Sion, 10 de Septiembre del 2010
Así dice el Señor: Venid a mi, todos vosotros, los extremos de la tierra y comprad leche y miel sin dinero y sin precio. No gastéis más vuestra energía y vuestro dinero, tampoco trabajéis en lo que no satisface.
En mis propias palabras doy a conocer que una noble, grade, verdadera y reconocida autoridad eclesiástica de la Iglesia de Jesucristo una vez nos dijo con un celo justificado que presuntuosos además de blasfemos son todos aquellos que pretenden predicar, bautizar, bendecir, casar o efectuar otros sacramentos en el nombre del Señor Jesucristo sin temer su autorización particular. Y también nos recalco que nadie obtiene la autoridad de nuestro Señor para hacer estas cosas solo por leer la Biblia pese a lo puros y virtuosos que sean sus deseos o motivos.
Porque escrito esta: No todo aquel que me llama Señor, Señor entrara en el reino de Los cielos; y no solo eso sino esto también esto: que muchos vendrán en aquel día y le dirán a nuestro Dios, Señor, Señor, en tu nombre bautizamos, en tu nombre casamos, en tu nombre bendecimos y sacamos fuera demonios e hicimos cualquier cantidad de trabajos u obras maravillosas. Y la rotunda, añeja y predicha respuesta de nuestro Maestro que ya muchos conocemos será. Aparaos de mi hacedores de maldad que no os conozco. Y esto sucederá porque el que no se sujeta a la voluntad de Jesucristo y recoge la mies en su granero o quien no pastorea en su campo con su debida autorización, desparrama. Así que todos estos falsos maestros, predicadores, pastores, evangelistas o usurpadores y malvados malhechores sin acepción ya tendrán su justa recompensa.
Porque si nuestro Señor y Salvador, siendo Santo y que nunca peco para poder volver a su estrado celestial tuvo necesidad de venir a uno de nosotros del la casa de Aarón para recibir su bautismo y así mostrar obediencia al Padre y cumplir con toda justicia! ¿Cuanto más nosotros que somos pecadores tenemos necesidad de hacer lo que le hemos visto y oído hacer? Así que a menos que estos maestros corruptos hagan lo que el Salvador hizo o padezcan como el padeció, la generación de víboras tiene gran necesidad de arrepentirse y enderezar la vía del Señor si es que quieren escapar del fuego y del mármol del infierno.
Así que yo con la debida y propia autoridad os mando a arrepentir diciendo como la voz de uno que clama en le desierto: Arrepentíos, arrepentíos todos vosotros extremos de la tierra y venid a mi, y sed bautizados en el nombre de Jesucristo en su Iglesia debida mente restaurada y autorizada por inmersión para la remisión de pecados para que podáis ser santificados pro la recepción del espíritu Santo por medio de nosotros que tenemos real y legitima autoridad para hacer estas cosas. Esto debe ser así para que podáis ser encontrados sin macha ente Jesucristo en el postrer día. Y su iglesia se llama la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días y no hay otra.
Porque la casa de Dios es una casa de orden y no de confusión. Porque si tenemos un Dios, una fe y un bautismo como se encuentra en las santas y sangradas escrituras, ¿porque entonces habéis edificado tantas iglesias? Dios no puede ser al autor de tanta división y confusión porque la verdad también es una sola. Y si hay una sola verdad entonces solo hay una iglesia verdadera o no puede haber ninguna otra que tenga la verdad en su plenitud. Y si murmuráis por estas palabras es porque la verdad os hiere; y no hay luz en vosotros sino tinieblas. Y por esto sabréis que os encontráis en la hiel de la amargura y tenéis gran necesidad de arrepentimiento. Y esto porque habéis usurpado autoridad que no tenéis y habéis blasfemado y utilizado el nombre del señor Dios en vano. Así que no sois inocentes ante el ni seréis justificados salvo que deis oído a estas palabras y las hagáis para que rectifiques.
Y si la Iglesia que vosotros profesáis no es la Iglesia de Jesucristo, entonces debe ser la Iglesia del que la fundo. Y si la fundo Pedro entones es la Iglesia de Pedro. Y si la fundo Moisés entonces es la Iglesia de Moisés. Y si el fundador fue Miguel entonces es la Iglesia de Miguel. Y si la fundo un precepto, u cosa, o día, o método, o espíritu, entonces es la iglesia de ese principio. Y si el fundador es el Diablo entonces es la Iglesia del Diablo. ¿Por qué como pude ser alguna congregación la Iglesia de Jesucristo si no lleva su nombre; y si no esta fundada en los principios verdaderos de su evangelio? Así que vuestros pertinentes bautismos, ritos, contratos, bendiciones, ordenanzas y obras muertas no tienen ninguna validez ante Dios, sus Ángeles y los debidos testigos. Os profetizo que si descendéis al la tumba con estas vanas y falsas creencias no entrareis en el paraíso de Dios ni en su descanso. Sino seréis echados al infierno a algún otro lugar preparado para los incautos. En otras palabras vuestro bautismos y consagraciones no son nada más que un baño o roció de agua que ningún efecto tiene depuse de que los hombre mueren. Y no soy yo quien lo manifiesta sino Dios por medio de su espíritu y también por de por medio de sus santas escrituras y yo solo las escribo. Porque escrito esta:
Y SUCEDIÓ que mientras los discípulos de Jesús andaban viajando y predicando las cosas que habían oído y visto, y bautizando en el nombre de Jesús, sucedió que se hallaban congregados los discípulos y unidos en poderosa oración y ayuno. Y Jesús se les manifestó de nuevo, porque pedían al Padre en su nombre; y vino Jesús y se puso en medio de ellos, y les dijo: ¿Qué queréis que os dé? Y ellos le dijeron:
Señor, deseamos que nos digas el nombre por el cual hemos de llamar esta iglesia; porque hay disputas entre el pueblo concernientes a este asunto. Y el Señor les dijo: De cierto, de cierto os digo: ¿Por qué es que este pueblo ha de murmurar y disputar a causa de esto? ¿No han leído las Escrituras que dicen que debéis tomar sobre vosotros el nombre de Cristo, que es mi nombre? Porque por este nombre seréis llamados en el postrer día; y el que tome sobre sí mi nombre, y persevere hasta el fin, éste se salvará en el postrer día.
Por tanto, cualquier cosa que hagáis, la haréis en mi nombre, de modo que daréis mi nombre a la iglesia; y en mi nombre pediréis al Padre que bendiga a la iglesia por mi causa. ¿Y cómo puede ser mi iglesia salvo que lleve mi nombre? Porque si una iglesia lleva el nombre de Moisés, entonces es la iglesia de Moisés; o si se le da el nombre de algún hombre, entonces es la iglesia de ese hombre; pero si lleva mi nombre, entonces es mi iglesia, si es que están fundados sobre mi evangelio.
En verdad os digo que vosotros estáis edificados sobre mi evangelio. Por tanto, cualesquiera cosas que llaméis, las llamaréis en mi nombre; de modo que si pedís al Padre, por la iglesia, si lo hacéis en mi nombre, el Padre os escuchará; y si es que la iglesia está edificada sobre mi evangelio, entonces el Padre manifestará sus propias obras en ella. Pero si no está edificada sobre mi evangelio, y está fundada en los hechos de los hombres, o en las obras del diablo, de cierto os digo que gozarán de su obra por un tiempo, y de aquí a poco viene el fin, y son cortados y echados en el fuego, de donde no se vuelve. Pues sus obras los siguen, porque es por sus obras que son talados; recordad, pues, las cosas que os he dicho.
He aquí, os he dado mi evangelio, y éste es el evangelio que os he dado: que vine al mundo a cumplir la voluntad de mi Padre, porque mi Padre me envió. Y mi Padre me envió para que fuese levantado sobre la cruz; y que después de ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a mí mismo a todos los hombres, para que así como he sido levantado por los hombres, así también los hombres sean levantados por el Padre, para comparecer ante mí, para ser juzgados por sus obras, ya fueren buenas o malas; y por esta razón he sido levantado; por consiguiente, de acuerdo con el poder del Padre, atraeré a mí mismo a todos los hombres, para que sean juzgados según sus obras.
Y sucederá que cualquiera que se arrepienta y se bautice en mi nombre, será lleno; y si persevera hasta el fin, he aquí, yo lo tendré por inocente ante mi Padre el día en que me presente para juzgar al mundo.
Y aquel que no persevera hasta el fin, éste es el que también es cortado y echado en el fuego, de donde nunca más puede volver, por motivo de la justicia del Padre. Y ésta es la palabra que él ha dado a los hijos de los hombres; y por esta razón él cumple las palabras que ha dado; y no miente, sino que cumple todas sus palabras. Y nada impuro puede entrar en su reino; por tanto, nada entra en su reposo, sino aquellos que han lavado sus vestidos en mi sangre, mediante su fe, y el arrepentimiento de todos sus pecados y su fidelidad hasta el fin. Y éste es el mandamiento:
Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día os presentéis ante mí sin mancha.
En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, ésas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros.
De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día. Escribid las cosas que habéis visto y oído, salvo aquellas que están prohibidas. Escribid los hechos de este pueblo, que serán, tal como se ha escrito, de aquello que ya ha pasado. Pues he aquí, por los libros que se han escrito, y los que se escribirán, será juzgado este pueblo, porque por medio de ellos serán dadas a conocer sus obras a los hombres.
Y he aquí, todas las cosas son escritas por el Padre; por consiguiente, el mundo será juzgado por los libros que se escriban. Y sabed que vosotros seréis los jueces de este pueblo, según el juicio que yo os daré, el cual será justo. Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.
Y ahora voy al Padre. Y de cierto os digo, cualesquiera cosas que pidáis al Padre en mi nombre, os serán concedidas. Por consiguiente, pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá; porque el que pide, recibe; y al que llama, se le abrirá. Y, he aquí, mi gozo es grande, aun hasta la plenitud, por causa de vosotros, y también de esta generación; sí, y aun el Padre se regocija, y también todos los santos ángeles, por causa de vosotros y los de esta generación; porque ninguno de ellos se pierde.
He aquí, quisiera que me entendieseis, porque me refiero a los de esta generación que ahora viven; y ninguno de ellos se pierde; y mi gozo es completo en ellos. Pero he aquí, me aflijo por motivo de los de la cuarta generación a partir de ésta, porque serán llevados cautivos por él, así como lo fue el hijo de perdición; porque me venderán por plata y por oro, y por aquello que la polilla corrompe, y que los ladrones minan y hurtan. Y en aquel día los visitaré, sí, haciendo volver sus obras sobre sus propias cabezas.
Y aconteció que cuando Jesús hubo concluido estas palabras, dijo a sus discípulos: Entrad por la puerta estrecha, porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida, y pocos son los que lo hallan; pero ancha es la puerta, y espacioso el camino que conduce a la muerte, y muchos son los que lo transitan, hasta que llega la noche, en la que nadie puede trabajar.
(Libro de Mormón 3 Nefi 27:1 - 33)
Por lo tanto con la claridad que habéis leído por medio de las palabras del cordero de Dios, si nosotros que somos hombres malos y pecadores tenemos cierto grado orden social para promover el orden, la justicia y la colectividad, cuanto más orden no deberá tener el Dios todopoderoso que creo los cielos y la tierra. El es al soberano autor de nuestra salvación y el obispo de nuestra alma. Yo en lo personal no pudo usurpar la autoridad de un policía, oficial, magistrado gubernamental, escolástico, o eclesiástico sin severas repercusiones sociales. Y juzgad ahora vosotros si tengo o no autoridad sacerdotal, moral o intelectual para escribir estas cosas. Yo hablo y escribo de la abundancia que hay en mi corazón. Y por esto sabréis que como a Jesucristo, a mi también me conviene estar en los negocios de mi Dios.
Y si esto es así con los negocios entres los hijos de los hombres, porque ha de ser diferente con los negocios de nuestro padre eterno. Los hijos y las hijas de los hombres usurpan tener un sacerdocio o tener autoridad divina para tomar el Santo nombre del Señor nuestra rectitud sin su debida autoridad. ¿Quien llamo a esto vagabundos a predicar, o quien fue el que los ordeno al Santo y real sacerdocio ya sea del orden de Aarón o del orden de Melquisedec? ¿Donde están sus debidas credenciales? Quiero ver su bello de camello detrás del cual se esconden esto perversos? Que manifiesten los hombres y mujeres que dicen ser hijos de Dios su genealogías de ordenación desde hoy hasta las propias manos del varón de santidad o de su hijo Jesucristo? Una jauría de lobos rapaces y de víboras ponzoñosas es que son y quien lo puede refutar o negar? Que se manifiesten!
La ordenación en cualquiera de estos sacerdocios viene directamente de las manos del Dios viviente por medio de la imposición de manos. Juan el Bautista fue un sacerdote de la orden de Aarón, y recibió su autoridad y poder por derecho legítimo por causa de su linaje que ese remonta hasta Aarón. Y no solo eso, sino que también fue debidamente ordenado a los ocho días de nacido de manos de un ángel enviado de la presencia de Dios. Y, El, a saber Juan hijo se Sacarías, tiene hasta este día y para siempre las llaves de este sacerdocio y yo soy de esa misma casa y por conducto divino he recibido esa misma potestad.
Y Jesucristo siendo un sumo sacerdote bajo su propio orden que es el orden según el orden del Hijo de Dios, o lo que se conoce comúnmente como el sacerdocio de Melquisedec, a quien pertenecen las llaves del reino eterno, escogió y ordeno debidamente o por la imposición de manos a los doce apóstoles. Y de entre los apóstoles originales, Pedro Santiago y Juan recibieron las llaves del reno de Dios para ministrar, presidir y administrar en el nombre de Dios. Y estos jueces juzgaran a todos los príncipes de Israel.
El sacerdocio Menor o el de Aarón, tiene las llaves de la letra del evangelio de arrepentimiento y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados así como el derecho al ministerio de Ángeles como yo ahora los estoy haciendo por este medio. Yo mismo he sido bendecido por Juan el bautista aun en mi Juventud después de que fui ordenado a este poder. Este sacerdocio menor esta encargado de todos los bienes temporales del reino de Dios sobre la tierra y también para derribar los reinos de la iniquidad. Mientras que el Sacerdocio de Melquisedec se encarga de todos los bienes espirituales del reino de dios cuyo poder es mayor y tiene la potestad de conferir el don del espíritu Santo que conduce a los hijos de los hombres que son obedientes hasta el reino de Dios y su presencia. Nadie puede estar o soportar la gloria o la presencia de Dios sin antes haber sido primero revestidos con este gran Poder. Y esta honra no se compra ni tampoco se vende. No nos escogeos a nosotros mismos, sino que Dios nos escoge a nosotros por medio de la revelación y la imposición de manos por aquellos que están debidamente autorizados.
Y para poder ser digno de oficiar en santidad con esta potestad uno debe cumplir a cabalidad todos los santos mandamientos de Dios, odiar el pecado con odio eterno y despojarse del mundo o del vano tradicionalismo. Porque estos sacerdocios o su debida administración fueron quitados de la tierra cundo Juan el bautista fue decapitado, llevándose consigo las llaves de su potestad. Y de igual forma los poderes mayores fueron suspendidos cuando el inicuo mundo cristiano mato y crucificó a los apóstoles de Jesucristo. Y Pedro, Santiago y Juan también ascendieron como mártires con las llaves de su poder y autoridad.
Así que todas las iglesias que se han edificado sin esta autoridad desde que mataron a los apóstoles son falsas. Son como mujeres estriles y con oprobio porque no tienen hijo, ni marido ni potestad alguna. Han construido sus sinagogas bajo un convenio quebrantado que no tiene valides alguna ante Dios. Y si estas iglesias gustan de la algún poder sobrenatural que no concuerde con la palabra escrita debe ser el poder del Diablo que los emborracha con su vino espiritual para mantenerlos vituperando y segados hasta poseerlos salvo que cesen y desistan y se arrepientan de todas sus supercherías sacerdotales y sus obras inicuas de la oscuridad.
Desde ese día el mundo entro en oscurantismo donde había mucha hambre y sed espiritual en la tierra. O mejor dicho cuando había oscuridad en la tierra, y cuando densa oscuridad existió en las mentes de los hombres como lo manifestó Isaías y otros santos profetas concernientes a la gran apostasía. Y desde ese entonces se empezó a distorsionar la verdadera doctrina de Cristo, se suprimió el evangelio eterno, se despojo la verdad de las escrituras; y se cambiaron las ordenanzas y se quebranto el convenio sempiterno. Casi todos ustedes están con una pata en el agua y con la otra en la iglesia del diablo porque la iglesia del diablo es la madre de todas las rameras. Así que cuando caiga una pata por fuerza tiene que caer la otra. Y si cae la iglesia del diablo, por fuerza deben caer todas sus hijas. Y es le Señor Dios quien la hace caer.
En efecto, desde que mataron a los santos de Dios de la iglesia primitiva hasta se perdió la verdad de la esencia y la naturaleza de Dios. En sus concilios macabros y torcidos los hombres distorsionaron la verdad hasta no tener cabida en sus corazones diciendo que Dios era un monstruo; o es decir un ser tan grande que habita todo el espacio; y tan pequeño a la vez que mora en cada corazón. Un ser que no tiene lados, ni pasiones ni sensaciones contradiciendo todas las escrituras que nos demuestran que Dios es un ser viviente, resucitado y glorificado que nos hizo a su imagen y semejanza, que nos amo con tanta pasión o a tal grado que nos ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el crea no se pierda mas tenga vida eterna.
El varón de Santidad, o Elohim, es el padre del hijo del Hombre, al que le conocemos como Jehová en el Antiguo testamento de la Biblia, o Jesucristo, el unigénito en la carne del Padre, que es el Mesías del Nuevo testamento. Al que nosotros los de la Iglesia de Jesucristo conocemos como el Santo Dios de Israel, o el ser resucitado del cual se testifica en el Libro de Mormon; y también el Ser glorificado del cual se testifica en el libro de Doctrinas Y Convenios y de la perla de gran precio. Y nada impuro puede morar en su presencia, ni tampoco su el o su santo espíritu mora en templos hechos de piedra o inmundos.
Y estas son las buenas nuevas para todos los que las quieran recibir. Algo grande, extraño y maravilloso ha ocurrido. Y es Que Dios y su hijo Jesucristo se han manifestado en tiempos modernos al hombre. Y no solo eso, sino que aquellos mismos hombres que fueron una vez decapitados, quienes murieron crucificados o quienes también fueron llevados sin gustar la muerte, como Moisés y Elías el profeta y otros volvieron a la tierra como seres resucitados y glorificados. Y tenemos registros constantes y sonantes de sus apariciones, manifestaciones, administraciones y ministerio. Esto sucedió 180 años atrás o tiempos modernos. Y bajaron del Cielo, hombres como Ángeles resplandecientes constantes y sonantes a delegar sus poderes y su autoridad a hombres que fueron vasos nuevos escogidos desde antes de la fundación del mundo para restaurar la verdad a los hombres sobre toda la faz de la tierra; y así dar comienzo a la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Todo esto era esencial y necesario que sucediera según Malaquias y otros profetas, en preparación para la segunda venida del hijo de Dios en toda su gloria que viene a reinar por mil anos sobre la tierra. De nos ser así toda la tierra seria severamente atribulada y maldecida a la venida del día grande y terrible del Señor. Estas son grandes noticias de salvación que nos manifiestan que Dios es el mismo de ayer hoy y para siempre. Que así como se les manifestó a los antiguos, Así se nos ha maniatado a nosotros. El reina sobre los cielos y la tierra y sobre todos nosotros que somos la obra de sus manos. ¿Quien a creído nuestro reporte? ¿A quien se le ha manifestado el brazo del Señor?
Y desde José Smith y sus compañeros, o desde que se volvió a conferir la divina autoridad la hombre sobre la tierra, se ha delegado por todo el mundo a hombres llamados y escogidos. Y el reino de Dios roda como una piedra cortada no con mano desde la cima de una montana hasta llenar toda la tierra. ¿Quien podrá estar de pie al momento del la venida de Jesucristo en toda su gloria? Porque toda rodilla se doblara y toda lengua confesara que Jesús es el Cristo.
Y desde que se restauro la verdad en 1830, cada uno de nosotros ahora podemos rastrear nuestra potestad con nombre apellido y fecha de ordenación nuestras generaciones hasta el principio o inclusive hasta Jesucristo. Y si es que guardamos sus mandamientos y nos mantenemos fieles a su reino establecido obtendremos este derecho eterno. Y seremos coronados como reyes y sacerdotes para el más santo Dios para disfrutar de las glorias de la eternidad. Y no hay otra iglesia sobre la faz de la tierra que profese cosas mayores o que tenga esta potestad; así que quien no pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, deberá forzosamente pertenecer a otro redil que no es el de Jesucristo. Y todos sabemos que el reino del Diablo tarde o temprano será derribado, destruido, sacudido y sus torres volcadas hasta dejar de existir. El que lea entienda porque de esto escrito esta y el Señor Dios no ha hablado en secreto.
Por lo que, el Señor Dios procederá a desnudar su brazo a los ojos de todas las naciones, al llevar a efecto sus convenios y su evangelio para con los que son de la casa de Israel. Por tanto, los sacará otra vez de su cautividad, y serán reunidos en las tierras de su herencia; y serán sacados de la obscuridad y de las tinieblas; y sabrán que el Señor es su Salvador y su Redentor, el Fuerte de Israel.
Y la sangre de esa grande y abominable iglesia, que es la ramera de toda la tierra, se volverá sobre su propia cabeza; porque guerrearán entre sí, y la espada de sus propias manos descenderá sobre su propia cabeza; y se emborracharán con su propia sangre.
Y toda nación que luche contra ti, oh casa de Israel, se volverá la una contra la otra, y caerán en la fosa que cavaron para entrampar al pueblo del Señor. Y todos los que combatan contra Sión serán destruidos, y esa gran ramera que ha pervertido las rectas vías del Señor, sí, esa grande y abominable iglesia caerá a tierra, y grande será su caída.
Porque he aquí, dice el profeta, se acerca rápidamente el tiempo en que Satanás no tendrá más poder sobre el corazón de los hijos de los hombres; porque pronto se acerca el día en que todos los soberbios y todos los que obran inicuamente serán como rastrojo; y está cerca el día en que han de ser quemados. Pues está próximo el tiempo en que la plenitud de la ira de Dios será derramada sobre todos los hijos de los hombres; porque no consentirá que los inicuos destruyan a los justos. Por lo tanto, protegerá a los justos por su poder, aun cuando tuviese que venir la plenitud de su ira, y serán preservados los justos aun hasta la destrucción de sus enemigos por fuego. Por tanto, los justos no tienen por qué temer; porque así dice el profeta: Se salvarán, aun como si fuese por fuego.
He aquí, os digo, mis hermanos, que estas cosas deben venir muy pronto; sí, debe haber sangre y fuego y vapor de humo; y es menester que sea sobre la superficie de esta tierra; y sobrevendrá a los hombres según la carne, si es que endurecen sus corazones en contra del Santo de Israel.
Pues he aquí, los justos no perecerán; porque ciertamente vendrá el tiempo en que todos los que combatan contra Sión serán talados. Y el Señor ciertamente preparará una vía para su pueblo, a fin de cumplir las palabras que habló Moisés, diciendo: El Señor vuestro Dios os levantará a un profeta, semejante a mí; a él oiréis en todo lo que os dijere. Y sucederá que todos aquellos que no quieran escuchar a ese profeta serán desarraigados de entre el pueblo.
Y ahora bien, yo, Nefi, os declaro que este profeta de quien habló Moisés era el Santo de Israel; por tanto, juzgará con justicia. Y los justos no tienen por qué temer, pues ellos son los que no serán confundidos. Mas es el reino del diablo, el cual será edificado entre los hijos de los hombres, el cual está establecido entre aquellos que se encuentran en la carne; porque pronto llegará el tiempo en que todas las iglesias que se hayan establecido para obtener ganancia, y todas las que hayan sido edificadas para lograr poder sobre la carne, y las que se hayan fundado para hacerse populares ante los ojos del mundo, y aquellas que busquen las concupiscencias de la carne, y las cosas del mundo, y cometan toda clase de iniquidades, en fin, todos los que pertenezcan al reino del diablo son los que deberán temer, temblar y estremecerse; ellos son los que deben ser humillados hasta el polvo; ellos son los que deben ser consumidos como el rastrojo; y esto según las palabras del profeta.
Y rápidamente se acerca el tiempo en que los justos han de ser conducidos como becerros de la manada, y el Santo de Israel ha de reinar con dominio, y fuerza, y potestad, y gran gloria. Y recoge a sus hijos de las cuatro partes de la tierra; y cuenta a sus ovejas, y ellas lo conocen; y habrá un redil y un pastor; y él apacentará a sus ovejas, y en él hallarán pasto. Y a causa de la rectitud del pueblo del Señor, Satanás no tiene poder; por consiguiente, no se le puede desatar por el espacio de muchos años; pues no tiene poder sobre el corazón del pueblo, porque el pueblo mora en rectitud, y el Santo de Israel reina. Y ahora bien, he aquí, yo, Nefi, os declaro que todas estas cosas deben acontecer según la carne.
(Libro de Mormón 1 Nefi 22:11 - 27)
¡Así que os pregunto, hermanos míos! ¿Qué tenéis que decir sobre estas cosas? Yo estoy perplejo de tanta luz que no me la puedo guardar ya más. Y concluyo esta jornada manifestando con las palabras de Moroni, hijo de Mormon quien nos habla desde el polvo como con voz de trompeta. Y con debida autoridad saco estas palabras a la luz para convencer de una vez por todas al judío y al gentil de que Jesús es el Cristo. Y doy testimonio juntado con el de José Smith hijo, y sus compañeros quienes con la única mira de Glorificar a Dios y beneficial al pueblo del antiguo convenio, sacaron por medio del poder de Dios y no del hombre estas palabras de la tierra por mandato de un ángel. Yo, el mismo, Miguel Ángel se sin lugar a dudas de que todas estas palabras, tanto las que digo como las que cito del libro de mormon son verdaderas. Y los Ángeles hablan por el poder del Espíritu Santo. Así que nada de lo que he escrito viene de mí o de algún hombre sino del quien nos envió; a saber, Jesucristo.
Y todos los testimonios verdaderos se juntan; y tal como Jesucristo ha dicho así se cumplirán todas sus palabras. Y así pasaren los cielos y la tierra su palabra no pasara sino que toda se cumplirá. Porque el hacha ya esta puesta la pie de cada árbol. Y todo árbol que no produzca buen fruto que sea digno de arrepentimiento será talado, no dejándole ni raíz ni rama; y será ahechado al fuego inextinguible. Y esto es porque los hijos de los hombres honran a Dios con sus labios, mas su corazón se ha alejado de el y enseñan como doctrina mandamientos, preceptos y filosofías de los hombres teniendo apariencia de piedad mas negando la eficacia de ella. Y por causa de esto todas sus iglesias de han corrompido y la nuestra no esta enteramente excluida. Y por eso nos afanamos y predicamos la verdad con celo y ahínco para que por nuestro trabajo y peregrinaciones sea purificada y ataviada como novia para recibir al gran esposó. De esto nos hablo Moroni a nosotros cunado vio nuestra generación y nos vio a todos cuando escribió diciendo:
He aquí, ceso de hablar concerniente a este pueblo. Soy hijo de Mormón y mi padre era descendiente de Nefi. Y soy el mismo que esconde esta historia para los fines del Señor; mas las planchas en que se halla no tienen ningún valor, por causa del mandamiento del Señor. Porque él ciertamente dice que nadie las obtendrá para lucrar; mas la historia que contienen es de gran valor, y a aquel que la saque a luz, el Señor lo bendecirá.
Porque nadie puede tener el poder para sacarla a luz salvo que le sea dado de Dios; porque Dios dispone que se haga con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios, o para el beneficio del antiguo y por tan largo tiempo dispersado pueblo del convenio del Señor.
Y bendito sea aquel que saque esto a luz; porque se sacará de las tinieblas a la luz, según la palabra de Dios; sí, será sacado de la tierra, y brillará de entre las tinieblas y llegará al conocimiento del pueblo; y se realizará por el poder de Dios. Y si hay errores, son errores del hombre. Mas he aquí, no sabemos que haya errores; no obstante, Dios sabe todas las cosas; por tanto, cuídese aquel que condene, no sea que corra peligro del fuego del infierno.
Y el que diga: Mostradme o seréis heridos, cuídese, no sea que mande lo que el Señor ha prohibido. Porque he aquí, el que precipitadamente juzgue, precipitadamente será también juzgado; pues según sus obras, será su paga; por tanto, aquel que hiera será, a su vez, herido del Señor.
He aquí lo que dicen las Escrituras: El hombre no herirá ni tampoco juzgará; porque el juicio es mío, dice el Señor, y la venganza es mía también, y yo pagaré. Y el que respire iras y contiendas contra la obra del Señor, y contra el pueblo del convenio del Señor, que es la casa de Israel, y diga: Destruiremos la obra del Señor, y el Señor no se acordará del convenio que ha hecho con la casa de Israel, tal persona está en peligro de ser talada y arrojada al fuego; porque los eternos designios del Señor han de seguir adelante, hasta que se cumplan todas sus promesas.
Escudriñad las profecías de Isaías. He aquí, no puedo escribirlas. Sí, he aquí, os digo que aquellos santos que me han precedido, que han poseído esta tierra, clamarán, sí, desde el polvo clamarán al Señor; y así como vive el Señor, se acordará del convenio que ha hecho con ellos. Y él conoce sus oraciones, que se hicieron a favor de sus hermanos. Y él conoce su fe, porque en su nombre pudieron mover montañas; y en su nombre pudieron hacer que temblara la tierra; y por el poder de su palabra hicieron que se derribaran las prisiones; sí, ni aun el horno ardiente pudo dañarlos, ni las bestias salvajes, ni las serpientes venenosas, por motivo del poder de su palabra.
Y he aquí, sus oraciones también fueron a favor de aquel a quien el Señor habría de conceder sacar a luz estas cosas. Y no es menester que nadie diga que no saldrán, pues ciertamente saldrán, porque el Señor lo ha dicho; porque de la tierra han de salir, por mano del Señor, y nadie puede impedirlo; y sucederá en una época en que se dirá que ya no existen los milagros; y será como si alguien hablase de entre los muertos.
Y sucederá en un día en que la sangre de los santos clamará al Señor, por motivo de las combinaciones secretas y las obras de obscuridad. Sí, sucederá en un día en que se negará el poder de Dios; y las iglesias se habrán corrompido y ensalzado en el orgullo de sus corazones; sí, en un día en que los directores y maestros de las iglesias se envanecerán con el orgullo de sus corazones, hasta el grado de envidiar a aquellos que pertenecen a sus iglesias.
Sí, sucederá en un día en que se oirá de fuegos, y tempestades, y vapores de humo en países extranjeros; y también se oirá de guerras, rumores de guerras y terremotos en diversos lugares. Sí, sucederá en un día en que habrá grandes contaminaciones sobre la superficie de la tierra: habrá asesinatos, y robos, y mentiras, y engaños, y fornicaciones, y toda clase de abominaciones; cuando habrá muchos que dirán: Haz esto, o haz aquello, y no importa, porque en el postrer día el Señor sostendrá al que tal hiciere. Pero ¡ay de tales, porque se hallan en la hiel de amargura y en los lazos de la iniquidad!
Sí, sucederá en un día en que se habrán establecido iglesias que dirán: Venid a mí, y por vuestro dinero seréis perdonados de vuestros pecados. ¡Oh pueblo inicuo, y perverso, y obstinado! ¿Por qué os habéis establecido iglesias para obtener lucro? ¿Por qué habéis tergiversado la santa palabra de Dios, para traer la condenación sobre vuestras almas? He aquí, examinad las revelaciones de Dios; pues, he aquí, llegará el tiempo, en aquel día, en que se cumplirán todas estas cosas.
He aquí, el Señor me ha mostrado cosas grandes y maravillosas concernientes a lo que se realizará en breve, en ese día en que aparezcan estas cosas entre vosotros. He aquí, os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras. Y sé que andáis según el orgullo de vuestros corazones; y no hay sino unos pocos que no se envanecen por el orgullo de sus corazones, al grado de vestir ropas suntuosas, y de llegar a la envidia, las contiendas, la malicia y las persecuciones, y toda clase de iniquidades; y vuestras iglesias, sí, sin excepción, se han contaminado a causa del orgullo de vuestros corazones. Porque he aquí, amáis el dinero, y vuestros bienes, y vuestros costosos vestidos, y el adorno de vuestras iglesias, más de lo que amáis a los pobres y los necesitados, los enfermos y los afligidos.
¡Oh vosotros, corruptos, vosotros, hipócritas, vosotros, maestros, que os vendéis por lo que se corrompe! ¿Por qué habéis mancillado la santa iglesia de Dios? ¿Por qué os avergonzáis de tomar sobre vosotros el nombre de Cristo? ¿Por qué no consideráis que es mayor el valor de una felicidad sin fin que esa miseria que jamás termina? ¿Es acaso por motivo de la alabanza del mundo?
¿Por qué os adornáis con lo que no tiene vida, y sin embargo, permitís que el hambriento, y el necesitado, y el desnudo, y el enfermo, y el afligido pasen a vuestro lado, sin hacerles caso? Sí, ¿por qué formáis vuestras abominaciones secretas para obtener lucro, y dais lugar a que las viudas y también los huérfanos lloren ante el Señor, y también que la sangre de sus padres y sus maridos clame al Señor, desde el suelo, venganza sobre vuestra cabeza? He aquí, la espada de la venganza se cierne sobre vosotros; y pronto viene el día en que él vengará la sangre de los santos en vosotros, porque no soportará más sus clamores.
(Libro de Mormón Mormón 8:13 - 41)
Esta vida es el tempo para prepararse para compadecer ante Dios. No demoréis vuestro arrepentimiento hasta que retumben en vuestros oídos los sermones del celo con una potencia más fuerte que el estrepitoso estremecimiento de los truenos. Este es el último llamado a todos los confines de la tierra. Todos ustedes, amigos, familiares, vecinos, advenedizos y extranjeros a quines han leído mis muchas palabras, han sido debidamente servidos, exhortados, amonestados e invitados a venir a Cristo; y su justificación u convenio con la muerte o con el infierno delante de los celos ha sido anulado. Y lo hace uno que tiene el poder sellador y que habla como alguien que tiene autoridad. Y quien ha tomado sobre si mismo el nombre de Jesucristo porque no hay otro nombre por el cual venga la salvación ni se dará jamás ningún otro nombre. Así sea amen.
Atentamente un siervo en las manos de Cristo.
ESCRIBA
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez