la restauración del sacerdocio, las glorias que se habrían de revelar en los postreros días, y de una manera especial, en este tema, el más glorioso de todos los que pertenecen al evangelio sempiterno, a saber, el bautismo por los muertos; porque dice Malaquías en el último capítulo, versículos cinco y seis: He aquí yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.






Pude haber dado una traducción más clara de esto, pero para mi objeto tiene suficiente claridad tal como está. Basta saber, en este caso, que la tierra será herida con una maldición, a menos que entre los padres y los hijos exista un eslabón conexivo de alguna clase, tocante a algún asunto u otro; y he aquí, ¿cuál es ese asunto? Es el bautismo por los muertos. Pues sin ellos nosotros no podemos perfeccionarnos, ni ellos pueden perfeccionarse sin nosotros. Ni tampoco podemos nosotros ni ellos perfeccionarnos sin los que han fallecido en el evangelio; porque al iniciarse la dispensación del cumplimiento de los tiempos, dispensación que ya está comenzando, es menester que una unión entera, completa y perfecta, así como un encadenamiento de dispensaciones, llaves, poderes y glorias se realicen y sean revelados desde los días de Adán hasta el tiempo presente. Y no sólo esto, sino que las cosas que jamás se han revelado desde la fundación del mundo, antes fueron escondidas de los sabios y entendidos, serán reveladas a los niños pequeños y a los de pecho en ésta, la dispensación del cumplimiento de los tiempos.






Ahora, ¿qué oímos en el evangelio que hemos recibido? ¡Una voz de alegría! Una voz de misericordia del cielo, y una voz de verdad que brota de la tierra; gozosas nuevas para los muertos; una voz de alegría para los vivos y los muertos; buenas nuevas de gran gozo. ¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies de los que traen alegres nuevas de cosas buenas, y que dicen a Sión: He aquí, tu Dios reina! ¡Como el rocío del Carmelo descenderá sobre ellos el conocimiento de Dios!






Y además, ¿qué oímos? ¡Alegres nuevas de Cumorah! Moroni, un ángel de los cielos, declarando el cumplimiento de los profetas: el libro que había de ser revelado. ¡Una voz del Señor en el yermo de Fayette, Condado de Séneca, dando a conocer a los tres testigos que darían testimonio del libro! ¡La voz de Miguel, en las riberas del Susquehanna, discerniendo al diablo cuando se apareció como ángel de luz! ¡La voz de Pedro, Santiago y Juan en el yermo despoblado entre Harmony, Condado de Susquehanna, y Colesville, Condado de Broome, en las márgenes del Susquehanna, declarando que poseían las llaves del reino y de la dispensación del cumplimiento de los tiempos!






¡Y además, la voz de Dios en la alcoba del anciano papá Whitmer, en Fayette, Condado de Séneca, y en varias ocasiones y en diversos lugares, en todas las peregrinaciones y tribulaciones de esta Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días! ¡Y la voz de Miguel, el arcángel; la voz de Gabriel, de Rafael y de diversos ángeles, desde Miguel o Adán, hasta el tiempo actual, todos ellos declarando su dispensación, sus derechos, sus llaves, sus honores, su majestad y gloria, y el poder de su sacerdocio; dando línea sobre línea, precepto tras precepto; un poco aquí, y otro poco allí; consolándonos con la promesa de lo que ha de venir en lo futuro, confirmando nuestra esperanza!






Hermanos, ¿no hemos de seguir adelante en una causa tan grande? Avanzad, en vez de retroceder. ¡Valor, hermanos; e id adelante, adelante a la victoria! ¡Regocíjense vuestros corazones y llenaos de alegría! ¡Prorrumpa la tierra en canto! ¡Alcen los muertos himnos de alabanza eterna al Rey Emanuel que, antes de existir el mundo, decretó lo que nos habilitaría para redimirlos de su prisión; porque los presos quedarán libres! ¡Griten de gozo las montañas, y todos vosotros, valles, clamad en voz alta; y todos vosotros, mares y tierra seca, proclamad las maravillas de vuestro Rey Eterno! ¡Ríos, arroyos y riachuelos, corred con alegría! ¡Alaben al Señor los bosques y todos los árboles del campo; y vosotras, rocas sólidas, llorad de gozo! ¡Canten en unión el sol, la luna y las estrellas del alba, y den voces de alegría todos los hijos de Dios! ¡Declaren para siempre jamás su nombre las creaciones eternas! Y otra vez digo: ¡Cuán gloriosa es la voz que oímos de los cielos, que proclama en nuestros oídos gloria, salvación, honra, inmortalidad y vida eterna; reinos, principados y potestades!






He aquí, está a punto de llegar el gran día del Señor; ¿y quién podrá soportar el día de su venida?, o ¿quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque es como fuego purificador y como jabón de lavadores; y se sentará como afinador y limpiador de la plata; porque purificará a los hijos de Leví, los depurará como a oro y como a plata, para que presenten al Señor una ofrenda en rectitud.






Ofrezcamos, pues, como iglesia y como pueblo, y como Santos de los Últimos Días, una ofrenda al Señor en rectitud; y presentemos en su santo templo, cuando quede terminado, un libro que contenga el registro de nuestros muertos, el cual sea digno de toda aceptación.






Hermanos, tengo muchas cosas que deciros referentes al tema; pero por ahora daré fin, y continuaré el asunto en alguna otra ocasión. Quedo de vosotros, como siempre, vuestro humilde siervo y constante amigo,






JOSÉ SMITH

(Doctrina y Convenios Sección 128:9 - 25)



Yo y todos mis hermanos en la Iglesia que les conocemos y les amamos; les invitamos a participar tan pronto como puedan de estas sagradas bendiciones como algunos de nosotros ya lo hemos hecho. Porque lo que EL Señor le dice a uno se lo dice a todos; y como ustedes podrá ver, estas palabras no son mías ni vienen de mí sino de Jesucristo; y tal como el Señor ha hablado así se cumplirán. Yo solo se las manifiesto para su instrucción, reflexión y su eterno provecho y beneficio como uno que tiene autoridad. Y lo hago en el Santo y Sagrado nombre de nuestro Señor Jesucristo Amen.



Atentamente le ha servido el pan de vida que nunca se acaba un indigno siervo en las manos de Cristo.



Miguel Ángel Tinoco Rodríguez

Sitio sobre los Templos



Sitio de investigación genealógica













Wednesday, March 2, 2011

El Corazón del Sermón del Monte.


Sión, Febrero 2 del 2011

Un Quórum del Sacerdocio Eficaz

Los Poseedores del Sacerdocio han de establecer de Nuevo a Sión



Este es el cuarto de una serie de artículos sobre los quorumes del sacerdocio y sus objetivos. Las Escrituras de nuestros días indican que los poseedores del Sacerdocio han de “establecer de nuevo a Sión”, según lo profetizo Isaías y como esta especificado en las Doctrinas y convenios. (Vease Isaias 52:1,8 y 113-8)



En base a esto, mis muy amados hermanos porque deberías ser muy amados, yo quisiera compartir lo que no se puede compartir porque no se puede explicar con palabras pero es un aceite muy valioso que se llama Kolob-Orion o Colirio que se obtiene gota a gota y no se todavía como trasferirlo, pero si puedo indicar a como obtenerlo individualmente. Esto se hace con escudriño de las escrituras, con ferviente oración, con gozoso ayuno, con fe o inmovible confianza en Dios, con mucho arrepentimiento y con obediencia a todos y cada uno de los mandamientos sin empero y a pesar de todo y a toda costa.



El Salvador le mando a Enoc que se untara los ojos con barro para que pudiera ver. En otras palabras le dijo a ve a tus padres y ellos te dirán todo lo que debes hacer o en otras palabras ve al Templo para que recibas tus lavamientos, tus unciones, tus instrucciones etc. Nefi, hijo de Lehi, como uno de los espíritus de una de las siete iglesias, se encontraba en la iglesia de LA ODISEA; es decir en una terrible incertidumbre y se sintió un pobre desdichado y un miserable al verse a si mismo su corrupción física con los ojos de la santidad. De igual manera se le mando construir su propio templo para el también poder recibir una piedrecilla blanca y así poder ver muchas cosas que Juan el Amado también vio pero que se le prohibió que escribiera. También, durante su ministerio terrenal, pese a las controversias que se le formularon por hacerlo, El Señor Jesucristo hizo ver a un ciego haciendo un poco de lodo con su saliva y le dijo que fuera al templo y se lavara en el estanque de Siloe; y que después que se mostrarse al sacerdote para que lo declarará limpio o sano. Esto de lo que hablo desde que tenemos templos sagrados en estos últimos días pasa todos los días y tiene mucho que ver o en común con en el libro de revelación o de Apocalipsis donde el Señor dice lo siguiente a las iglesias:

Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido y no tengo necesidad de ninguna cosa; y no sabes que tú eres un desdichado, y miserable, y pobre, y ciego y desnudo. Yo te aconsejo que compres de mí oro refinado en el fuego para que seas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio para que veas. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete. He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré y cenaré con él, y él conmigo. Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3

El Señor dijo sobre su cuerpo algo como esto, destruid este templo y lo reconstituiré en tres días. Porque cuando el discípulo esta preparado para recibir el Señor viene súbitamente a su templo. Y Su morada esta en las alturas y para bajar tiene que pasar muy cerca de su trono o por la constelación Kolob-Orion. Y en su trayectoria el no puede evitar remover el polvo reluciente de las estrellas. Si has ido al Templo en uno de esos días es muy posible que te impregnes con vestigios de su fulgente gloria y veas y sepas cosas maravillosas que ojo no vio y que oído no oyó ni que hayan llegado aun al corazón del hombre. Cosas que parecen pequeñas al entendimiento del hombre pero que obran potentes maravillas para la honra y la gloria de Dios. Yo se y testifico que un profeta puede hacer cosas santas, grandes y poderosas a la vista de Dios, esto no es ningún misterio. Pero un pecador arrepentido como Pablo y como alma entre otros puede hacer inexplicables maravillas que están escondidas de los sabios y confunden a los eruditos. Alma como Enoc y como Melchizedeck el príncipe de Salen o el rey de la paz obtuvieron el cielo. Y es por eso que yo y ustedes estamos acá. No cree este sitio o grupo para entretener sino para que nos ayudemos mutuamente a perfeccionarnos quizás alguno de esotro como ellos obtenga el cielo, suba o sea arrebatado a Sión.

Hermanos, ustedes y yo sabemos que José Smith fue y es un profeta y que la Iglesia a la que asistimos es la Iglesia verdadera de Jesucristo y lo será siempre. En las manos de Cristo el restauro muchas cosas pertinentes a la salvación del hombre. Entre ellas esta la traducción de muchas partes perdidas de la Biblia. Como ustedes podrán saber tenemos las palabras traducidas pero no sabemos lo importante o trascendente y la magnitud que son esas partes claras y preciosas que fueron omitidas por manos inicuas. Si nuestra meta es la perfección para poder establecer a Sión, creo que nos conviene saber lo siguiente:

Yo tengo una copia personal completa en Ingles de la traducción de la Biblia por medio de José Smith. Y leyendo una porción de la traducción de José Smith del Nuevo Testamento en el Libro de Mateo en el idioma Ingles; no hace mucho descubrí una omisión sumamente importante que nos fue restaurada por José Smith. Es en efecto la plenitud del evangelio eterno de Jesucristo que estaba al principio del Sermón del monte como en el versículo del dos o tres al cinco según los bloques numerados que ahora tenemos en la Biblia. Yo llamo esa omisión o parte clara y preciosa que fue quitada “El corazón del Sermón del Monte.” Y se que si reflexionamos con la mente del Señor, por muy bello que sea ese sermón que el nos dejo, este no tiene ninguna validez o eficacia en ninguna alma del mundo sin esos versículos que se omitieron pese a lo hermoso del sermón. El sermón del monte no fue dirigido al público en general sino específicamente a los miembros de la iglesia y Jesucristo o a los elegidos. El se lo estaba comunicando como en privado a sus apóstoles después de haberse el apartado de la multitud al Monte donde se los comunico.



Lo que quiero decir es que las bienaventuranzas del Sermón del Monte no tienen validez o no son efectivas en ninguna alma viviente de persona en el mundo, salvo los niños pequeños, porque nadie puede ser verdaderamente justo, o verdaderamente puro de corazón, o un verdadero príncipe de paz o pacificador, o sediento de justicia divina, o llorar para tener el derecho de ser consolado por el Santo Espíritu de la promesa, o ser Manso o pobre de espíritu, o recibir las bendiciones que se prometen en todas las bienaventuranzas sin antes haber ejercido la fe en Jesucristo, sin haberse arrepentido de los pecados, sin haberse bautizado por inmersión; y sin haber obtenido el don del espíritu santo por medio de la imposición de manos de alguien con autoridad. El Sermón del monte es una ley celestial de perfeccionamiento y estas cosas no se pueden obtener sin obtener primero las conversión o las ordenanzas básicas de salvación incluyendo el bautismo de fuego en o después de la imposición de manos.



He aquí un extracto de que lo que digo es cierto y verdadero porque esto fue lo que dijo Jesús a sus apóstoles, y no a la multitud en esos dos o tres versículos que se omitieron: De igual forma le sucedió a los Nefitas cuando el vino a visitar a nuestros padres después de su resurrección. Los que sobrevivieron las calamidades que acontecieron durante la muerte del Salvador fueron los más justos; y ellos debieron haber ya sido miembros de la Iglesia o por lo menos bautizados para poder obtener tan grandes cosas que el Señor personalmente les manifestó. Creo que la traducción de José Smith de la Biblia no esta enteramente traducida al lenguaje Español todavía como yo la tengo. Y este es el extracto perdido que yo quiero compartir con ustedes para su meditación y si es posible para su provecho eterno.



“Benditos son aquellos que creerán en mi; y otra vez, mas benditos son aquellos que creerán en vuestras palabras, cuando testifiquéis que me habéis visto y de que YO SOY. Si, benditos son aquellos que creerán en vuestras palabras y vengan a las profundidades de la humildad, y sean bautizados en mi nombre; porque ellos serán visitados con fuego y con el Espíritu Santo, y recibirán una remisión de sus pecados. Si, benditos son los puros de espíritu que vengan a mi, porque se ellos es el renio de los cielos.” “ Y otra vez, benditos son los que lloran……etc…”



Como podréis ver en el párrafo anterior estas cosas maravillosas que el señor estaban incluidas en ese bello Sermón y como leemos lo que el promete solo acontecen para nuestro eterno beneficio o es el modelo de perfeccionarnos pero solo después de haber entrado en la senda estrecha i angosta o en la puerta que conduce al reino de los cielos y no antes porque no puede haber bautismo de fuego sin el bautismo de agua y sin la ordenanza de la imposición de manos salvo que no exista otra manera como le sucedió a Alma y a José Smith i Oliverio Cowdery después de bautizarse el uno al otro.



Y así como estas omisiones hay otras partes claras y preciosas importantes que debemos sacar a la luz por nuestros propios dones y/o virtudes celestiales. Y que también dejan mucho que decir de los inicuos que metieron desautorizadamente sus narices en las Santas Escrituras y que deliberadamente las omitieron despojándolas de lo esencial. De igual forma yo creo que todas las profecías y revelaciones o escrituras sacrosantas están dirigidas mas particularmente a los escogidos que a la populación general que muy poco se pueden beneficiar de ellas sin haber recibido la adecuada conversión. Y termino esta jornada diciéndoos las mismas palabras que Alma utilizo cuando dijo:



Y ahora os digo, hermanos míos, si habéis experimentado un cambio en el corazón, y si habéis sentido el deseo de cantar la canción del amor que redime, quisiera preguntaros: ¿Podéis sentir esto ahora? ¿Habéis caminado, conservándoos irreprensibles delante de Dios? Si os tocase morir en este momento, ¿podríais decir, dentro de vosotros, que habéis sido suficientemente humildes? ¿que vuestros vestidos han sido lavados y blanqueados mediante la sangre de Cristo, que vendrá para redimir a su pueblo de sus pecados? He aquí, ¿os halláis despojados del orgullo? Si no, yo os digo que no estáis preparados para comparecer ante Dios. He aquí, debéis disponeros prontamente; porque el reino de los cielos pronto se acerca, y el que no esté preparado no tendrá vida eterna. He aquí, digo: ¿Hay entre vosotros quien no esté despojado de la envidia? Os digo que éste no está preparado; y quisiera que se preparase pronto, porque la hora está cerca, y no sabe cuándo llegará el momento; porque tal persona no se halla sin culpa. Y además, os digo: ¿Hay entre vosotros quien se burle de su hermano, o que acumule persecuciones sobre él?



¡Ay de tal persona, porque no está preparada; y el tiempo está cerca en que debe arrepentirse, o no puede ser salva Sí, ¡ay de todos vosotros, obradores de iniquidad! ¡Arrepentíos, arrepentíos, porque el Señor Dios lo ha dicho! He aquí, él invita a todos los hombres, pues a todos ellos se extienden los brazos de misericordia, y él dice: Arrepentíos, y os recibiré. Sí, dice él: Venid a mí, y participaréis del fruto del árbol de la vida; sí, comeréis y beberéis libremente del pan y de las aguas de la vida; sí, venid a mí y haced obras de rectitud, y no seréis talados y arrojados al fuego. Porque he aquí, el tiempo está cerca en que todo aquel que no diere buen fruto, o sea, el que no hiciere las obras de rectitud, tendrá razón para gritar y lamentarse.



¡Oh obradores de iniquidad, vosotros que os habéis engreído con las vanidades del mundo, vosotros que habéis declarado conocer las sendas de la rectitud, y, sin embargo, os habéis descarriado como ovejas sin pastor, no obstante que un pastor os ha llamado, y os está llamando aún, pero vosotros no queréis escuchar su voz!

He aquí, os digo que el buen pastor os llama; sí, y os llama en su propio nombre, el cual es el nombre de Cristo; y si no queréis dar oídos a la voz del buen pastor, al nombre por el cual sois llamados, he aquí, no sois las ovejas del buen pastor. Y si no sois las ovejas del buen pastor, ¿de qué rebaño sois? He aquí, os digo que el diablo es vuestro pastor, y vosotros sois de su rebaño; y ahora bien, ¿quién puede negarlo? He aquí, os digo que quien niega esto es un embustero e hijo del diablo. Porque os digo que todo lo que es bueno viene de Dios; y todo lo que es malo, del diablo procede.



Por lo tanto, si un hombre hace buenas obras, él escucha la voz del buen pastor y lo sigue; pero el que hace malas obras, éste se convierte en hijo del diablo, porque escucha su voz y lo sigue. Y el que hace esto tendrá que recibir de él su salario; por consiguiente, recibe como su salario la muerte, en cuanto a las cosas que pertenecen a la rectitud, ya que está muerto a toda buena obra. Y ahora bien, hermanos míos, quisiera que me escuchaseis, porque hablo con la fuerza de mi alma; porque, he aquí, os he hablado claramente de modo que no podéis errar, o sea, he hablado según los mandamientos de Dios.



Porque soy llamado para hablar de este modo, según el santo orden de Dios que está en Cristo Jesús; sí, se me manda que me levante y testifique a este pueblo las cosas que han hablado nuestros padres concernientes a lo que está por venir.

Y esto no es todo. ¿No suponéis que sé de estas cosas yo mismo? He aquí, os testifico que yo sé que estas cosas de que he hablado son verdaderas. Y ¿cómo suponéis que yo sé de su certeza? He aquí, os digo que el Santo Espíritu de Dios me las hace saber. He aquí, he ayunado y orado muchos días para poder saber estas cosas por mí mismo. Y ahora sé por mí mismo que son verdaderas; porque el Señor Dios me las ha manifestado por su Santo Espíritu; y éste es el espíritu de revelación que está en mí.



Y además, os digo que así se me ha revelado, que las palabras que nuestros padres han hablado son verdaderas, aun de conformidad con el espíritu de profecía que en mí se halla, el cual también es por la manifestación del Espíritu de Dios. Os digo yo que sé por mí mismo, que cuanto os diga concerniente a lo que ha de venir es verdad; y os digo que sé que Jesucristo vendrá; sí, el Hijo, el Unigénito del Padre, lleno de gracia, de misericordia y de verdad. Y he aquí, él es el que viene a quitar los pecados del mundo, sí, los pecados de todo hombre que crea firmemente en su nombre.



Y ahora os digo que éste es el orden según el cual soy llamado, sí, para predicar a mis amados hermanos, sí, y a todo el que mora sobre la tierra; sí, a predicar a todos, ora ancianos o jóvenes, ora esclavos o libres; sí, os digo, a los de edad avanzada y también a los de edad mediana y a la nueva generación; sí, para declararles que deben arrepentirse y nacer de nuevo.

Sí, el Espíritu así dice: Arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra, porque el reino de los cielos está cerca; sí, el Hijo de Dios viene en su gloria, en su fuerza, majestad, poder y dominio. Sí, amados hermanos míos, os digo que el Espíritu dice: He aquí la gloria del Rey de toda la tierra; y también el Rey del cielo brillará muy pronto entre todos los hijos de los hombres. \



Y me dice también el Espíritu, sí, me clama con voz potente, diciendo: Ve y di a los de este pueblo: Arrepentíos, porque a menos que os arrepintáis, de ningún modo podréis heredar el reino de los cielos. Y además, os digo que el Espíritu declara: He aquí, el hacha está puesta a la raíz del árbol; por lo tanto, todo árbol que no produzca buen fruto, será talado y echado al fuego; sí, un fuego que no puede ser consumido, un fuego inextinguible. He aquí, y tened presente, el Santo lo ha dicho.



Y ahora os digo, amados hermanos míos: ¿Podéis resistir estas palabras? Sí, ¿podéis desechar estas cosas y hollar con los pies al Santo de Israel? Sí, ¿podéis inflaros con el orgullo de vuestros corazones? Sí, ¿persistiréis aún en usar ropas costosas y en poner vuestros corazones en las vanidades del mundo, en vuestras riquezas? Sí, ¿persistiréis en suponer que unos sois mejores que otros? Sí, ¿persistiréis en perseguir a vuestros hermanos que se humillan y caminan según el santo orden de Dios, en virtud de lo cual han entrado en esta iglesia —habiendo sido santificados por el Santo Espíritu— y hacen obras dignas de arrepentimiento? Sí, ¿persistiréis en volver vuestras espaldas al pobre y al necesitado, y en negarles vuestros bienes? Y por último, a todos vosotros que queréis persistir en vuestra iniquidad, os digo que éstos son los que serán talados y arrojados al fuego, a menos que se arrepientan prontamente.



Y a todos vosotros que deseáis seguir la voz del buen pastor, ahora os digo: Salid de entre los inicuos, y conservaos aparte, y no toquéis sus cosas inmundas; pues he aquí, sus nombres serán borrados, a fin de que los nombres de los inicuos no sean contados entre los nombres de los justos, para que se cumpla la palabra de Dios, que dice: Los nombres de los inicuos no serán mezclados con los nombres de los de mi pueblo; porque los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida, y a ellos les concederé una herencia a mi diestra. Y ahora bien, hermanos míos, ¿qué tenéis que decir en contra de esto? Os digo que si habláis en contra de ello, nada importa; porque la palabra de Dios debe cumplirse.



Pues, ¿qué pastor hay entre vosotros que, teniendo muchas ovejas, no las vigila para que no entren los lobos y devoren su rebaño? Y he aquí, si un lobo entra en medio de su rebaño, ¿no lo echa fuera? Sí, y por último, si puede destruirlo, lo hará. Y ahora os digo que el buen pastor os llama; y si escucháis su voz, os conducirá a su redil y seréis sus ovejas; y él os manda que no dejéis entrar ningún lobo rapaz entre vosotros, para que no seáis destruidos.

Y ahora bien, yo, Alma, os mando, con las palabras de aquel que me ha mandado a mí, que os esforcéis por cumplir con las palabras que os he hablado. Os hablo por vía de mandamiento a vosotros que pertenecéis a la iglesia; y por vía de invitación os hablo a los que no pertenecéis a ella, diciendo: Venid y bautizaos para arrepentimiento, a fin de que también participéis del fruto del árbol de la vida.



(Libro de Mormón Alma 5:26 - 62)


Como sabéis y podréis ver estas palabras no son mías ni vienen de mi sino de Jesucristo y como el lo ha dicho así se cumplirán y yo solo os las declaro como uno que tiene autoridad porque para este fin yo he sido enviado y lo hago humildemente con la única mira de glorificar a Dios y a su Hijo Ahman en el nombre Santo de Jesucristo, Amen.



Atentamente, un indigno siervo en las manos de Cristo.



Miguel Ángel Tinoco Rodríguez