Friday, September 24, 2010

EL QUE BUSCA ENCUENTRA

Sion, Septiembre 24 del 2010


Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente, y sin reproche y le será dada. Pero pida con fe, como Osman lo ha hecho hoy día, no dudando en nada.


Porque el que duda es como la hoja que lleva el viento que es movida a diestra y siniestra por cualquier viento de doctrina; o como las olas del mar que también son movidas por el viento de allá para acá hasta que son estrelladas y se despedazan en el rocoso arrecife. Todo esto y mucho más yo lo aprendí de mi Maestro Jesucristo y tomado de la sabiduría de el para glorificarle, con quien yo quiera lo comparto. Porque Osman, un amigo de mi tierra natal, hoy pregunto:

 
“que tal no siguió publicando mensajes para mi amigo me gustaron los anteriores"


Porque escrito también esta que el reino de los cielos es semejante a un gran árbol sobre cuyas ramas los Ángeles se alojan para anidar y se festejan del fruto de sus ramas. Porque el que busca encuentra, el que pide recibirá y al que toque a la puerta se le abrirá.


Hola querido amigo Osman.


Claro que si he seguido publicando, y mucho, pero más que todo, predico cuando público como con voz de trompeta el arrepentimiento a una generación porfiada y perversa. No Soy estudiado, pero con el don de Dios he estado predicando en Ingles a la gente del norte. La iniquidad abruma por acá también. Los obreros somos muy pocos en la viña del Señor y no damos abasto para segar toda la mies. Así que tenemos que improvisar y auto dividirnos para abarcar mayor territorio e impedir que mayores juicios les sobrevengan a la gente de los que ya hemos visto y como los que usted ve que como tempestad se avecinan.


Porque el hacha ya esta puesta el pie de cada árbol, y todo árbol que no de buen fruto que sea digno de arrepentimiento será talado y echado el fuego de donde ningún viajero regresa no dejándole ni raíz ni rama. Tenemos todos los dones y el poder de Dios en Gran Gloria y Ángeles nos ayudan para prevalecer en la obra del Señor, pero muchos son los llamados y pocos los escogidos. Y porque no son escogidos? Y así contesta el señor:


Porque a tal grado han puesto su corazón en las cosas de este mundo, y aspiran tanto a los honores de los hombres, que no aprenden esta lección única: Que los derechos del sacerdocio están inseparablemente unidos a los poderes del cielo, y que éstos no pueden ser gobernados ni manejados sino conforme a los principios de la rectitud.

(Doctrina y Convenios Sección 121:35 - 36)


Así que como usted vera amigo Osman, necesitamos más hacedores de la palabra que oidores. Usted es como uno de los nuestros pero todavía no lo sabe. Que espera? Desde hace un tiempo el Señor le ha estado llamando a su redil para que no siga trabajando en campos o graneros ajenos. Valor amigo mió. Le invito a unirse al ejército verdadero del Señor en su Reino debidamente restaurado y establecido. Esto para que en su propio y debido tiempo, cuando obtenga su palabra, el Señor lo comisione a usted también con la debida autoridad para compartir las palabras de salvación y vida eterna; o mejores palabras todavía de las que yo le he manifestado. Porque esto nos ha dicho el Señor Jesucristo por medio de un gran profeta:

Por tanto, trabaja con tu fuerza y llama a obreros fieles a mi viña para que la poden por última vez. Y si se arrepienten y reciben la plenitud de mi evangelio, y se santifican, detendré el juicio de mi mano. Sal, por tanto, diciendo en voz alta: El reino de los cielos se ha acercado; clamando: ¡Hosanna! ¡Bendito sea el nombre del Dios Altísimo! Ve y bautiza con agua, preparando la vía delante de mi faz para la hora de mi venida. Porque el tiempo está cerca; ningún hombre sabe el día ni la hora; mas de cierto llegará. El que recibe estas cosas me recibe a mí; y será reunido conmigo por el tiempo y por la eternidad. Y además, sucederá que a cuantos bautices con agua, les impondrás las manos y recibirán el don del Espíritu Santo, y esperarán las señales de mi venida y me conocerán. Y he aquí, vengo pronto. Así sea. Amén.

Doctrina y Convenios Sección 39:17 - 24)


Y no solo eso nos ha dicho nuestro Señor y Salvador, sino esto también:


HE aquí, una obra maravillosa está a punto de aparecer entre los hijos de los hombres. Por tanto, oh vosotros que os embarcáis en el servicio de Dios, mirad que le sirváis con todo vuestro corazón, alma, mente y fuerza, para que aparezcáis sin culpa ante Dios en el último día. De modo que, si tenéis deseos de servir a Dios, sois llamados a la obra; pues he aquí, el campo blanco está ya para la siega; y he aquí, quien mete su hoz con su fuerza atesora para sí, de modo que no perece, sino que trae salvación a su alma; y fe, esperanza, caridad y amor, con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios, lo califican para la obra. Tened presente la fe, la virtud, el conocimiento, la templanza, la paciencia, la bondad fraternal, piedad, caridad, humildad, diligencia. Pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá. Amén.

(Doctrina y Convenios Sección 4:1 - 7)


Que mas testimonio que estos necesitan los hijos de los hombre para creer que cuando hacemos lo que el nos dice, el esta comprometido con nosotros? Es el quien esta llamando a todos los hijos de los hombres en todos los confines de la tierra a que salgan del desierto y de babilonia. El los invita a que vengan a comer pan con y a beber agua con nosotros en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de Los últimos Días para que nunca jamás vuelva a tener hambre ni sed. Y la proclamación va hasta los confines de la tierra por la voz de los indoctos, de los simples y de los débiles. Porque El poder de Dios se perfecciona en la debilidad. Y así nos ha mandado a decir.


ESCUCHAD, oh pueblo de mi iglesia, dice la voz de aquel que mora en las alturas, y cuyos ojos están sobre todos los hombres; sí, de cierto digo: Escuchad, pueblos lejanos; y vosotros los que estáis sobre las islas del mar, oíd juntamente.

 
Porque, en verdad, la voz del Señor se dirige a todo hombre, y no hay quien escape; ni habrá ojo que no vea, ni oído que no oiga, ni corazón que no sea penetrado. Y los rebeldes serán traspasados de mucho pesar; porque se pregonarán sus iniquidades desde los techos de las casas, y sus hechos secretos serán revelados.


Y la voz de amonestación irá a todo pueblo por boca de mis discípulos, a quienes he escogido en estos últimos días. E irán y no habrá quien los detenga, porque yo, el Señor, los he mandado. He aquí, ésta es mi autoridad y la autoridad de mis siervos, así como mi prefacio para el libro de mis mandamientos que les he dado para que os sea publicado, oh habitantes de la tierra. Por tanto, temed y temblad, oh pueblo, porque se cumplirá lo que yo, el Señor, he decretado en ellos.


Porque de cierto os digo, que a los que salgan para llevar estas nuevas a los habitantes de la tierra, les es dado poder para sellar, tanto en la tierra como en el cielo, al incrédulo y al rebelde; sí, en verdad, sellarlos para el día en que la ira de Dios sea derramada sin medida sobre los malvados; para el día en que el Señor venga a recompensar a cada hombre según sus obras, y medir a cada cual con la medida con que haya medido a su prójimo. Por tanto, la voz del Señor habla hasta los extremos de la tierra, para que oigan todos los que quieran oír:


Preparaos, preparaos para lo que ha de venir, porque el Señor está cerca; y la ira del Señor está encendida, y su espada se embriaga en el cielo y caerá sobre los habitantes de la tierra. Y será revelado el brazo del Señor; y vendrá el día en que aquellos que no oyeren la voz del Señor, ni la voz de sus siervos, ni prestaren atención a las palabras de los profetas y apóstoles, serán desarraigados de entre el pueblo; porque se han desviado de mis ordenanzas y han violado mi convenio sempiterno.


No buscan al Señor para establecer su justicia, antes todo hombre anda por su propio camino, y en pos de la imagen de su propio dios, cuya imagen es a semejanza del mundo y cuya substancia es la de un ídolo que se envejece y perecerá en Babilonia, sí, Babilonia la grande que caerá.


Por tanto, yo, el Señor, sabiendo las calamidades que sobrevendrían a los habitantes de la tierra, llamé a mi siervo José Smith, hijo, y le hablé desde los cielos y le di mandamientos; y también a otros di mandamientos de proclamar estas cosas al mundo; y todo esto para que se cumpliese lo que escribieron los profetas:


Lo débil del mundo vendrá y abatirá lo fuerte y poderoso, para que el hombre no aconseje a su prójimo, ni ponga su confianza en el brazo de la carne; sino que todo hombre hable en el nombre de Dios el Señor, el Salvador del mundo; para que también la fe aumente en la tierra; para que se establezca mi convenio sempiterno; para que la plenitud de mi evangelio sea proclamada por los débiles y sencillos hasta los cabos de la tierra, y ante reyes y gobernantes.


He aquí, soy Dios, y lo he declarado; estos mandamientos son míos, y se dieron a mis siervos en su debilidad, según su manera de hablar, para que alcanzasen conocimiento; y para que cuando errasen, fuese manifestado; y para que cuando buscasen sabiduría, fuesen instruidos; y para que cuando pecasen, fueran disciplinados para que se arrepintieran; y para que cuando fuesen humildes, fuesen fortalecidos y bendecidos desde lo alto, y recibieran conocimiento de cuando en cuando.


Y para que mi siervo José Smith, hijo, después de haber recibido los anales de los nefitas, tuviera el poder para traducir el Libro de Mormón mediante la misericordia y el poder de Dios.


Y también, para que aquellos a quienes se dieron estos mandamientos tuviesen el poder para establecer los cimientos de esta iglesia y de hacerla salir de la obscuridad y de las tinieblas, la única iglesia verdadera y viviente sobre la faz de toda la tierra, con la cual yo, el Señor, estoy bien complacido, hablando a la iglesia colectiva y no individualmente, porque yo, el Señor, no puedo considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia. No obstante, el que se arrepienta y cumpla los mandamientos del Señor será perdonado; y al que no se arrepienta, le será quitada aun la luz que haya recibido; porque mi Espíritu no luchará siempre con el hombre, dice el Señor de los Ejércitos.

 
Y de nuevo, de cierto os digo, oh habitantes de la tierra: Yo, el Señor, estoy dispuesto a hacer saber estas cosas a toda carne; porque no hago acepción de personas, y quiero que todo hombre sepa que el día viene con rapidez; la hora no es aún, mas está próxima, cuando la paz será quitada de la tierra, y el diablo tendrá poder sobre su propio dominio. Y también el Señor tendrá poder sobre sus santos, y reinará en medio de ellos, y bajará en juicio sobre Idumea, o sea, el mundo.


Escudriñad estos mandamientos porque son verdaderos y fidedignos, y las profecías y promesas que contienen se cumplirán todas. Lo que yo, el Señor, he dicho, yo lo he dicho, y no me disculpo; y aunque pasaren los cielos y la tierra, mi palabra no pasará, sino que toda será cumplida, sea por mi propia voz o por la voz de mis siervos, es lo mismo. Porque he aquí, el Señor es Dios, y el Espíritu da testimonio, y el testimonio es verdadero, y la verdad permanece para siempre jamás. Amén.

(Doctrina y Convenios Sección 1:1 - 39)

Y lo que digo uno lo digo a todos dice el Señor. Y como han leído. El no se disculpa porque su nombre es el Señor Dios.

Atentamente su servidor, que no es mas que un indigno siervo en las manos de Cristo. Amen.

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez




Friday, September 10, 2010

Quien No Recoge Conmigo Desparrama

Sion, 10 de Septiembre del 2010

Así dice el Señor: Venid a mi, todos vosotros, los extremos de la tierra y comprad leche y miel sin dinero y sin precio. No gastéis más vuestra energía y vuestro dinero, tampoco trabajéis en lo que no satisface.

En mis propias palabras doy a conocer que una noble, grade, verdadera y reconocida autoridad eclesiástica de la Iglesia de Jesucristo una vez nos dijo con un celo justificado que presuntuosos además de blasfemos son todos aquellos que pretenden predicar, bautizar, bendecir, casar o efectuar otros sacramentos en el nombre del Señor Jesucristo sin temer su autorización particular. Y también nos recalco que nadie obtiene la autoridad de nuestro Señor para hacer estas cosas solo por leer la Biblia pese a lo puros y virtuosos que sean sus deseos o motivos.

Porque escrito esta: No todo aquel que me llama Señor, Señor entrara en el reino de Los cielos; y no solo eso sino esto también esto: que muchos vendrán en aquel día y le dirán a nuestro Dios, Señor, Señor, en tu nombre bautizamos, en tu nombre casamos, en tu nombre bendecimos y sacamos fuera demonios e hicimos cualquier cantidad de trabajos u obras maravillosas. Y la rotunda, añeja y predicha respuesta de nuestro Maestro que ya muchos conocemos será. Aparaos de mi hacedores de maldad que no os conozco. Y esto sucederá porque el que no se sujeta a la voluntad de Jesucristo y recoge la mies en su granero o quien no pastorea en su campo con su debida autorización, desparrama. Así que todos estos falsos maestros, predicadores, pastores, evangelistas o usurpadores y malvados malhechores sin acepción ya tendrán su justa recompensa.

Porque si nuestro Señor y Salvador, siendo Santo y que nunca peco para poder volver a su estrado celestial tuvo necesidad de venir a uno de nosotros del la casa de Aarón para recibir su bautismo y así mostrar obediencia al Padre y cumplir con toda justicia! ¿Cuanto más nosotros que somos pecadores tenemos necesidad de hacer lo que le hemos visto y oído hacer? Así que a menos que estos maestros corruptos hagan lo que el Salvador hizo o padezcan como el padeció, la generación de víboras tiene gran necesidad de arrepentirse y enderezar la vía del Señor si es que quieren escapar del fuego y del mármol del infierno.

Así que yo con la debida y propia autoridad os mando a arrepentir diciendo como la voz de uno que clama en le desierto: Arrepentíos, arrepentíos todos vosotros extremos de la tierra y venid a mi, y sed bautizados en el nombre de Jesucristo en su Iglesia debida mente restaurada y autorizada por inmersión para la remisión de pecados para que podáis ser santificados pro la recepción del espíritu Santo por medio de nosotros que tenemos real y legitima autoridad para hacer estas cosas. Esto debe ser así para que podáis ser encontrados sin macha ente Jesucristo en el postrer día. Y su iglesia se llama la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días y no hay otra.

Porque la casa de Dios es una casa de orden y no de confusión. Porque si tenemos un Dios, una fe y un bautismo como se encuentra en las santas y sangradas escrituras, ¿porque entonces habéis edificado tantas iglesias? Dios no puede ser al autor de tanta división y confusión porque la verdad también es una sola. Y si hay una sola verdad entonces solo hay una iglesia verdadera o no puede haber ninguna otra que tenga la verdad en su plenitud. Y si murmuráis por estas palabras es porque la verdad os hiere; y no hay luz en vosotros sino tinieblas. Y por esto sabréis que os encontráis en la hiel de la amargura y tenéis gran necesidad de arrepentimiento. Y esto porque habéis usurpado autoridad que no tenéis y habéis blasfemado y utilizado el nombre del señor Dios en vano. Así que no sois inocentes ante el ni seréis justificados salvo que deis oído a estas palabras y las hagáis para que rectifiques.

Y si la Iglesia que vosotros profesáis no es la Iglesia de Jesucristo, entonces debe ser la Iglesia del que la fundo. Y si la fundo Pedro entones es la Iglesia de Pedro. Y si la fundo Moisés entonces es la Iglesia de Moisés. Y si el fundador fue Miguel entonces es la Iglesia de Miguel. Y si la fundo un precepto, u cosa, o día, o método, o espíritu, entonces es la iglesia de ese principio. Y si el fundador es el Diablo entonces es la Iglesia del Diablo. ¿Por qué como pude ser alguna congregación la Iglesia de Jesucristo si no lleva su nombre; y si no esta fundada en los principios verdaderos de su evangelio? Así que vuestros pertinentes bautismos, ritos, contratos, bendiciones, ordenanzas y obras muertas no tienen ninguna validez ante Dios, sus Ángeles y los debidos testigos. Os profetizo que si descendéis al la tumba con estas vanas y falsas creencias no entrareis en el paraíso de Dios ni en su descanso. Sino seréis echados al infierno a algún otro lugar preparado para los incautos. En otras palabras vuestro bautismos y consagraciones no son nada más que un baño o roció de agua que ningún efecto tiene depuse de que los hombre mueren. Y no soy yo quien lo manifiesta sino Dios por medio de su espíritu y también por de por medio de sus santas escrituras y yo solo las escribo. Porque escrito esta:

Y SUCEDIÓ que mientras los discípulos de Jesús andaban viajando y predicando las cosas que habían oído y visto, y bautizando en el nombre de Jesús, sucedió que se hallaban congregados los discípulos y unidos en poderosa oración y ayuno. Y Jesús se les manifestó de nuevo, porque pedían al Padre en su nombre; y vino Jesús y se puso en medio de ellos, y les dijo: ¿Qué queréis que os dé? Y ellos le dijeron:

Señor, deseamos que nos digas el nombre por el cual hemos de llamar esta iglesia; porque hay disputas entre el pueblo concernientes a este asunto. Y el Señor les dijo: De cierto, de cierto os digo: ¿Por qué es que este pueblo ha de murmurar y disputar a causa de esto? ¿No han leído las Escrituras que dicen que debéis tomar sobre vosotros el nombre de Cristo, que es mi nombre? Porque por este nombre seréis llamados en el postrer día; y el que tome sobre sí mi nombre, y persevere hasta el fin, éste se salvará en el postrer día.


Por tanto, cualquier cosa que hagáis, la haréis en mi nombre, de modo que daréis mi nombre a la iglesia; y en mi nombre pediréis al Padre que bendiga a la iglesia por mi causa. ¿Y cómo puede ser mi iglesia salvo que lleve mi nombre? Porque si una iglesia lleva el nombre de Moisés, entonces es la iglesia de Moisés; o si se le da el nombre de algún hombre, entonces es la iglesia de ese hombre; pero si lleva mi nombre, entonces es mi iglesia, si es que están fundados sobre mi evangelio.


En verdad os digo que vosotros estáis edificados sobre mi evangelio. Por tanto, cualesquiera cosas que llaméis, las llamaréis en mi nombre; de modo que si pedís al Padre, por la iglesia, si lo hacéis en mi nombre, el Padre os escuchará; y si es que la iglesia está edificada sobre mi evangelio, entonces el Padre manifestará sus propias obras en ella. Pero si no está edificada sobre mi evangelio, y está fundada en los hechos de los hombres, o en las obras del diablo, de cierto os digo que gozarán de su obra por un tiempo, y de aquí a poco viene el fin, y son cortados y echados en el fuego, de donde no se vuelve. Pues sus obras los siguen, porque es por sus obras que son talados; recordad, pues, las cosas que os he dicho.


He aquí, os he dado mi evangelio, y éste es el evangelio que os he dado: que vine al mundo a cumplir la voluntad de mi Padre, porque mi Padre me envió. Y mi Padre me envió para que fuese levantado sobre la cruz; y que después de ser levantado sobre la cruz, pudiese atraer a mí mismo a todos los hombres, para que así como he sido levantado por los hombres, así también los hombres sean levantados por el Padre, para comparecer ante mí, para ser juzgados por sus obras, ya fueren buenas o malas; y por esta razón he sido levantado; por consiguiente, de acuerdo con el poder del Padre, atraeré a mí mismo a todos los hombres, para que sean juzgados según sus obras.




Y sucederá que cualquiera que se arrepienta y se bautice en mi nombre, será lleno; y si persevera hasta el fin, he aquí, yo lo tendré por inocente ante mi Padre el día en que me presente para juzgar al mundo.


Y aquel que no persevera hasta el fin, éste es el que también es cortado y echado en el fuego, de donde nunca más puede volver, por motivo de la justicia del Padre. Y ésta es la palabra que él ha dado a los hijos de los hombres; y por esta razón él cumple las palabras que ha dado; y no miente, sino que cumple todas sus palabras. Y nada impuro puede entrar en su reino; por tanto, nada entra en su reposo, sino aquellos que han lavado sus vestidos en mi sangre, mediante su fe, y el arrepentimiento de todos sus pecados y su fidelidad hasta el fin. Y éste es el mandamiento:


Arrepentíos, todos vosotros, extremos de la tierra, y venid a mí y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día os presentéis ante mí sin mancha.


En verdad, en verdad os digo que éste es mi evangelio; y vosotros sabéis las cosas que debéis hacer en mi iglesia; pues las obras que me habéis visto hacer, ésas también las haréis; porque aquello que me habéis visto hacer, eso haréis vosotros.




De modo que si hacéis estas cosas, benditos sois, porque seréis enaltecidos en el postrer día. Escribid las cosas que habéis visto y oído, salvo aquellas que están prohibidas. Escribid los hechos de este pueblo, que serán, tal como se ha escrito, de aquello que ya ha pasado. Pues he aquí, por los libros que se han escrito, y los que se escribirán, será juzgado este pueblo, porque por medio de ellos serán dadas a conocer sus obras a los hombres.




Y he aquí, todas las cosas son escritas por el Padre; por consiguiente, el mundo será juzgado por los libros que se escriban. Y sabed que vosotros seréis los jueces de este pueblo, según el juicio que yo os daré, el cual será justo. Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.


Y ahora voy al Padre. Y de cierto os digo, cualesquiera cosas que pidáis al Padre en mi nombre, os serán concedidas. Por consiguiente, pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá; porque el que pide, recibe; y al que llama, se le abrirá. Y, he aquí, mi gozo es grande, aun hasta la plenitud, por causa de vosotros, y también de esta generación; sí, y aun el Padre se regocija, y también todos los santos ángeles, por causa de vosotros y los de esta generación; porque ninguno de ellos se pierde.

He aquí, quisiera que me entendieseis, porque me refiero a los de esta generación que ahora viven; y ninguno de ellos se pierde; y mi gozo es completo en ellos. Pero he aquí, me aflijo por motivo de los de la cuarta generación a partir de ésta, porque serán llevados cautivos por él, así como lo fue el hijo de perdición; porque me venderán por plata y por oro, y por aquello que la polilla corrompe, y que los ladrones minan y hurtan. Y en aquel día los visitaré, sí, haciendo volver sus obras sobre sus propias cabezas.


Y aconteció que cuando Jesús hubo concluido estas palabras, dijo a sus discípulos: Entrad por la puerta estrecha, porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que conduce a la vida, y pocos son los que lo hallan; pero ancha es la puerta, y espacioso el camino que conduce a la muerte, y muchos son los que lo transitan, hasta que llega la noche, en la que nadie puede trabajar.

(Libro de Mormón 3 Nefi 27:1 - 33)

Por lo tanto con la claridad que habéis leído por medio de las palabras del cordero de Dios, si nosotros que somos hombres malos y pecadores tenemos cierto grado orden social para promover el orden, la justicia y la colectividad, cuanto más orden no deberá tener el Dios todopoderoso que creo los cielos y la tierra. El es al soberano autor de nuestra salvación y el obispo de nuestra alma. Yo en lo personal no pudo usurpar la autoridad de un policía, oficial, magistrado gubernamental, escolástico, o eclesiástico sin severas repercusiones sociales. Y juzgad ahora vosotros si tengo o no autoridad sacerdotal, moral o intelectual para escribir estas cosas. Yo hablo y escribo de la abundancia que hay en mi corazón. Y por esto sabréis que como a Jesucristo, a mi también me conviene estar en los negocios de mi Dios.

Y si esto es así con los negocios entres los hijos de los hombres, porque ha de ser diferente con los negocios de nuestro padre eterno. Los hijos y las hijas de los hombres usurpan tener un sacerdocio o tener autoridad divina para tomar el Santo nombre del Señor nuestra rectitud sin su debida autoridad. ¿Quien llamo a esto vagabundos a predicar, o quien fue el que los ordeno al Santo y real sacerdocio ya sea del orden de Aarón o del orden de Melquisedec? ¿Donde están sus debidas credenciales? Quiero ver su bello de camello detrás del cual se esconden esto perversos? Que manifiesten los hombres y mujeres que dicen ser hijos de Dios su genealogías de ordenación desde hoy hasta las propias manos del varón de santidad o de su hijo Jesucristo? Una jauría de lobos rapaces y de víboras ponzoñosas es que son y quien lo puede refutar o negar? Que se manifiesten!

La ordenación en cualquiera de estos sacerdocios viene directamente de las manos del Dios viviente por medio de la imposición de manos. Juan el Bautista fue un sacerdote de la orden de Aarón, y recibió su autoridad y poder por derecho legítimo por causa de su linaje que ese remonta hasta Aarón. Y no solo eso, sino que también fue debidamente ordenado a los ocho días de nacido de manos de un ángel enviado de la presencia de Dios. Y, El, a saber Juan hijo se Sacarías, tiene hasta este día y para siempre las llaves de este sacerdocio y yo soy de esa misma casa y por conducto divino he recibido esa misma potestad.

Y Jesucristo siendo un sumo sacerdote bajo su propio orden que es el orden según el orden del Hijo de Dios, o lo que se conoce comúnmente como el sacerdocio de Melquisedec, a quien pertenecen las llaves del reino eterno, escogió y ordeno debidamente o por la imposición de manos a los doce apóstoles. Y de entre los apóstoles originales, Pedro Santiago y Juan recibieron las llaves del reno de Dios para ministrar, presidir y administrar en el nombre de Dios. Y estos jueces juzgaran a todos los príncipes de Israel.

El sacerdocio Menor o el de Aarón, tiene las llaves de la letra del evangelio de arrepentimiento y del bautismo por inmersión para la remisión de pecados así como el derecho al ministerio de Ángeles como yo ahora los estoy haciendo por este medio. Yo mismo he sido bendecido por Juan el bautista aun en mi Juventud después de que fui ordenado a este poder. Este sacerdocio menor esta encargado de todos los bienes temporales del reino de Dios sobre la tierra y también para derribar los reinos de la iniquidad. Mientras que el Sacerdocio de Melquisedec se encarga de todos los bienes espirituales del reino de dios cuyo poder es mayor y tiene la potestad de conferir el don del espíritu Santo que conduce a los hijos de los hombres que son obedientes hasta el reino de Dios y su presencia. Nadie puede estar o soportar la gloria o la presencia de Dios sin antes haber sido primero revestidos con este gran Poder. Y esta honra no se compra ni tampoco se vende. No nos escogeos a nosotros mismos, sino que Dios nos escoge a nosotros por medio de la revelación y la imposición de manos por aquellos que están debidamente autorizados.

Y para poder ser digno de oficiar en santidad con esta potestad uno debe cumplir a cabalidad todos los santos mandamientos de Dios, odiar el pecado con odio eterno y despojarse del mundo o del vano tradicionalismo. Porque estos sacerdocios o su debida administración fueron quitados de la tierra cundo Juan el bautista fue decapitado, llevándose consigo las llaves de su potestad. Y de igual forma los poderes mayores fueron suspendidos cuando el inicuo mundo cristiano mato y crucificó a los apóstoles de Jesucristo. Y Pedro, Santiago y Juan también ascendieron como mártires con las llaves de su poder y autoridad.

Así que todas las iglesias que se han edificado sin esta autoridad desde que mataron a los apóstoles son falsas. Son como mujeres estriles y con oprobio porque no tienen hijo, ni marido ni potestad alguna. Han construido sus sinagogas bajo un convenio quebrantado que no tiene valides alguna ante Dios. Y si estas iglesias gustan de la algún poder sobrenatural que no concuerde con la palabra escrita debe ser el poder del Diablo que los emborracha con su vino espiritual para mantenerlos vituperando y segados hasta poseerlos salvo que cesen y desistan y se arrepientan de todas sus supercherías sacerdotales y sus obras inicuas de la oscuridad.

Desde ese día el mundo entro en oscurantismo donde había mucha hambre y sed espiritual en la tierra. O mejor dicho cuando había oscuridad en la tierra, y cuando densa oscuridad existió en las mentes de los hombres como lo manifestó Isaías y otros santos profetas concernientes a la gran apostasía. Y desde ese entonces se empezó a distorsionar la verdadera doctrina de Cristo, se suprimió el evangelio eterno, se despojo la verdad de las escrituras; y se cambiaron las ordenanzas y se quebranto el convenio sempiterno. Casi todos ustedes están con una pata en el agua y con la otra en la iglesia del diablo porque la iglesia del diablo es la madre de todas las rameras. Así que cuando caiga una pata por fuerza tiene que caer la otra. Y si cae la iglesia del diablo, por fuerza deben caer todas sus hijas. Y es le Señor Dios quien la hace caer.

En efecto, desde que mataron a los santos de Dios de la iglesia primitiva hasta se perdió la verdad de la esencia y la naturaleza de Dios. En sus concilios macabros y torcidos los hombres distorsionaron la verdad hasta no tener cabida en sus corazones diciendo que Dios era un monstruo; o es decir un ser tan grande que habita todo el espacio; y tan pequeño a la vez que mora en cada corazón. Un ser que no tiene lados, ni pasiones ni sensaciones contradiciendo todas las escrituras que nos demuestran que Dios es un ser viviente, resucitado y glorificado que nos hizo a su imagen y semejanza, que nos amo con tanta pasión o a tal grado que nos ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el crea no se pierda mas tenga vida eterna.

El varón de Santidad, o Elohim, es el padre del hijo del Hombre, al que le conocemos como Jehová en el Antiguo testamento de la Biblia, o Jesucristo, el unigénito en la carne del Padre, que es el Mesías del Nuevo testamento. Al que nosotros los de la Iglesia de Jesucristo conocemos como el Santo Dios de Israel, o el ser resucitado del cual se testifica en el Libro de Mormon; y también el Ser glorificado del cual se testifica en el libro de Doctrinas Y Convenios y de la perla de gran precio. Y nada impuro puede morar en su presencia, ni tampoco su el o su santo espíritu mora en templos hechos de piedra o inmundos.

Y estas son las buenas nuevas para todos los que las quieran recibir. Algo grande, extraño y maravilloso ha ocurrido. Y es Que Dios y su hijo Jesucristo se han manifestado en tiempos modernos al hombre. Y no solo eso, sino que aquellos mismos hombres que fueron una vez decapitados, quienes murieron crucificados o quienes también fueron llevados sin gustar la muerte, como Moisés y Elías el profeta y otros volvieron a la tierra como seres resucitados y glorificados. Y tenemos registros constantes y sonantes de sus apariciones, manifestaciones, administraciones y ministerio. Esto sucedió 180 años atrás o tiempos modernos. Y bajaron del Cielo, hombres como Ángeles resplandecientes constantes y sonantes a delegar sus poderes y su autoridad a hombres que fueron vasos nuevos escogidos desde antes de la fundación del mundo para restaurar la verdad a los hombres sobre toda la faz de la tierra; y así dar comienzo a la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Todo esto era esencial y necesario que sucediera según Malaquias y otros profetas, en preparación para la segunda venida del hijo de Dios en toda su gloria que viene a reinar por mil anos sobre la tierra. De nos ser así toda la tierra seria severamente atribulada y maldecida a la venida del día grande y terrible del Señor. Estas son grandes noticias de salvación que nos manifiestan que Dios es el mismo de ayer hoy y para siempre. Que así como se les manifestó a los antiguos, Así se nos ha maniatado a nosotros. El reina sobre los cielos y la tierra y sobre todos nosotros que somos la obra de sus manos. ¿Quien a creído nuestro reporte? ¿A quien se le ha manifestado el brazo del Señor?

Y desde José Smith y sus compañeros, o desde que se volvió a conferir la divina autoridad la hombre sobre la tierra, se ha delegado por todo el mundo a hombres llamados y escogidos. Y el reino de Dios roda como una piedra cortada no con mano desde la cima de una montana hasta llenar toda la tierra. ¿Quien podrá estar de pie al momento del la venida de Jesucristo en toda su gloria? Porque toda rodilla se doblara y toda lengua confesara que Jesús es el Cristo.

Y desde que se restauro la verdad en 1830, cada uno de nosotros ahora podemos rastrear nuestra potestad con nombre apellido y fecha de ordenación nuestras generaciones hasta el principio o inclusive hasta Jesucristo. Y si es que guardamos sus mandamientos y nos mantenemos fieles a su reino establecido obtendremos este derecho eterno. Y seremos coronados como reyes y sacerdotes para el más santo Dios para disfrutar de las glorias de la eternidad. Y no hay otra iglesia sobre la faz de la tierra que profese cosas mayores o que tenga esta potestad; así que quien no pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, deberá forzosamente pertenecer a otro redil que no es el de Jesucristo. Y todos sabemos que el reino del Diablo tarde o temprano será derribado, destruido, sacudido y sus torres volcadas hasta dejar de existir. El que lea entienda porque de esto escrito esta y el Señor Dios no ha hablado en secreto.

Por lo que, el Señor Dios procederá a desnudar su brazo a los ojos de todas las naciones, al llevar a efecto sus convenios y su evangelio para con los que son de la casa de Israel. Por tanto, los sacará otra vez de su cautividad, y serán reunidos en las tierras de su herencia; y serán sacados de la obscuridad y de las tinieblas; y sabrán que el Señor es su Salvador y su Redentor, el Fuerte de Israel.

Y la sangre de esa grande y abominable iglesia, que es la ramera de toda la tierra, se volverá sobre su propia cabeza; porque guerrearán entre sí, y la espada de sus propias manos descenderá sobre su propia cabeza; y se emborracharán con su propia sangre.

Y toda nación que luche contra ti, oh casa de Israel, se volverá la una contra la otra, y caerán en la fosa que cavaron para entrampar al pueblo del Señor. Y todos los que combatan contra Sión serán destruidos, y esa gran ramera que ha pervertido las rectas vías del Señor, sí, esa grande y abominable iglesia caerá a tierra, y grande será su caída.

Porque he aquí, dice el profeta, se acerca rápidamente el tiempo en que Satanás no tendrá más poder sobre el corazón de los hijos de los hombres; porque pronto se acerca el día en que todos los soberbios y todos los que obran inicuamente serán como rastrojo; y está cerca el día en que han de ser quemados. Pues está próximo el tiempo en que la plenitud de la ira de Dios será derramada sobre todos los hijos de los hombres; porque no consentirá que los inicuos destruyan a los justos. Por lo tanto, protegerá a los justos por su poder, aun cuando tuviese que venir la plenitud de su ira, y serán preservados los justos aun hasta la destrucción de sus enemigos por fuego. Por tanto, los justos no tienen por qué temer; porque así dice el profeta: Se salvarán, aun como si fuese por fuego.

He aquí, os digo, mis hermanos, que estas cosas deben venir muy pronto; sí, debe haber sangre y fuego y vapor de humo; y es menester que sea sobre la superficie de esta tierra; y sobrevendrá a los hombres según la carne, si es que endurecen sus corazones en contra del Santo de Israel.


Pues he aquí, los justos no perecerán; porque ciertamente vendrá el tiempo en que todos los que combatan contra Sión serán talados. Y el Señor ciertamente preparará una vía para su pueblo, a fin de cumplir las palabras que habló Moisés, diciendo: El Señor vuestro Dios os levantará a un profeta, semejante a mí; a él oiréis en todo lo que os dijere. Y sucederá que todos aquellos que no quieran escuchar a ese profeta serán desarraigados de entre el pueblo.


Y ahora bien, yo, Nefi, os declaro que este profeta de quien habló Moisés era el Santo de Israel; por tanto, juzgará con justicia. Y los justos no tienen por qué temer, pues ellos son los que no serán confundidos. Mas es el reino del diablo, el cual será edificado entre los hijos de los hombres, el cual está establecido entre aquellos que se encuentran en la carne; porque pronto llegará el tiempo en que todas las iglesias que se hayan establecido para obtener ganancia, y todas las que hayan sido edificadas para lograr poder sobre la carne, y las que se hayan fundado para hacerse populares ante los ojos del mundo, y aquellas que busquen las concupiscencias de la carne, y las cosas del mundo, y cometan toda clase de iniquidades, en fin, todos los que pertenezcan al reino del diablo son los que deberán temer, temblar y estremecerse; ellos son los que deben ser humillados hasta el polvo; ellos son los que deben ser consumidos como el rastrojo; y esto según las palabras del profeta.


Y rápidamente se acerca el tiempo en que los justos han de ser conducidos como becerros de la manada, y el Santo de Israel ha de reinar con dominio, y fuerza, y potestad, y gran gloria. Y recoge a sus hijos de las cuatro partes de la tierra; y cuenta a sus ovejas, y ellas lo conocen; y habrá un redil y un pastor; y él apacentará a sus ovejas, y en él hallarán pasto. Y a causa de la rectitud del pueblo del Señor, Satanás no tiene poder; por consiguiente, no se le puede desatar por el espacio de muchos años; pues no tiene poder sobre el corazón del pueblo, porque el pueblo mora en rectitud, y el Santo de Israel reina. Y ahora bien, he aquí, yo, Nefi, os declaro que todas estas cosas deben acontecer según la carne.

(Libro de Mormón 1 Nefi 22:11 - 27)


¡Así que os pregunto, hermanos míos! ¿Qué tenéis que decir sobre estas cosas? Yo estoy perplejo de tanta luz que no me la puedo guardar ya más. Y concluyo esta jornada manifestando con las palabras de Moroni, hijo de Mormon quien nos habla desde el polvo como con voz de trompeta. Y con debida autoridad saco estas palabras a la luz para convencer de una vez por todas al judío y al gentil de que Jesús es el Cristo. Y doy testimonio juntado con el de José Smith hijo, y sus compañeros quienes con la única mira de Glorificar a Dios y beneficial al pueblo del antiguo convenio, sacaron por medio del poder de Dios y no del hombre estas palabras de la tierra por mandato de un ángel. Yo, el mismo, Miguel Ángel se sin lugar a dudas de que todas estas palabras, tanto las que digo como las que cito del libro de mormon son verdaderas. Y los Ángeles hablan por el poder del Espíritu Santo. Así que nada de lo que he escrito viene de mí o de algún hombre sino del quien nos envió; a saber, Jesucristo.

Y todos los testimonios verdaderos se juntan; y tal como Jesucristo ha dicho así se cumplirán todas sus palabras. Y así pasaren los cielos y la tierra su palabra no pasara sino que toda se cumplirá. Porque el hacha ya esta puesta la pie de cada árbol. Y todo árbol que no produzca buen fruto que sea digno de arrepentimiento será talado, no dejándole ni raíz ni rama; y será ahechado al fuego inextinguible. Y esto es porque los hijos de los hombres honran a Dios con sus labios, mas su corazón se ha alejado de el y enseñan como doctrina mandamientos, preceptos y filosofías de los hombres teniendo apariencia de piedad mas negando la eficacia de ella. Y por causa de esto todas sus iglesias de han corrompido y la nuestra no esta enteramente excluida. Y por eso nos afanamos y predicamos la verdad con celo y ahínco para que por nuestro trabajo y peregrinaciones sea purificada y ataviada como novia para recibir al gran esposó. De esto nos hablo Moroni a nosotros cunado vio nuestra generación y nos vio a todos cuando escribió diciendo:

He aquí, ceso de hablar concerniente a este pueblo. Soy hijo de Mormón y mi padre era descendiente de Nefi. Y soy el mismo que esconde esta historia para los fines del Señor; mas las planchas en que se halla no tienen ningún valor, por causa del mandamiento del Señor. Porque él ciertamente dice que nadie las obtendrá para lucrar; mas la historia que contienen es de gran valor, y a aquel que la saque a luz, el Señor lo bendecirá.

Porque nadie puede tener el poder para sacarla a luz salvo que le sea dado de Dios; porque Dios dispone que se haga con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios, o para el beneficio del antiguo y por tan largo tiempo dispersado pueblo del convenio del Señor.


Y bendito sea aquel que saque esto a luz; porque se sacará de las tinieblas a la luz, según la palabra de Dios; sí, será sacado de la tierra, y brillará de entre las tinieblas y llegará al conocimiento del pueblo; y se realizará por el poder de Dios. Y si hay errores, son errores del hombre. Mas he aquí, no sabemos que haya errores; no obstante, Dios sabe todas las cosas; por tanto, cuídese aquel que condene, no sea que corra peligro del fuego del infierno.


Y el que diga: Mostradme o seréis heridos, cuídese, no sea que mande lo que el Señor ha prohibido. Porque he aquí, el que precipitadamente juzgue, precipitadamente será también juzgado; pues según sus obras, será su paga; por tanto, aquel que hiera será, a su vez, herido del Señor.


He aquí lo que dicen las Escrituras: El hombre no herirá ni tampoco juzgará; porque el juicio es mío, dice el Señor, y la venganza es mía también, y yo pagaré. Y el que respire iras y contiendas contra la obra del Señor, y contra el pueblo del convenio del Señor, que es la casa de Israel, y diga: Destruiremos la obra del Señor, y el Señor no se acordará del convenio que ha hecho con la casa de Israel, tal persona está en peligro de ser talada y arrojada al fuego; porque los eternos designios del Señor han de seguir adelante, hasta que se cumplan todas sus promesas.


Escudriñad las profecías de Isaías. He aquí, no puedo escribirlas. Sí, he aquí, os digo que aquellos santos que me han precedido, que han poseído esta tierra, clamarán, sí, desde el polvo clamarán al Señor; y así como vive el Señor, se acordará del convenio que ha hecho con ellos. Y él conoce sus oraciones, que se hicieron a favor de sus hermanos. Y él conoce su fe, porque en su nombre pudieron mover montañas; y en su nombre pudieron hacer que temblara la tierra; y por el poder de su palabra hicieron que se derribaran las prisiones; sí, ni aun el horno ardiente pudo dañarlos, ni las bestias salvajes, ni las serpientes venenosas, por motivo del poder de su palabra.


Y he aquí, sus oraciones también fueron a favor de aquel a quien el Señor habría de conceder sacar a luz estas cosas. Y no es menester que nadie diga que no saldrán, pues ciertamente saldrán, porque el Señor lo ha dicho; porque de la tierra han de salir, por mano del Señor, y nadie puede impedirlo; y sucederá en una época en que se dirá que ya no existen los milagros; y será como si alguien hablase de entre los muertos.

Y sucederá en un día en que la sangre de los santos clamará al Señor, por motivo de las combinaciones secretas y las obras de obscuridad. Sí, sucederá en un día en que se negará el poder de Dios; y las iglesias se habrán corrompido y ensalzado en el orgullo de sus corazones; sí, en un día en que los directores y maestros de las iglesias se envanecerán con el orgullo de sus corazones, hasta el grado de envidiar a aquellos que pertenecen a sus iglesias.

Sí, sucederá en un día en que se oirá de fuegos, y tempestades, y vapores de humo en países extranjeros; y también se oirá de guerras, rumores de guerras y terremotos en diversos lugares. Sí, sucederá en un día en que habrá grandes contaminaciones sobre la superficie de la tierra: habrá asesinatos, y robos, y mentiras, y engaños, y fornicaciones, y toda clase de abominaciones; cuando habrá muchos que dirán: Haz esto, o haz aquello, y no importa, porque en el postrer día el Señor sostendrá al que tal hiciere. Pero ¡ay de tales, porque se hallan en la hiel de amargura y en los lazos de la iniquidad!

Sí, sucederá en un día en que se habrán establecido iglesias que dirán: Venid a mí, y por vuestro dinero seréis perdonados de vuestros pecados. ¡Oh pueblo inicuo, y perverso, y obstinado! ¿Por qué os habéis establecido iglesias para obtener lucro? ¿Por qué habéis tergiversado la santa palabra de Dios, para traer la condenación sobre vuestras almas? He aquí, examinad las revelaciones de Dios; pues, he aquí, llegará el tiempo, en aquel día, en que se cumplirán todas estas cosas.


He aquí, el Señor me ha mostrado cosas grandes y maravillosas concernientes a lo que se realizará en breve, en ese día en que aparezcan estas cosas entre vosotros. He aquí, os hablo como si os hallaseis presentes, y sin embargo, no lo estáis. Pero he aquí, Jesucristo me os ha mostrado, y conozco vuestras obras. Y sé que andáis según el orgullo de vuestros corazones; y no hay sino unos pocos que no se envanecen por el orgullo de sus corazones, al grado de vestir ropas suntuosas, y de llegar a la envidia, las contiendas, la malicia y las persecuciones, y toda clase de iniquidades; y vuestras iglesias, sí, sin excepción, se han contaminado a causa del orgullo de vuestros corazones. Porque he aquí, amáis el dinero, y vuestros bienes, y vuestros costosos vestidos, y el adorno de vuestras iglesias, más de lo que amáis a los pobres y los necesitados, los enfermos y los afligidos.

¡Oh vosotros, corruptos, vosotros, hipócritas, vosotros, maestros, que os vendéis por lo que se corrompe! ¿Por qué habéis mancillado la santa iglesia de Dios? ¿Por qué os avergonzáis de tomar sobre vosotros el nombre de Cristo? ¿Por qué no consideráis que es mayor el valor de una felicidad sin fin que esa miseria que jamás termina? ¿Es acaso por motivo de la alabanza del mundo?

¿Por qué os adornáis con lo que no tiene vida, y sin embargo, permitís que el hambriento, y el necesitado, y el desnudo, y el enfermo, y el afligido pasen a vuestro lado, sin hacerles caso? Sí, ¿por qué formáis vuestras abominaciones secretas para obtener lucro, y dais lugar a que las viudas y también los huérfanos lloren ante el Señor, y también que la sangre de sus padres y sus maridos clame al Señor, desde el suelo, venganza sobre vuestra cabeza? He aquí, la espada de la venganza se cierne sobre vosotros; y pronto viene el día en que él vengará la sangre de los santos en vosotros, porque no soportará más sus clamores.

(Libro de Mormón Mormón 8:13 - 41)

Esta vida es el tempo para prepararse para compadecer ante Dios. No demoréis vuestro arrepentimiento hasta que retumben en vuestros oídos los sermones del celo con una potencia más fuerte que el estrepitoso estremecimiento de los truenos. Este es el último llamado a todos los confines de la tierra. Todos ustedes, amigos, familiares, vecinos, advenedizos y extranjeros a quines han leído mis muchas palabras, han sido debidamente servidos, exhortados, amonestados e invitados a venir a Cristo; y su justificación u convenio con la muerte o con el infierno delante de los celos ha sido anulado. Y lo hace uno que tiene el poder sellador y que habla como alguien que tiene autoridad. Y quien ha tomado sobre si mismo el nombre de Jesucristo porque no hay otro nombre por el cual venga la salvación ni se dará jamás ningún otro nombre. Así sea amen.

Atentamente un siervo en las manos de Cristo.

ESCRIBA

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez







Wednesday, August 18, 2010

Señor, Hay ungüento en Gilead?


Sion, Agosto 17 del 2010

Señor, hay ungüento en Gilead?

Por Miguel Angel Tinoco Rodriguez

Uno somos todos, uno en verdad.

Hoy día deseo testificar de la verdad de la restauración del evangelio eterno y del reino de Dios establecido sobre la tierra y de su grandeza y longanimidad para con los hijos de los hombres.

Como muchos o pocos, en ocasiones me pregunto como el Salvador, ¿Padre mió, padre mió porque me has abandonado? ¿O como José Smith cuando estaba encarcelado y dijo, Señor, donde estas? ¿Hasta cuando nos vengaras de nuestros enemigos? o ¿donde esta el pabellón que cubre tu morada oculta?

OH Dios, ¿en dónde estás? ¿y dónde está el pabellón que cubre tu morada oculta? ¿Hasta cuándo se detendrá tu mano, y tu ojo, sí, tu ojo puro, contemplará desde los cielos eternos los agravios de tu pueblo y de tus siervos, y penetrarán sus lamentos en tus oídos? Sí, oh Señor, ¿hasta cuándo sufrirán estas injurias y opresiones ilícitas, antes que tu corazón se ablande y tus entrañas se llenen de compasión por ellos?

Oh Señor Dios Todopoderoso, Creador de los cielos, la tierra, los mares y cuantas cosas hay en ellos, que dominas y sometes al diablo, y al obscuro y tenebroso dominio del Seol, extiende tu mano; deja que tu ojo penetre; que tu pabellón se descorra; que ya no quede cubierta tu morada oculta por más tiempo; inclínese tu oído; ablándese tu corazón y conmuévanse tus entrañas de compasión por nosotros. Permite que tu enojo se encienda en contra de nuestros enemigos; y en el furor de tu corazón, vénganos de nuestras injurias con tu espada. Acuérdate de tus santos que sufren, oh Dios nuestro, y tus siervos se regocijarán en tu nombre para siempre.

(Doctrina y Convenios Sección 121:1 - 6)

Porque aunque tengo decenas de millones de amigos, hermanos y parientes en este mundo porque no hay ninguno conmigo predicando el arrepentimiento a los cuatro vientos como con voz de trompeta. En estos Últimos días cuando casi todos saben acerca de Jesucristo, no hay nadie que sea inocente salvo los niños pequeños. Y en base a que el conocimiento de Dios se ha extendidito tanto a creyentes como a incrédulos y a los paganos, la salvación no viene a nadie si no es por medio del arrepentimiento. Y porque nadie se quiere arrepentir y ofrece un sacrificio en justicia aceptable al señor, Sion se acongoja y dice desde lo mas profundo de sus entrañas y hasta con gemidos y temblores:

Pero la respuesta consoladora es la misma y el velo ya se ve descorrer y los juicios obre idumea se precipitan. Y esta es la respuesta del gran Dios y el consuelo a todos sus afligidos:

Hijo mío, paz a tu alma; tu adversidad y tus aflicciones no serán más que por un breve momento; y entonces, si lo sobrellevas bien, Dios te exaltará; triunfarás sobre todos tus enemigos. Tus amigos te sostienen, y te saludarán de nuevo con corazones fervientes y manos amistosas. No eres aún como Job; no contienden en contra de ti tus amigos, ni te acusan de transgredir, como hicieron con Job. La esperanza de los que te acusan de trasgresión será deshecha, y sus maquinaciones se disiparán como desaparece la escarcha ante los cálidos rayos del sol naciente; y también Dios ha fijado su mano y sello para mudar los tiempos y las estaciones, y ofuscar sus mentes para que no entiendan sus obras maravillosas; para que los pruebe y los sorprenda en su propia astucia; también porque sus corazones se han corrompido, y para que las cosas que quieren ocasionar a otros, y se deleitan en que otros las padezcan, les sobrevengan a ellos mismos en grado sumo; a fin de que también se vean frustrados y se desvanezcan sus esperanzas; y de aquí a pocos años, ellos y su posteridad serán arrasados de debajo de los cielos, dice Dios, que no quedará ni uno de ellos para estar junto al muro.



Malditos sean todos los que alcen el calcañal contra mis ungidos, dice el Señor, clamando que han pecado cuando no pecaron delante de mí, antes hicieron lo que era propio a mis ojos y lo que yo les mandé, dice el Señor. Mas los que claman trasgresión lo hacen porque son siervos del pecado, y ellos mismos son hijos de la desobediencia. Y los que juran falsamente contra mis siervos para causarles la servidumbre y la muerte, ¡ay de ellos!; por haber ofendido a mis pequeñitos serán vedados de las ordenanzas de mi casa. Su cesta no se llenará, sus casas y graneros desaparecerán, y ellos mismos serán odiados de quienes los lisonjeaban. No tendrán derecho al sacerdocio, ni su posteridad después de ellos de generación en generación. Mejor les hubiera sido que se les hubiera colgado una piedra de molino al cuello, y se hubieran ahogado en lo profundo del mar. ¡Ay de todos aquellos que molestan a los de mi pueblo, y los acosan, y asesinan, y testifican contra ellos, dice el Señor de las Huestes! La generación de víboras no se escapará de la condenación del infierno.

(Doctrina y Convenios Sección 121:7 - 23)

Y esto yo lo digo porque veo a mi derredor, y me encuentro muy solo; y como a Juan el bautista, muchos me miran con el ojo de escarnio como si me estuviera presentando como un profeta. Me miran como si yo me hubiera escogido a mi mismo. Yo no puedo negar ni tampoco me puedo retractar de que he probado del dulce amor y de las tiernas misericordias de Jesús, el crucificado, el vivificado y el prometido Cristo. Y que por lo cual, y no de mi mismo tengo un testimonio de su divinidad de su santo nombre; y también de todas sus obras de gracia y verdad y redención. Por cuanto escrito esta que el testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía; y es ese espíritu el que eme inspira a escribir.

Mi conversión no fue cosa fácil. Sino que yo, habiendo sido un vil pecador ejercí potente fe en Jesucristo para que su sangre expiatoria me lavara por medio del arrepentimiento. Y yo he palpado y he notado un potente cambio en mi corazón que me hizo nacer de nuevo espiritualmente y regocijándome en extremo por el gozo de mi redención llegando a ser como un niño pequeño. Pero al estar muy santo delante de mi Dios algunos de mis amigos me hicieron tropezar y perdí una de mis piernas. Y estando santo como un niño herido en defensa personal me envilecí y caí en extrema depresión y hasta fui a parar a la cárcel. Y mi cuerpo que era santo quedo expuesto a los ultrajes y bofetones se Satanás y de incontables espíritus inmundos hasta que uno a uno fue quedando bajo la planta de mis pies. Y antes de que esto sucediera, aun décadas después de mi bautismo; o por mucho que yo sabía acerca de Cristo, y conocía sus preceptos y mandamientos, mi bautismo de fuego o mi conversión absoluta no llego sino hasta hace unos cuantos años atrás.

Y desde entonces soy enemigo a muerte del pecado. Y por amor al trasgresor, con sumo celo y ansiedad deseo prevenirlos de los nocivos e intoxicantes efectos del pecado que se extienden mas allá de la misma muerte. Y al encontrarme sobre la roca de la eternidad o en la plataforma segura en la que me hoy me encuentro, y al ver a muchos holgados, bailando, bebiendo, comiendo y disfrutando de placeres carnales, sensuales y diabólicos parapetados en un abismo sin fin y erguidos en el aire como a punto de ser derribados para caer y no volver a ascender mas, yo desfallezco y siento como que me muero. Y esto por saber el infierno que les espera. Me aterra que un alma sufra lo inaguantable. Y esto les sucede por inicuos y no prestar atención a las palabras de Dios ni se los profetas.

Y tan pronto me repongo de mi separes les hago una solemne invitación; o mejor dicho, les tiro una cuerda para que vengan al lugar santísimo mas seguro. Pero en lugar de tomar la cuerda, ellos por lo general se enojan contra mi con mucha rabia, se burlan de mí, a sabiendas me ignoran, me echan de sus sitios públicos y hasta me dicen que estoy muy loco. He sido contado entre los enfermos y enumerado entre los inicuos por causa de algunos de ellos. ¿Pero que me hacerme Segismundo a mi que ya no le hayan hecho al Cristo? Acaso soy yo o alguno de posprofetas somos mayores que el? Si a el se lo hicieron es no es ningún misterio que también nos sucedan algunas de estas cosas nosotros.

Yo no escogí ni mucho menos baje a Mi Señor del cielo, sino el me llamo a mi y envió con su espíritu. Y como a los de la antigüedad he sido enviado a testificar de la verdad y también a predicar el arrepentimiento a una gente obstinada y dura de cerviz; preparando así el camino delante de mis hermanos, los Élderes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de Los últimos días. Ellos vienen detrás de mí con potestad mayor antes del día glorioso de su venida. Yo, aunque tengo autoridad mayor que esta, no bautizo o confiero el espíritu santo a nadie salvo que se me mande directamente a hacerlo. Porque la casa de Dios es una casa de orden y no de confusión.

Así que para no traspasar lo señalado solo me limito a predicar el evangelio eterno, la fe en el Señor Jesucristo, el arrepentimiento; y también invito a todos a venir a cristo con corazón quebrantado y un espíritu contrito como ofrenda aceptable ante Dios. Y que una vez hayan hecho esto, hagan convenio con Dios por medio de un bautismo de inmersión para la remisión de pecados; el cual es el único bautismo legal y legítimo y aceptable en el cielo si es efectuado debidamente por alguien que tiene la debida autoridad. Y todo esto lo hago para que también puedan recibir como yo y muchos otros el Don del Espíritu Santo por la imposición de manos por los que tienen esta mayor potestad. Y esto a su vez par que puedan glorificar a Dios en espíritu y en verdad y así gozar todas las bendiciones que Dios padre y su hijo Jesucristo; y el espíritu Santo tienen preparadas o reservadas para ellos.

Y para que también una ves hayan hecho esto ya se en el mismo momento de su conversión o cuando Dios haya probado su fe hasta el fin, puedan recibir el bautismo de fuego y del Espíritu Santo directamente de las manos de Jesucristo, el único mediador de este nuevo y sempiterno convenio. Y esto para que puedan recibir por medio del la valentía, el esfuerzo y la determinación en guardar todos los mandamientos, el don mas grande jamás otorgado por Dios, a saber, la vida eterna en la presencia de Dios. Y que no se conformen más con solo la salvación o con solo resurrección para vivir eternamente en algún otro lugar en un grado menor de felicidad o en eterna condenación. Y todo esto manifiesto con pelos y señales que si los que son capaces de arrepentirse no hacen y reciben estas cosas cuando les hayan sido presentadas, que serán condenados y que por la justicia de Dios tendrán que descender irrevocablemente al infierno.

Los que han escuchado lo amargo del mensaje de salvacion, y no son rebeldes, pueden probar la dulzura del evangelio eterno por medio de la mano de mis hermanos cuando los Élderes o los Ángeles de Dios toquen a su puerta, o se los encuentren en el camino. Porque el evangelio que yo predico aunque es muy dulce al paladar, es muy destructivo y amargo al vientre; y se me ha mandado no hacer acepción de personas ni a respetar a ninguna carne. Y acontece que aunque muchos son llamados y pocos los escogidos, los que son escogidos reciben gozosamente a los misioneros del reino de Dios. Y es allí cuando Jesucristo crece y nosotros menguamos, tal y como sucedió con Elías mensajero que había de venir o Juan el Bautista y todos los santos profetas. Porque ninguna carne se gloriara antes de nuestro Señor.

Así que yo solo siembro la semilla; y también a menudo me siento como el buey que trilla el arado en manos de mi hacedor. Y predico de día y de noche casi sin descanso tanto en la oscuridad como al medio día; despierto así como dormido. Y por causa de este atributo que he desarrollado de los profetas y de Cristo mismo casi todos los que me han escuchado me han puesto bozal y me han mandado que me calle y que no les predique. Mas a carne ni sangre yo no le hago caso porque el que me envió es mayor que todos ellos. Y prefiero temerle a Dios más que al hombre. Por lo cual, también me he ganado la fama de ser un ser prepotente e implacable, cundo lo único que hago es repartir justicia, o ser intolerante del pecado y no del pecador. Yo no juzgo a nadie, pero la palabra escrita es juez de vivos y muertos.

Hasta ayer yo pensaba que estaba trillando el habado solo. Mas no me había dado cuanta que todos somos uno y que uno somos todos, por eso es que yo no veía a nadie trabajar conmigo. Y es porque todos trabajamos como si fuéramos un solo hombre cada quien en su posta como un cuerpo bien organizado.

Por causa de tanta oposición, esfuerzo y predicación, Ayer en un sueno lúgubre, se me debilitaron casi todas las fuerzas y me sentí además de débil en el espíritu, muy desalentado y muy acongojado por no decir miserable, necesitado, siego y desnudo. Y los misioneros de la Iglesia, mi familia y yo fuimos a tener una noche de hogar en casa de un prominente investigador. El es un judío directo de los lomos de Aarón, que todavía no sabe quien es, de donde viene y a donde va. Pero en su casa ayer junto con su esposa, hijos y amigos en unión cantamos y le testificamos de Jesucristo y del evangelio restaurado. Para el final de la charla, si tenía yo algo de fuerzas ya se me habían drenado por completo. Sentí como que se me apago el espíritu. Mi tristeza se notaba y auque soy dormilón, comelón y bebedor, no tenía ni siquiera apetito. Deseaba volver a mi casa para orar en secreto para pedir fuerzas a mi Dios. Y así sucedió.

Cuando llegamos mi familia y yo a casa, ore y pedí a Dios un poco de aliento; y sin reproche me fue dado. Y cuando lo obtuve me di cuenta que tenia que testificar otra vez acerca del poder de Jesucristo. Y llame a mi amigo el investigador, para darle aliento y apoyo y decirle que tuviera Fe en Jesucristo y no en el brazo de la carne. Porque hasta yo le podía fallar, pero que si depositaba su confianza en Jesucristo nunca le fallaría sino que el se adelantaría a socorrerlo. También le dije que leyera el libro de Mormon con verdadera intención para que se diera cuanta que El es un hijo muy especial de nuestro padre Celestial y que descubriera por si mismo su verdadera identidad. Que en el libro de Mormon se encuentra el evangelio eterno y el ministerio personal de Jesucristo y sus tratos con nuestros Padres tanto antes como después de su resurrección. Y por ultimo le dije que pese a la oposición que ahora agobia su vida que se mantuviera firme. Que cada paso adelante por muy pequeño que fuera es un gran salto que lo eleva y lo acerca más a Dios y a su reino.

Cuando terminamos de hablar, quede totalmente deshabilitado. Me sentí de nuevo vació o que lo había dado todo y que me había quedado sin nada para mi. Era como haber dado un buen consejo y haberme quedado sin el. Pero con fe en Cristo, supe que sobreviviría. A fin de cuentas, no es la primera vez que pongo mi vida y la vuelvo a tomar. Esto yo lo aprendí de Jesucristo, quien a su vez lo aprendió de nuestro Padre Celestial. Porque por esto me ama al Padre dijo el, porque pongo mi vida y la vuelvo a tomar. Así que con oración, leyendo las escrituras y los consejos de los profetas poco a poco empecé a calentar mis baterías espirituales para poder pasar la noche o hasta que llegara mi bebida.

Como podrán ver, por gracia y misericordia divina hoy estoy escribiendo otra vez, o predicando el evangelio eterno. Y lo hago con el mismo ánimo y con la potestad y valentía de uno como Miguel Ángel con la que me caracterizo, pues por Dios así fui nombrado por el Sacerdocio en su santa Iglesia aun antes de que yo mismo pudiera decir Padre mió o Madre mía.

Pero que día de Gozo y de alabanza es este? Hoy estoy de fiesta porque hoy llego a mi casa el mensajero de mi Dios y con el mi bebida. El mismo mensaje que le di a mi amigo anoche, lo recibí de un profeta viviente y revelador cuyo nombre hoy confieso, Henry B. Eyering. En el primer mensaje para el mes de Septiembre del presente de la primera presidencia de la Iglesia para todos nosotros y para el mundo, el presidente eyering Me dice a mí, lo que yo lo dije a mi amigo ayer. El mensaje del profeta me lleno instantáneamente mi espíritu. Y por esto y mucho más, doy gracias y alabo a mi Dios porque manda de nuevo a venir profetas con su evangelio, a enseñarnos como vivir. Y por esto es que digo que uno somos todos una en verdad. Ayer yo di y hoy de Dios yo recivi.

Con todo el amor de mi alma y sin la mas mínima adulación le aconsejo a todos mis hermanos dentro y fuera de la puerta a escuchar a los profetas vivientes, videntes y reveladores de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los o Últimos días. Yo soy profeta como ellos, pero profeso más de lo que profetizo. Y hablo como uno que hablara de entre los muertos; y por ellos he sido vivificad una y otra vez. Les exhorto a que den oído a sus palabras porque ellos los guiaran por el camino de la vida, de la verdad y de la salvación que es un solo camino. Sus palabras son suaves, tiernas y sencillas, claras al entendimiento y muy eficaces para los que no han dejado de sentir, pero como silabas vacías para los incrédulos y los desobedientes.

Y aunque los profetas de la Iglesia de Jesucristo les predican un evangelio suave, tierno, como un riachuelo que corre pacidamente y sublime, los profetas del Padre Eterno somos enviados a segar y a confundir, a destituir a y a despojar a Segismundo de la verdad y poner a todos los enemigos de Jesucristo bajo sus pies. Por cuanto escrito esta:

Y me habló el Señor otra vez, diciendo: Por cuanto este pueblo desecha las aguas de Siloé, que corren plácidamente, y se huelga con Rezín y el hijo de Remalías; el Señor, pues, hará subir sobre ellos las aguas del río, fuertes y muchas, es decir, al rey de Asiria y toda su gloria; y subirá sobre todos sus arroyos y pasará sobre todas sus riberas. Y fluirá por Judá; se desbordará e inundará; y llegará hasta la garganta; y la extensión de sus alas llenará la anchura de tu tierra, ¡oh Emanuel!

¡Reuníos, oh pueblos, y seréis quebrantados! ¡Escuchad, todos vosotros los de países lejanos; ceñíos, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados! Reuníos en consejo, y será anulado; hablad palabra, y no permanecerá; porque Dios está con nosotros.

Porque el Señor de este modo me habló con mano fuerte, y me instruyó que no anduviese por el camino de este pueblo, diciendo: No llaméis conspiración a todo lo que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos temen, ni tengáis miedo. Al Señor de los Ejércitos santificad; y sea él vuestro temor, y sea él vuestro miedo.

Y él será por santuario; pero por tropezadero y piedra de tropiezo a las dos casas de Israel; por trampa y lazo a los habitantes de Jerusalén. Y muchos de ellos tropezarán y caerán; y serán quebrantados, entrampados y apresados. Ata el testimonio; sella la ley entre mis discípulos. Y yo esperaré al Señor, el cual oculta su cara de la casa de Jacob, y en él confiaré. He aquí, yo y los hijos que el Señor me ha dado somos a Israel por señales y presagios de parte del Señor de los Ejércitos, que habita en el monte de Sión.

Y cuando os dijeren: Preguntad a los evocadores, y a los adivinos que atisban y hablan entre dientes: ¿No debe un pueblo consultar a su Dios para que los vivos oigan de los muertos? ¡A la ley y al testimonio! Y si no hablaren conforme a esta palabra, es porque no hay luz en ellos. Y pasarán por la tierra, duramente acosados y hambrientos; y acontecerá que cuando tengan hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, y alzarán la vista hacia arriba. Y mirarán hacia la tierra, y contemplarán tribulación y tinieblas, obscuridad de angustia; y serán expulsados a las tinieblas.

(Libro de Mormón 2 Nefi 18:5 - 22)

Así que, hermanos míos, si no hacemos cazo y damos oído a las palabras del profeta como yo lo estoy haciendo entones serán desarraigados no solo del pueblo del Señor sino también de su presencia y su nombre será borrado del libro de la vida. Porque de ese profeta hablo Moisés y de el testificaron, testificamos, de entre los cuales yo indignamente me incluyo como hombre para poder declararlo, y de El que es de eternidad en eternidad testificaran por siempre jamás todos los profetas habidos y por haber. Y ese profeta de quien yo hablo es Jesucristo, el hijo del Dios altísimo. Y de esto escrito esta:

He aquí, yo soy aquel de quien Moisés habló, diciendo: El Señor vuestro Dios os levantará a un profeta, de vuestros hermanos, semejante a mí; a él oiréis en todas las cosas que os dijere. Y sucederá que toda alma que no escuchare a ese profeta será desarraigada de entre el pueblo.

(Libro de Mormón 3 Nefi 20:23)

Y por cuanto el día de gracia ha pasado y la espada de la justicia ya se embriague en el cielo y cuelga presta para descender y talar a todos los inicuos, Ángeles destructores y muchos profetas como yo son enviados a predicar intrépidamente un evangelio recio e implacable instándolos al arrepentimiento y amenazándolos que si no lo hacen los falsos maestros los conducirán por el otro camino.

Porque en aquel día hará el Padre, por mi causa, una obra que será una obra grande y maravillosa entre ellos; y habrá entre ellos quienes no lo creerán, aun cuando un hombre se lo declare.

Mas he aquí, la vida de mi siervo estará en mi mano; por tanto, no lo dañarán, aunque sea herido por causa de ellos. No obstante, yo lo sanaré, porque les mostraré que mi sabiduría es mayor que la astucia del diablo.

Acontecerá, pues, que los que no crean en mis palabras, que soy Jesucristo, las cuales el Padre hará que él lleve a los gentiles, y le otorgará el poder para que las lleve a los gentiles (se hará aun como dijo Moisés), serán desarraigados de entre los de mi pueblo que son del convenio. Y los de mi pueblo, que son un resto de Jacob, estarán en medio de los gentiles, sí, en medio de ellos como león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar. Su mano se levantará sobre sus adversarios, y todos sus enemigos serán talados.

Sí, ¡ay de los gentiles, a menos que se arrepientan! Porque sucederá en aquel día, dice el Padre, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré destruir tus carros; y talaré las ciudades de tu tierra, y derribaré todas tus plazas fuertes; y exterminaré de tu tierra las hechicerías, y no tendrás más adivinos; tus imágenes grabadas también destruiré, así como tus esculturas de en medio de ti, y nunca más adorarás las obras de tus manos; y arrancaré tus bosques de entre ti, y asolaré tus ciudades. Y acontecerá que todas las mentiras, y falsedades, y envidias, y contiendas, y supercherías sacerdotales, y fornicaciones, serán extirpadas.

Porque sucederá, dice el Padre, que en aquel día talaré de entre mi pueblo a cualquiera que no se arrepienta y venga a mi Hijo Amado, oh casa de Israel. Y ejecutaré venganza y furor sobre ellos, así como sobre los paganos, tal como nunca ha llegado a sus oídos. Pero si se arrepienten y escuchan mis palabras, y no endurecen sus corazones, estableceré mi iglesia entre ellos; y entrarán en el convenio, y serán contados entre este resto de Jacob, al cual he dado esta tierra por herencia.

Y ayudarán a mi pueblo, el resto de Jacob, y también a cuantos de la casa de Israel vengan, a fin de que construyan una ciudad que será llamada la Nueva Jerusalén. Y entonces ayudarán a mi pueblo que esté disperso sobre toda la faz de la tierra, para que sean congregados en la Nueva Jerusalén. Y entonces el poder del cielo descenderá entre ellos, y también yo estaré en medio.

Y entonces empezará la obra del Padre en aquel día, sí, cuando sea predicado este evangelio entre el resto de este pueblo. De cierto os digo que en ese día empezará la obra del Padre entre todos los dispersos de mi pueblo, sí, aun entre las tribus que han estado perdidas, las cuales el Padre ha sacado de Jerusalén. Sí, empezará la obra entre todos los dispersos de mi pueblo, y el Padre preparará la vía por la cual puedan venir a mí, a fin de que invoquen al Padre en mi nombre. Sí, y entonces empezará la obra, y el Padre preparará la vía, entre todas las naciones, por la cual su pueblo pueda volver a la tierra de su herencia. Y saldrán de todas las naciones; y no saldrán de prisa, ni irán huyendo, porque yo iré delante de ellos, dice el Padre, y seré su retaguardia.

(Libro de Mormón 3 Nefi 21:9 - 29)

Y como podréis ver con vuestros propios ojos, ese día ya ha llegado, porque esta es la obra del padre; y el por casi dos siglos ha extendió por segunda vez su mano para recoger a su pueblos escogido de todos los confines de l a tierra. Y el arca de Dios ya viene en camino sobre dos bueyes que nadie ha montado para reposar en su eterno descanso. Y yo soy ese hombre que ha sido enviado a declararlo y no hay nadie que pueda restringir el poder de Dios sin sufrir el fulgente golpe de un rayo como cuando desciende sobre un árbol y es derribado. Y es así también como nosotros con nuestra propia sangre sellamos la ley y el testimonio en contra de los inicuos. ¿ Y no fue asi como lo hizo Juan el Bautista, Jesús el Cristo y muchos otros profetas desde el principio del mundo hasta Jesucristo, y desde Jesucristo hasta José Smith; y desde José Smith hasta la venida del Hijo de Dios en toda su gloria.

Y muchos hemos sido reservados para venir en estos últimos días para a segar el campo blanco y maduro, listo par ala siega; y así dividir el trigo de la cizaña en manojos. El trigo pare el granero y la cizaña al fuego inextinguible. Y el que es santo os lo ha dicho; porque la siega viene acompañada esto es con juicios desoladores, con hambrunas, con plagas y enfermedades de toda clase, con terremotos, con borrasca, con inundaciones, con vapor de humo que emana de la tierra y con fuego devorador, con guerras y disensiones, y así poco a poco o amucho a mucho derribar el imperio de los inicuos con gran poder y autoridad por mandato divino. Y así como el la antigüedad es ahora porque Dios es el mismo de Ayer hoy y para siempre. Y de esto existe un testimonio escrito que se une a los nuestros que dice así:

Y hubo muchísimos profetas entre nosotros; y la gente era obstinada y dura de entendimiento. Y no había nada, salvo un extremado rigor, predicación y profecías de guerras y contiendas y destrucciones, y recordándoles continuamente la muerte, y la duración de la eternidad, y los juicios y poder de Dios, y todas estas cosas, agitándolos constantemente para mantenerlos en el temor del Señor. Y digo que nada, salvo estas cosas y mucha claridad en el habla, podría evitar que se precipitaran rápidamente a la destrucción. Y de esta manera es como escribo acerca de ellos.

(Libro de Mormón Enós 1:22 - 23)

Porque hemos sido llamados y ungidos con un santo ungimiento para hablar no en nuestro nombre sino en el nombre de Dios. Y fuimos escogidos para esto antes de la fundación del mundo. Y esto se nos a conferido o confirmado aquí en la tierra en base a nuestra obediencia y fidelidad a los mandamientos de Dios. Y el señor nos levanta para manifestar osadamente que también el hacha ya esta puesta al pie de cada árbol y cada árbol que no produzca buen fruto será derribado desde la raíz y hachado al fuego.

Y ahora os digo que éste es el orden según el cual soy llamado, sí, para predicar a mis amados hermanos, sí, y a todo el que mora sobre la tierra; sí, a predicar a todos, ora ancianos o jóvenes, ora esclavos o libres; sí, os digo, a los de edad avanzada y también a los de edad mediana y a la nueva generación; sí, para declararles que deben arrepentirse y nacer de nuevo.

Sí, el Espíritu así dice: Arrepentíos todos vosotros, extremos de la tierra, porque el reino de los cielos está cerca; sí, el Hijo de Dios viene en su gloria, en su fuerza, majestad, poder y dominio. Sí, amados hermanos míos, os digo que el Espíritu dice: He aquí la gloria del Rey de toda la tierra; y también el Rey del cielo brillará muy pronto entre todos los hijos de los hombres.

Y me dice también el Espíritu, sí, me clama con voz potente, diciendo: Ve y di a los de este pueblo: Arrepentíos, porque a menos que os arrepintáis, de ningún modo podréis heredar el reino de los cielos.

Y además, os digo que el Espíritu declara: He aquí, el hacha está puesta a la raíz del árbol; por lo tanto, todo árbol que no produzca buen fruto, será talado y echado al fuego; sí, un fuego que no puede ser consumido, un fuego inextinguible. He aquí, y tened presente, el Santo lo ha dicho.

Y ahora os digo, amados hermanos míos: ¿Podéis resistir estas palabras? Sí, ¿podéis desechar estas cosas y hollar con los pies al Santo de Israel? Sí, ¿podéis inflaros con el orgullo de vuestros corazones? Sí, ¿persistiréis aún en usar ropas costosas y en poner vuestros corazones en las vanidades del mundo, en vuestras riquezas?

Sí, ¿persistiréis en suponer que unos sois mejores que otros? Sí, ¿persistiréis en perseguir a vuestros hermanos que se humillan y caminan según el santo orden de Dios, en virtud de lo cual han entrado en esta iglesia —habiendo sido santificados por el Santo Espíritu— y hacen obras dignas de arrepentimiento?

Sí, ¿persistiréis en volver vuestras espaldas al pobre y al necesitado, y en negarles vuestros bienes? Y por último, a todos vosotros que queréis persistir en vuestra iniquidad, os digo que éstos son los que serán talados y arrojados al fuego, a menos que se arrepientan prontamente.

Y a todos vosotros que deseáis seguir la voz del buen pastor, ahora os digo: Salid de entre los inicuos, y conservaos aparte, y no toquéis sus cosas inmundas; pues he aquí, sus nombres serán borrados, a fin de que los nombres de los inicuos no sean contados entre los nombres de los justos, para que se cumpla la palabra de Dios, que dice: Los nombres de los inicuos no serán mezclados con los nombres de los de mi pueblo; porque los nombres de los justos serán escritos en el libro de la vida, y a ellos les concederé una herencia a mi diestra. Y ahora bien, hermanos míos, ¿qué tenéis que decir en contra de esto? Os digo que si habláis en contra de ello, nada importa; porque la palabra de Dios debe cumplirse.

Pues, ¿qué pastor hay entre vosotros que, teniendo muchas ovejas, no las vigila para que no entren los lobos y devoren su rebaño? Y he aquí, si un lobo entra en medio de su rebaño, ¿no lo echa fuera? Sí, y por último, si puede destruirlo, lo hará. Y ahora os digo que el buen pastor os llama; y si escucháis su voz, os conducirá a su redil y seréis sus ovejas; y él os manda que no dejéis entrar ningún lobo rapaz entre vosotros, para que no seáis destruidos.

(Libro de Mormón Alma 5:49 - 60)

Y ahora concluyo de hablar con las palabras de Cristo; y diciendo que este es el último llamado e invitación a las bodas del cordero. Yo mismo he visto en visión nocturna los obreros trabajando y abriendo una gran zanja como brecha al rededor del mundo para segar toda la tierra como cuando Elías el profeta cabo alrededor del altar para propiciar una gran consumación decretada. Y una mujer era su superintendente. Así que no os burléis ni seáis escarnecedores porque un hombre os predique con valentía sin igual el arrepentimiento no sea que vuestras ligaduras se hagan más fuertes. Porque yo, tomando sobre mí el nombre de Cristo os testifico de la veracidad de estas cosas. Y así como lo aborrecéis a el, a los profetas y a mi que soy hombre, preveo que también me aborreces. Pero venid y ved y también sabed esto; que después de nuestro testimonio vienen estas cosas:

porque si yo, que soy hombre, alzo mi voz y os llamo al arrepentimiento, y me aborrecéis, ¿qué diréis cuando venga el día en que los truenos hagan oír sus voces desde los extremos de la tierra, hablando a los oídos de todos los vivientes, diciendo: Arrepentíos y preparaos para el gran día del Señor? Sí, ¿y cuando los relámpagos resplandezcan desde el este hasta el oeste, y llegue el clamor de sus voces a todos los vivientes, haciendo zumbar los oídos de todos los que oigan, diciendo: Arrepentíos, porque el gran día del Señor ha llegado?

Y además, el Señor emitirá su voz desde los cielos, diciendo: ¡Escuchad, oh naciones de la tierra, y oíd las palabras del Dios que os hizo! ¡Oh vosotras, naciones de la tierra, cuántas veces os hubiera juntado como la gallina junta a sus polluelos debajo de sus alas, mas no quisisteis!

¡Cuántas veces os he llamado por boca de mis siervos y por la ministración de ángeles, y por mi propia voz y por la de los truenos y la de los relámpagos y la de las tempestades; y por la voz de terremotos y de fuertes granizadas, y la de hambres y pestilencias de todas clases; y por el gran sonido de una trompeta, y por la voz del juicio y de la misericordia todo el día; y por la voz de gloria y de honra y la de las riquezas de la vida eterna, y os hubiera salvado con una salvación sempiterna, mas no quisisteis! He aquí, ha llegado el día en que la copa de la ira de mi indignación está llena. He aquí, en verdad os digo, que éstas son las palabras del Señor vuestro Dios.

Por tanto, trabajad, trabajad en mi viña por última vez; por vez postrera llamad a los habitantes de la tierra. Porque en mi propio y debido tiempo vendré sobre la tierra en juicio, y mi pueblo será redimido y reinará conmigo sobre la tierra. Porque vendrá el gran Milenio, del cual he hablado por boca de mis siervos.

Porque Satanás será atado; y cuando de nuevo quede libre, reinará solamente una corta temporada, y entonces vendrá el fin de la tierra. Y el que viviere en rectitud será cambiado en un abrir y cerrar de ojos, y la tierra pasará como si fuera por fuego. Y los inicuos irán al fuego inextinguible, y ningún hombre en la tierra sabe el fin de ellos, ni lo sabrá jamás, sino hasta que comparezcan delante de mí en juicio. Escuchad estas palabras. He aquí, soy Jesucristo, el Salvador del mundo. Atesorad estas cosas en vuestro corazón, y reposen en vuestra mente las solemnidades de la eternidad. Sed sobrios. Guardad todos mis mandamientos. Así sea. Amén.

(Doctrina y Convenios Sección 43:21 - 35)

Y así, con la espada y por el derramamiento de sangre se han de lamentar los habitantes de la tierra; y con hambre, plagas, terremotos, truenos del cielo, y también con violentos e intensos relámpagos, se hará sentir a los habitantes de la tierra la ira, la indignación y la mano castigadora de un Dios Omnipotente, hasta que la consumación decretada haya destruido por completo a todas las naciones; a fin de que cesen de ascender desde la tierra a los oídos del Señor de Sabaot, el clamor de los santos, y de la sangre de ellos, pidiendo que sean vengados de sus enemigos. Por tanto, permaneced en lugares santos y no seáis movidos, hasta que venga el día del Señor; porque he aquí, viene pronto, dice el Señor. Amén.

(Doctrina y Convenios Sección 87:6 - 8)

Estas palabras no digo de mi mismo, sino como El Señor lo ha manifestado así sucederá; y como un siervo en sus manos las manifiesto para quitar la justificación de los inicuos para que no seamos todos juntamente destruíos con el resplandor de la venida de nuestro Señor. Y esto lo hago para sacudir nuestros vestidos y los fieles de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días y limpiar nuestros vestidos de las sangre de esta generación perversa y porfiada para que promedios de la gracia y misericordia de Dios podamos ser encontrados sin mancha ante el en el postrer día. Porque el Señor no permitirá por mas tiempo la masacre de los inocentes; y ni los que acudan a el con integro propósito de corazón sean ultimados como los profetas de la antigüedad.

Y la redención de los santos viene con poder y con un brazo extendido. Y los justos se salvaran como si fuera por fuego, así el Señor tuviese que derramar toda su ira sin medida sobre todos los habitantes de la tierra. Así que como en los días de Noe, no penséis vanamente que todos vosotros sois hijos de Dios. Y que por causa de eso el Señor no hará ni bien ni mal o que solo es un Dios de lejos y no de Cerca. ¿Si Job siendo perfecto padeció, que podremos esperar nosotros siendo pecadores? Acordaos también del pueblo del convenio, Oh Casa de Israel, que buenos o malos ellos eran como una planta tierna ante el Señor y el los quemo por su desobediencia a sus mandamientos y por las falsas y vanas tradiciones de sus padres. Y si esto fue así con la mayoría de su pueblo escogido, a quien el siempre ha amado, ¿que sucederá cuando el fuego venga sobre la madera seca? Ay, ay, ay de los gentiles si no se arrepienten porque el día grande y terrible de su visitación ha llegado.

Esto lo digo con suma humildad y muy acongojado, deseando de corazón que ninguna de estas cosas nos suceda si es que nos arrepentimos. Porque no es cosa común que la mayoría escoja lo que es malo para su entera e inminente destrucción. Pero en vista de los acontecimientos generales del mundo, esto es precisamente lo que esta sucediendo. Y aflige m alma y debilita mis coyunturas y el poder y la gloria de Dios parte mi espalda al inspirarme a escribir y tener que testificar de todas estas cosas. Más yo también debo ser obediente al mandato que he recibido de Dios y no me puedo retractar de lo que digo, bueno o malo pase lo que me pase. Y se que le justificara todas mis palabras porque están en armonía con la verdad.

Ni tampoco puedo inventarlas porque no son mías, siendo el mas indocto de sus siervos. Tampoco puedo hacer acepción de personas. Mis amigos, mis hermanos, mis parientes y mis familiares cercanos y lejanos así como los extranjeros, los advenedizos y los extraños; libres así como siervos y esclavos no están exentos de ser besar la ardiente vara o ser visitados con penosos juicios salvo que se arrepientan.

Los inicuos actúan bajo el yugo del opresor; a saber, el Diablo. Y muchos de ustedes, mis hermanos en Cristo, son también siervos de Jesucristo y su potestad viene del hijo de Dios y de los profetas desde Moisés hasta José Smith, e inclusive al presidente Monson y sus compañeros. Pero la mía, además de la de ustedes viene directamente de Dios el Padre por medio de sus patriarcas desde Adán hasta Hyrum Smith. Y yo solo soy como saeta en la mano de Hyrum Smith.

¿Porque otro conducto se puede activar en mi esta potestad? Y ustedes los grandes y nobles saben mejor que yo que esta potestad de la que yo hablo esta arriba de su potestad, y que esta autoridad con la que yo hablo esta arriba de su autoridad; y también que este rango con el cual el verbo de Dios se proyecta es mayor que todos los rangos. Y esta potestad le será entregada a Jesucristo en su propio y debido tiempo a quien le pertenece por derecho eterno el poder, la gloria y las riquezas eternas. ¿A caso es mayor la boca que el verbo? Y ustedes saben que esta silla de este regidor de entre los oficialmente vacante en nuestra Iglesia, más no del pueblo del convenio; y esto por causa de la iniquidad. Porque escrito esta que el cetro no será quitado de Judá ni el regidor de entre sus pies hasta que venga Shiloh.

MAS he aquí que en los últimos días, o sea, en los días de los gentiles, sí, he aquí que todas las naciones de los gentiles, y también los judíos, tanto los que vengan a esta tierra como los que se hallen sobre otras tierras, sí, sobre todas las tierras del mundo, he aquí, estarán ebrios de iniquidad y de toda clase de abominaciones.

Y cuando venga ese día, los visitará el Señor de los Ejércitos con truenos y con terremotos, y con un gran estruendo, y con borrasca, y con tempestad, y con la llama de fuego devorador.

Y todas las naciones que pugnen contra Sión y que la acongojen, serán como sueño de visión nocturna; sí, les será como al hambriento que sueña; y he aquí, come, mas despierta y su alma está vacía; o como un sediento que sueña; y he aquí, bebe, pero cuando despierta, está desfallecido, y su alma siente hambre; sí, aun así será con la multitud de todas las naciones que pugnen contra el monte de Sión. Porque he aquí, todos vosotros que obráis iniquidad, deteneos y asombraos, porque gritaréis y clamaréis; sí, estaréis ebrios, mas no de vino; titubearéis, mas no de licor. Porque he aquí, el Señor ha derramado sobre vosotros el espíritu de un profundo sueño; pues he aquí que habéis cerrado vuestros ojos y rechazado a los profetas; y a vuestros gobernantes y a los videntes él ha cubierto a causa de vuestra iniquidad.

(Libro de Mormón 2 Nefi 27:1 - 5)

Y también se que algunos de entre ustedes por la ceguedad de sus mentes se han rebelado intencionalmente contra Dios; y han expulsado de en medio de ustedes a sus padres o gobernantes regidores. Es decir al primer hombre, al gran evangelista o al patriarca de los patriarcas a quine Dios ha puesto para dar bendiciones sobre toda la iglesia; y no para pretender poder, posición o autoridad. Y por esto el sol no quiere daros más su luz. Y sucederá que cuando el Señor retire a sus profetas, y a sus videntes, y a sus evangelistas, pese a sus infinitas genealogías, sus nombres ni el de sus muertos o podrán ser encontrados en el libro. Y cuando esto suceda se llevara a cabo lo que escribió José Smith cuando dijo:

No digo yo estas cosas de mí mismo; por tanto, tal como habla el Señor, así también cumplirá. Y los del sumo sacerdocio, así como los del sacerdocio menor y los miembros, cuyos nombres no se hallen escritos en el libro de la ley, o se descubra que han apostatado, o que han sido separados de la iglesia, no tendrán herencia entre los santos del Altísimo en aquel día; por consiguiente, les será hecho como a los hijos del sacerdote, cual está escrito en el capítulo segundo, versículos sesenta y uno y sesenta y dos de Esdras.

(Doctrina y Convenios Sección 85:10 - 12)

Así sea, En el nombre de Jesucristo., Amen.

Lo dice un vidente que tiene una vara en su mano que procede como vástago directamente de la casa de David, por medio de los lomos de Zedeckiah y su hijo Mulek o del tronco de Isai por medio de su hijo primogénito, ELIAB, a saber Malkiyahu.

Todo este material instructivo de casi veinte páginas que ustedes han leído emano de un pequeño mensaje que yo atendí al haber al haber abierto mis ojos y mi corazón atentamente al mensaje de uno de los santos profetas. Así fue como José Smith discernió, descifro y tradujo los caracteres del libro de Abraham y del libro de Mormon que contenían las bendiciones del evangelio eterno y de la casa de Dios. El primero los escribió en una página limpia y después los tradujo a nuestro lenguaje y entendimiento. Y así recibió también los mandamientos y la ley el gran Moisés. Y es también así como nosotros recibimos revelación de lo alto. Porque al obedecer los mandamientos de Dios con integro propósito de corazón y un granito de fe, creamos mil y una página limpia en nuestro corazón donde el espíritu santo escribe todo lo que le plazca ya sea poco mucho.

Como podréis ver, los oráculos de Atenas y de Filadelfia están bien abiertos porque no solo hay ungüento en Gilead, sino también colirio en e estanque de Siloé, ropas blancas en la Medina, aguas tranquilas en el monte de Sion, mucha sal en la ciudad el sur de Golan, cedros finos floreciendo como bosque afluente en el Líbano y oro pulido de ofir que procede de la nueva Jerusalén. Y todas estas riquezas proceden de nuestro padre Eterno. ¿Y aun así no queréis venir a las bodas del gran Dios?

Atentamente vuestro humilde e indigno servidor y escriba del Reino

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez