Wednesday, April 28, 2010

AJENJO


Por

Miguel Angel Tinoco Rodriguez



Sion, 28 de Abril del 2010

Miguel Ángel es mi nombre y el nombre de mi padre eterno esta en mi. Aunque ahora me aborrezcas y me borres de tu listado de amigos cuando solo hace unos días tu me decías que había sido un milagro para ti volverme a ver auque fuese solo por una foto; y que me considerabas como tu amigo o un como tu propio hermano. O, Jacob, o vosotros que os hacéis llamar por el nombre de Israel, para que sepas que mi fidelidad a Dios es más fuerte que los lazo de la muerte te manifiesto de improviso lo siguiente. Y tú sabes que no hablo en secreto así que también y en tu propia cara te lo declaro.

He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado. Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él. Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren. Éxodo 23:20-22

Si el mismo Moisés tenia que cuidarse de mi, quien eres tu? Desde el principio del mundo hasta el día de hoy predicamos como un firme decreto el arrepentimiento, los mandamientos y el fuego del infierno a todos los que quebrantan las leyes de nuestro padre eterno. Y quien quebranta uno de estos mandamientos más pequeños quebranta toda la ley. Y la paga del pecado es la muerte. Y porque el fuego esta a las puertas, y el hacha al pie de cada árbol, de antemano te lo advierto. Si no me importara tu bienestar te dejaría loquear hasta tu propia perdición. Y si eso quieres. Esto tendrás de mi mano. Y te lo profetizo. Dormirás en Dolor. El que se arrepiente es perdonado y el que no se arrepienta será condenado.

La verdad solo hiere al alma injusta así que tu propia culpa te condena no yo. Que se yo de tus pecadillos salvo que Dios me los manifieste. El espíritu no se equivoca cuando advierte. Que tengo yo que ver yo con el espíritu de celo que Dios pone en mi? Cuídate mucho del ajenjo, no sea que te sobrevenga algo peor como le sucedida a las mujercillas en días antiguos, que se inflamarse tu vientre y que se te engorde la pierna y perezcas en la mas cruel amargura. Porque escrito esta:


El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, porque se hicieron amargas. Apocalipsis 8:10-11


Esta es la maldición que les cae a los que apartan por completo su corazón de Dios y van en pos de otros dioses extraños y se entregan a la idolatría o al adulterio que es lo mismo. Yo no podré saber tus pecados pero su santo espíritu si, y el espíritu de Dios en quien me compele a decir todo lo que digo. Es un mandamiento del decálogo no tomar el nombre de El señor en vano y tú lo haces sin medir las consecuencias o por razones vanas amancillas el nombre del Señor. Y esta no es la primera vez.

Porque si has de utilizar el nombre santo de nuestro creador, no amonestas a tus amigos como tu has sido amonestada? Acaso no es nuestra responsabilidad en lugar de estar jugando y perdiendo el tiempo en lo que no satisface? Halla tu mujercilla u allá tu también hombrecito si te enojas por la verdad. No tienes estatura y por eso huyes y te apartas de quien de verdad desea tu bienestar. Tus amiguitos y amiguitas, quienes te escuchan no te pueden ayudar. Ellos son los que te sonsacan, no solo eso, sino que te duermen como con música del oriente y te dicen que todo esta bien. Haced esto, aquello y lo otro, y si hacemos mal, el Señor nos dará solo unos cuantos azotes. Y así conducen las almas al infierno engañando y siendo en ganados. Y cuando menos lo esperan vuelve el perro a su vomito o la puerca a su revolcadero.

Desde antes que nacieras te conozco y desde el principio supe que eras desleal. Y no lo digo yo sino las santas escrituras y si no te cuidas te será de igual forma a ti. He dicho y no me disculpo. Adiós, así me despido de ti, sacudiéndome mis vestidos delante de ti y de mi Dios para que tu sangre no los manche mas. Y muy pronto junto al fuego nos reunirá el señor y sabrás que lo que te he dicho es su voluntad y mis palabras, si estas mismas palabras te condenaran en el día de juicio salvo que te arrepientas.

ESCUCHAD y oíd esto, oh casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, y habéis salido de las aguas de Judá, o sea, de las aguas del bautismo, los que juráis por el nombre del Señor y hacéis mención del Dios de Israel, mas no juráis ni en verdad ni en rectitud. Y no obstante que de la ciudad santa os hacéis nombrar, no os apoyáis en el Dios de Israel, que es el Señor de los Ejércitos. Sí, el Señor de los Ejércitos es su nombre.

He aquí, yo he declarado las cosas anteriores desde el principio; y salieron de mi boca, y las mostré. De improviso las mostré. Y lo hice porque sabía que eres obstinado, y nervio de hierro es tu cerviz, y tu frente de bronce; y te las he declarado aun desde el principio; antes que sucedieran te las manifesté; y las manifesté por temor de que dijeses: Mi ídolo las hizo; mis imágenes de escultura y de fundición mandaron estas cosas. Lo viste y lo oíste todo; y ¿no queréis anunciarlo?

Y que desde entonces te he mostrado cosas nuevas, sí, cosas ocultas que no sabías. Ahora son creadas, y no desde el principio, ni aun antes del día en que las oíste te fueron declaradas, para que no dijeras: He aquí, yo las sabía Sí, y tú no oíste ni supiste; sí, no se abrió desde entonces tu oído; pues sabía yo que serías muy desleal, y fuiste llamado transgresor desde el vientre.

No obstante, por causa de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía me contendré para no talarte. He aquí, te he purificado; te he escogido en el horno de la aflicción. Por mí, sí, por mi propia causa, lo haré, para que no sea amancillado mi nombre; y mi honra no la daré a otro.

Óyeme, Jacob, y tú, Israel, a quien llamé; pues yo mismo soy; yo el primero, yo el postrero también. Mi mano fundó también la tierra, y mi diestra extendió los cielos; los llamo, y se presentan juntamente.

Juntaos todos vosotros y oíd: ¿Quién entre ellos les ha anunciado estas cosas? El Señor lo amó; sí, y cumplirá su palabra que por ellos ha declarado, y ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo caerá sobre los caldeos.

También dice el Señor: Yo, el Señor, he hablado; sí, lo llamé a declarar, y lo traje; y él hará próspero su camino. Allegaos a mí; no he hablado en secreto; desde el principio, desde el momento en que se declaró, yo he hablado; y el Señor Dios me ha enviado, y su Espíritu.

Y así dice el Señor, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo lo he enviado; el Señor tu Dios que te enseña provechosamente, que te guía por la vía por la que debes andar, él lo ha hecho. Oh, si hubieras escuchado mis mandamientos: habría sido entonces tu paz como un río, y tu rectitud cual las ondas del mar; y como la arena tu descendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granitos de ella; su nombre no habría sido cortado, ni raído de mi presencia.

Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos: declarad con voz de cantos; publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra; decid: Redimió el Señor a Jacob, su siervo. Y no tuvieron sed; los llevó por los desiertos; les hizo brotar aguas de la roca; hendió la peña, y salieron las aguas. Y a pesar de haber hecho todo esto, y más, no hay paz para los inicuos, dice el Señor.

(Libro de Mormón 1 Nefi 20:1 - 22)

Y esto te lo dijo para que sepas que no hablo de mi mismo y que desde antes de nacer fui preordenado para anunciar estas cosas a todos los extremos de la tierra y lo hago solemnemente con la única mira de glorificar a Dios y con la debida autoridad en el Santo y sagrado nombre de Jesucristo, EL Alfa y el Omega, Amen.

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez


Monday, April 26, 2010

Quo Vadis Domine?


Por Leonarda Andino


¿Quo Vadis?Escrito por: Leonarda en Opinión, tags: , , ,

Cuenta la historia que en el año 64 Después de Cristo, en los momentos cruentos de la persecución de los cristianos por parte del emperador romano, Nerón, el apóstol Pedro, en un afán de salvaguardar su vida de aquel enloquecido hombre, decidió huir de la ciudad. Cuando iba por la Vía Apia, a bordo de un carruaje, fue sorprendido por un destello el que de repente le permitió visualizar a Jesucristo entrando a Roma con una cruz a cuestas, a lo que temeroso le lanzó la pregunta ¿”Quo vadis Domine”? (¿A dónde vas Señor?).


La respuesta de Jesucristo fue contundente, le dijo: como tú te vas, has abandonado a mis ovejas, entonces me regreso a Roma para ser nuevamente crucificado. Ante tal hecho, Pedro desiste de su acción, se queda cumpliendo la Gran Comisión, y la historia nos cuenta como este valiente e intrépido hombre, sufrió toda clase de penalidades por causa del evangelio. Pedro fue un mártir de la Iglesia que también murió crucificado pero con la cabeza hacia abajo porque dijo que no merecía morir de la misma forma que el Maestro.


¿Quo vadis domine? Poderosa frase, de origen latín, es tomada por el polaco Henryk Sienkiewiez para escribir la novela ¿Quo Vadis? Una muestra de la cruenta persecución del emperador Nerón contra los cristianos.


La misión
Hoy el escenario de la Iglesia Cristiana ha cambiado, ya otros pagaron el precio, fueron perseguidos, encarcelados, viajaron por lugares inhóspitos y algunos sacrificaron incluso la vida de sus hijos por causa del evangelio.


Ya en los tiempos modernos encontramos a personajes como Juan Wesley, cuyo mensaje transformador lo llevó a impactar la sociedad inglesa y a fundar las iglesias más bendecidas y notables de su época. Predicaba hasta seis sermones diarios y no importaba donde viajaba, en ese entonces, la sociedad inglesa estaba tan sumida en el vicio que seis de cada 10 casas eran cantinas.


Lo anterior puede llevar a la reflexión, ¿qué movía a aquellos hombres en esa época? ¿Ha cambiado la misión de la Iglesia hoy en día? Jesucristo, después de su Resurrección y antes de ascender al cielo, dio claras indicaciones a sus discípulos por medio de lo que se conoce como La Gran Comisión, Él dijo a los once: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28:19).


Si nos colocamos en el contexto nacional, Honduras es un país de tradición cristiana. Estudios confirman un el fuerte crecimiento en Honduras de la Iglesia Evangélica en sus diferentes denominaciones, frente a la Iglesia Católica que ha sido mayoritaria. El crecimiento es fuerte entre sectores como el de las mujeres y los jóvenes, en algunos casos llega hasta un 35%.


En el país vemos una Iglesia Evangélica floreciente, pero variada, es decir que en el mercado de la fe hay opciones para todos los gustos, y pareciera que apenas quedaría un reducto que trata de predicar la Gran Comisión, el mensaje de la Puerta Estrecha, el amor al prójimo, la humildad, la perseverancia, la fe, etc.


Es así que en una sociedad convulsionada, sumida en la pobreza, donde los valores se han dejado de lado caben las preguntas ¿dónde ha estado la Iglesia? ¿Se ha continuado con la tarea de predicar la Gran Comisión? Primero, hace unos años vimos con asombro cómo algunos pastores evangélicos dejaban sus púlpitos por pelear una curul en el Congreso Nacional de la República. Desde el púlpito se comenzó a hablar de política, mensajes que se sumaban a la teología de la prosperidad que ha minado congregaciones.


La Biblia es clara cuando dice “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado”. (II Timoteo 2:4). Jesús hizo una clara distinción entre las cosas divinas y las terrenales, cuando se le quiso hacer caer en una trampa dijo tajantemente “Dad, pues a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios”. (Mateo 22:21). Dijo que no podemos servir a dos señores, porque amaremos a uno y odiaremos al otro.


Hoy con el reciente conflicto que nos polariza más a los hondureños, luego del golpe de Estado del pasado 28 de junio, parte del liderazgo evangélico se colocó de un lado de la balanza y ha hablado en nombre de los feligreses. Varios cristianos nos preguntamos ¿por qué hablan en nuestro nombre?


En un análisis de los hechos suscitados, la socióloga Leticia Salomón, señala que hay dos sectores que logran protagonismo en estos hechos, y son precisamente la Iglesia y las Fuerzas Armadas. ¿Por qué la Iglesia entra a estos escenarios? Si como lo explica, el Estado es laico, y la fe (Iglesia) se ubica en el plano de lo privado.


El Doctor Juan Almendáres cita cómo la Iglesia se constituyó en el frente ideológico de este hecho que tiene al país sumido en una grave crisis política, con fuertes repercusiones económicas y sociales y que ha dividido como nunca a la sociedad hondureña.


¿Es ese el papel de la Iglesia? Definitivamente, no. Jesús nunca buscó posiciones terrenales, no buscó reconocimiento, ni se colocó al lado del poder, con esto no queremos decir que la Iglesia debió ubicarse del otro lado, por el contrario, sus líderes debieron alimentar a su mies, buscar con afán sus ovejas perdidas, predicar las buenas nuevas, impactar en una sociedad sedienta de amor, justicia, paz, solidaridad y una serie de valores que perdimos cuando nos desviamos del camino y se dejó de predicar el verdadero evangelio.


Jesús bien lo dijo que si sus discípulos callaren, las piedras hablarán por ellos. En medio de estos conflictos, ¿tendría que volver el maestro cargando el madero para ser crucificado de nuevo? ¿Será que habrá uno que como Pedro quiera retomar el camino?


Leonarda Andino es Máster en Comunicación y Tecnologías Educativas. Periodista. Actualmente es la Coordinadora Académica de la Vicerrectoría Académica de la UNAH. leonardaandi@yahoo.com

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Sunday, April 4, 2010

EL VIVE!


Por

Miguel Angel Tinoco Rodriguez


Sion, Abril 4 del 2010


Porque buscáis al que esta vivo de entre los muertos, El ya no esta aquí porque ha resucitado. Venid y ved el lugar donde sepultaron a nuestro Señor Jesucristo. Haced a un lado vuestros crucifijos y vuestras imágenes grabadas que son mudas y que no hablan ni hacen nada. ¿Porque amáis mas la muerte que la vida? El Señor Dios es un Dios de vivos y no de muertos. Destruid y enterrad vuestras esculturas de piedra y de barro al pie de un árbol ya que no os benefician en nada sino más bien que contaminan vuestra fe y traen penosa maldición sobre vosotros y también gran angustia sobre nosotros al ver que sois vendidos y destruidos por nada.

Yo se que vive mi Señor; consuelo es poder saber que vive aunque muerto fue; y que siempre su amor tendré. Jesús vive para bendecir y ante Dios por mi pedir. El vive para sustentar y a mi alma alentar. EL vive para sostener y con su mano proteger. El vive para escuchar y oídos a mis quejas dar. EL vive para alentar y mis angustias sosegar. EL vive para ayudar y a mi alma consolar. EL vive, mi amigo fiel, y se que me ama para siempre el. El vive yo siempre cantare. El vive mi Señor y rey. Por el la vida yo tendré, por EL la muerte yo conquistare. Mi gran mansión preparara y viviere con el allá. El vive yo le honrare; a Cristo siempre alabare. Y gozoso canto con fervor, yo se que vive mi Señor.

Porque queréis ser destruidos como el antiguo pueblo de Israel tanto en Jerusalén como en Egipto cuyos cadáveres quedaron tendidos sobre las encrucijadas y que luego fueron estimados como estiércol porque no había quien los enterrara; y de quienes hicieron las aves del cielo, los perros y las bestias su alimento. O me diréis también vosotros hombres y vosotras mujeres a mi lo que le dijeron la hijas de Israel a Jeremías antes de su destrucción bajo el consentimiento de sus propios maridos. Porque no fue a Jeremías que le hicieron afrenta sino al Santo de Israel que es el Dios de toda la tierra. Y el Señor en su celo los destruyo casi a todos por sus iniquidades que ni les quedo ni raíz ni rama. Y de esto testifican las plenamente las escrituras de verdad; y lo que les ocurrió a ellos también os sucederá a vosotros a menos que os arrepintáis de todas vuestras iniquidades y vengas a Cristo en su Iglesia restaurada. Porque escrito esta:

La palabra que nos has hablado en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las plazas de Jerusalén. Y tuvimos abundancia de pan, y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Más desde que dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos consumidos. Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimiento de nuestros maridos?

Hacedme cazo en esto y arrepentíos ofreciéndole al Señor vuestro Dios que es también mi Dios lo que el requiere de vosotros: Si, un sacrificio en justicia, no de sangre ni de libaciones de paz como lo hicieron vuestros padres, Oh casa de Israel; Sino ofrecedle un Corazón quebrantado y un espíritu contrito todos vosotros extremos de la tierra y venid a mi y sed bautizados en su nombre para que el os santifique, y os purifique; y os sane a vosotros y a vuestras tierras para que ya no padezcáis la ira asoladora de un Dios Justo.

Porque recordáis al que muerto fue mas que aquel divino ser que resucito? Porque así ha dicho el señor: Yo soy también un Dios Cercano y no soy solamente soy un Dios de Lejos. Nuestro Señor Jesucristo es el Jehová del Antiguo testamento, El verbo de Dios hecho carne y quien moro con nosotros como el MESIAS del cual esta testado en el Nuevo Testamento de la Biblia. EL es el Dios resucitado; si, el Dios blanco y barbado del cual se testifica en el Libro de Mormón; y también El maravilloso Dios glorificado como se manifiesta en el Libro de Doctrinas y Convenios. Existen por lo menos cuatro testamentos en el mundo de que Dios vive. Y el ha restaurado en estos últimos días su reino con poder y autoridad divina para administrar todas las ordenanzas de salvación que necesitamos para volver dignos, puros y sin mancha al Dios que nos dio la vida. Y después de tantos testimonios lo seguiréis negando y no os allegareis a el. ¿No me explico porque todavía queréis morir?

Y mientras meditábamos en estas cosas, el Señor tocó los ojos de nuestro entendimiento y fueron abiertos, y la gloria del Señor brilló alrededor. Y vimos la gloria del Hijo, a la diestra del Padre, y recibimos de su plenitud; y vimos a los santos ángeles y a los que son santificados delante de su trono, adorando a Dios y al Cordero, y lo adoran para siempre jamás. Y ahora, después de los muchos testimonios que se han dado de él, éste es el testimonio, el último de todos, que nosotros damos de él: ¡Que vive! Porque lo vimos, sí, a la diestra de Dios; y oímos la voz testificar que él es el Unigénito del Padre; que por él, por medio de él y de él los mundos son y fueron creados, y sus habitantes son engendrados hijos e hijas para Dios.

(Doctrina y Convenios Sección 76:19 - 24)

Ahora bien amados hermanos y amigos: ¿porque malgastáis los días de vuestra probación y demoráis los días de vuestro arrepentimiento hasta el fin. ¿Acaso no sabes que esta vida es el tiempo para prepararse para compadecer ante Dios? Y que en un tiempo no muy lejano seréis traídos para compadecer ante el tribunal de Cristo para se juzgados por vuestras propias obras. Y si fueren buenas seréis restaurados a un estado perpetuo de gozo en la presencia de Dios y sus santos Ángeles. Y sino fueren buenas vuestras obras seréis restaurados solo para ser desechados para que podáis soportar a un estado de interminable agonía done solo se oye el llorar y el crujir de dientes. El ser arrojado al infierno; si, a l lago de fuego y azufre para besar eternamente los mármoles del infierno constituye la muerte espiritual del cual no se puede regresar jamás.

Sin fe no se puede agradar a Dios, y la fe es sinónimo de acción, y donde hay fe hay esperanza y donde hay esperanza hay caridad la cual es el amor puro de Cristo; y a menos que estas cosas abunden en nosotros no somos nada. Sino que somos como la sal de la tierra que ha perdido su valor que nos sirve para nada sino para ser echadas fuera y hollada bajo los pies.

Por más de quinientos años nosotros y nuestros padres hemos sido esparcidos, ultrajados, perseguidos, vendidos, utilizados y matados como con navaja alquilada y hemos también sido castigados por la mano omnipotente de Dios. Esto sin contar los mas de dos mil doscientos años que ha estado esparcido el pueblo de Israel por sobre toda la tierra. Y todo esto lo hemos sufrido en carne propia por nuestra desobediencia y por las falsas tradiciones de nuestros padres. Y es por eso que el Diablo tiene gran poder sobre muchos de nosotros. Y el se ríe cuando morimos en nuestros pecados y somos entrados a la miseria donde el vive por una larga temporada.

Nosotros, si ustedes y yo, somos un pueblo que de cierto esta destinado a estar mas cerca de Dios que cualquier otro pueblo sobre la faz de la tierra. Y es porque sois la descendencia de Abraham y los hijos del convenio, oh, casa de Israel. Vosotros no sois hijos sin padre, sois una rama desgajada del olivo natural, es decir, de la casa de Jacob y por lo tanto sois hijos del convenio. Y fue a nosotros a quienes le fueron hechas muchas grandes promesas. Vosotros sois mas particularmente la descendencia de José quien fue vendido a Egipto, por medio de sus hijos Efraín y Manases. Y también hay entre nosotros un resto Judío de la posteridad del Rey Sedéquías, el último monarca Judío de la casa de David antes de la primera destrucción de Jerusalén. Y estos vienen por medio de su hijo Mulek que a duras penas escapo la destrucción de la casa de su Padre por la desobediencia de ellos en los tiempos cuando el profeta Jeremías fue echado en la fosa de MALKIYAHU por sus padres. Y yo soy un testimonio vivo de esa descendencia mezclado con la casa de José.

Con un sabio propósito, y su sabiduría permanece con el, El señor los trajo hasta esta estas tierras a estas ramas desgajadas de la casa de Israel muchísimos años antes de la era precolombina. Y de esto fue profetizad hace muchísimo tiempo aun desde el principio. Cuando el señor hizo saber a nuestros primeros padres que los vastajos de su posteridad se extenderían mas allá de los mares y que formarían una multitud de naciones en medio de la tierra. ¿Y no es esto así? ¿Acaso no esta nuestro gran continente mas allá de los limites del viejo mundo; ¿y no formamos ahora nosotros una multitud de naciones en medio de toda ala tierra? Por cualquier lado que lo miremos hoy mismo podemos saber que esto que os digo es verdadero. Y grandes son las promesas de Dios para con vosotros hijos de Jacob y también para con toda la casa de Israel porque quieran o no en nosotros y en nuestra posteridad se ha profetizado que serán benditas todas las familias de la tierra.

Así dice el Señor dios de Abraham Isaac y Jacob; si el Dios de Israel, del cielo y de toda la tierra y todas las huestes que en ellos hay. Allegaos a mí y yo me allegare a vosotros.

Allegaos a mí, oíd esto: desde el principio lo declare y no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envió Dios el Señor a decláralo, y su Espíritu esta en mi.

Pero como os allegareis al Señor si no queréis dejar vuestras imágenes de piedra, si la obra muerta de vuestras propias manos os tiene atrapados. Acaso no sabéis que Dios es un Dios celoso y que se venga de hasta la tercera y cuarta generación de quienes le odian. La idolatría es lo mimo que el adulterio. Porque andáis en pos de dioses ajenos. Acaso no sabéis que esto es una abominación en los ojos de vuestro Dios. El único intermediario que tenemos ante el Padre es Jesucristo. Y no ha habido nunca, no habrá ni se dará otro nombre jamás bajo el cielo o en el cielo, debajo de la tierra o debajo de las aguas por el cual venga la salvación. Ni Maria o su nombre os u imagen; ni Pedro o su nombre o su imagen; ni Pablo o su nombre o su imagen; Ni Miguel o su nombre, ni Zeus o su nombre, ni nadie o cosa alguna con su nombre o esencia os salvara. La salvación viene en y por medio de Jesucristo. Y ni el mismo quiere que le hagamos imagen, sino solo que adoremos a su padre en y por medio de su nombre.

Despertad y sacudíos e toda inmundicia porque Dios ha restaurado su reino nuevamente sobre la tierra y se llama La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días. Y el desea recogeros de todos lugares donde habéis sido dispersos. Y si guardáis mis mandamientos prosperareis en la tierra dice el Señor.

Este continente entero, si, Sion, o como lo llaman ustedes Las Américas, de Norte A sur y de Este a oeste os pertenece por herencia perpetua pero solo si os arrepentís y venís al Dios de esta tierra. Y quisiera poneros sobre aviso y bajo pena de muerte si no queréis hacer caso a mis palabras. Existe una penosa maldición y también una bendición sobre estas tierras. Porque bendita es la tierra para siempre para quienes cumplen los mandamientos de Dios y desean servirlo a el o maldita es para siempre para quienes elijan no servirlo yendo en pos de dioses extraños aun hasta la completa destrucción cuando lleguen al colmo de su iniquidades. Y mientras tengáis imágenes mudas y objetos muertos como símbolos de vuestra fe no entrareis en le reposo del Señor. Porque así ha dicho el Señor por boca de Jeremías:

Así ha dicho el señor de los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vuestras obras, y os haré morar en este lugar. No confiéis en palabras de mentira, diciendo: La casa del Señor, La casa del Señor, Casa del es esta porque el Señor no habita en templos de piedra ni en templos inmundos.

Pero si enmendáis concienzudamente vuestros caminos y vuestras obras; si en verdad hiciereis justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero, al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di a vuestros padres para siempre.

He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no os aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿Vendréis entonces y os pondréis delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Liberados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones?

Cueva es de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre. He aquí que yo mismo lo he visto, dice Jehová.

Venid y ved ahora a mi lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel.

Ahora, pues, por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová, y aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis, y os llamé, y no respondisteis; haré también a esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice a Silo.

Os echaré de mi presencia, como eché a todos vuestros hermanos, a toda la generación de Efraín.

Tú, pues, no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén?

Los hijos recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. ¿Me provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos mismos su propia confusión?

Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no se apagarán.

Como veis por vosotros mismos amados hermanos, aunque oremos por vosotros Dios no nos escuchara porque la ira de el señor esta encendida en contra de este pueblo así como lo estuvo con nuestros antepasados; y a menos que os arrepintáis de todas vuestras abominaciones e iniquidades la ira del Señor no se apagara sino que su espada caerá sobre nosotros como ha sido hasta entones se ha hecho. El poder de salvación esta en allegarnos nosotros a el por nuestra propia voluntad y elección para que el se allegue a nosotros y obre la justicia que prometió a nuestros padres. Pero si no lo hacemos seremos destruidos otra vez aun hasta que quede casi vacía la tierra. Dos grandes civilizaciones han sido exterminadas por completo en estas tierras por no haber escuchado la voz de los siervos del Señor. He allí ante vuestros propios ojos están las ruinas de vuestros antepasados y se encuentran como templos y ciudades desoladas. ¿Y no es esto así?

No os dejéis engañar más escuchado fabulas de científicos indoctos de que sois un pueblo sin identidad y una mezcla de muchas razas que vinieron a estas tierras por el estrecho de Bering desde el lejano oriente. Es el diablo que no quiere que despertéis como Francia una vez despertó iracunda a la vida y enviando a la muerte la cabeza del rey consagrado, la que alzaba soberbia a su lado el altar de la Diosa razón. Y vanamente el hombre hoy se pregunta: ¿Como fue que emergieron estos pueblos precolombinos y porque desaparecieron tan misteriosamente como se levantaron? Ya tenemos un registro sagrado que nos manifiesta como en verdad sucedieron estas cosas. Y es como el habla de los muertos que nos susurran como espíritu familiar desde el polvo. Ellos no quieren que nosotros suframos como ellos sufrieron; Si, aun la muerte hasta el exterminio casi total. Y el libro del que hablo se llama el libro de Mormón. Esta es la herencia que nos dejaron nuestros padres quienes así escribieron para nosotros:

Mas he aquí, os profetizo concerniente a los postreros días, los días en que el Señor Dios manifestará estas cosas a los hijos de los hombres. Después que mi posteridad y la posteridad de mis hermanos hayan degenerado en la incredulidad, y hayan sido heridos por los gentiles; sí, después que el Señor Dios haya acampado en contra de ellos por todos lados, y los haya sitiado con baluarte y levantado fuertes contra ellos; y después que hayan sido abatidos hasta el polvo, aun hasta dejar de existir, con todo esto, las palabras de los justos serán escritas, y las oraciones de los fieles serán oídas, y todos los que hayan degenerado en la incredulidad no serán olvidados; porque aquellos que serán destruidos les hablarán desde la tierra, y sus palabras susurrarán desde el polvo, y su voz será como uno que evoca a los espíritus; porque el Señor Dios le dará poder para que susurre concerniente a ellos, como si fuera desde la tierra; y su habla susurrará desde el polvo.

Porque así dice el Señor Dios: Escribirán las cosas que se harán entre ellos, y serán escritas y selladas en un libro; y aquellos que hayan degenerado en la incredulidad no las tendrán, porque procuran destruir las cosas de Dios. Por tanto, así como los que han sido destruidos fueron talados prestamente, y la multitud de sus fuertes será como el rastrojo que desaparece, sí, así dice el Señor Dios: Será en un instante, repentinamente. Y sucederá que los que hayan degenerado en la incredulidad serán heridos por mano de los gentiles.

Y los gentiles se ensalzan con la soberbia de sus ojos, y han tropezado a causa de lo grande de su tropezadero, y han establecido muchas iglesias; sin embargo, menosprecian el poder y los milagros de Dios, y se predican su propia sabiduría y su propia instrucción, para enriquecerse y moler la faz de los pobres.

Y se edifican muchas iglesias que causan envidias, y contiendas, y malicia. Y también existen combinaciones secretas, como en los tiempos antiguos, según las combinaciones del diablo, porque él es el fundador de todas estas cosas; sí, el fundador del asesinato y de las obras de tinieblas; sí, y los lleva del cuello con cordel de lino, hasta que los ata para siempre jamás con sus fuertes cuerdas.

Porque he aquí, amados hermanos míos, os digo que el Señor Dios no obra en la obscuridad. Él no hace nada a menos que sea para el beneficio del mundo; porque él ama al mundo, al grado de dar su propia vida para traer a todos los hombres a él. Por tanto, a nadie manda él que no participe de su salvación.

He aquí, ¿acaso exclama él a alguien, diciendo: Apártate de mí? He aquí, os digo que no; antes bien, dice: Venid a mí, vosotros, todos los extremos de la tierra, comprad leche y miel sin dinero y sin precio.

He aquí, ¿ha mandado él a alguno que salga de las sinagogas, o de las casas de adoración? He aquí, os digo que no. ¿Ha mandado él a alguien que no participe de su salvación? He aquí, os digo que no, sino que la ha dado gratuitamente para todos los hombres; y ha mandado a su pueblo que persuada a todos los hombres a que se arrepientan. He aquí, ¿ha mandado el Señor a alguien que no participe de su bondad? He aquí, os digo: No; sino que todo hombre tiene tanto privilegio como cualquier otro, y nadie es excluido.

Él manda que no haya supercherías; porque he aquí, son supercherías sacerdotales el que los hombres prediquen y se constituyan a sí mismos como una luz al mundo, con el fin de obtener lucro y alabanza del mundo; pero no buscan el bien de Sión.

He aquí, el Señor ha vedado esto; por tanto, el Señor Dios ha dado el mandamiento de que todos los hombres tengan caridad, y esta caridad es amor. Y a menos que tengan caridad, no son nada. Por tanto, si tuviesen caridad, no permitirían que pereciera el obrero en Sión. Mas el obrero en Sión trabajará para Sión; porque si trabaja por dinero, perecerá.

Y además, el Señor Dios ha mandado a los hombres no cometer homicidio; no mentir; no robar; no tomar el nombre del Señor su Dios en vano; no envidiar; no tener malicia; no contender unos con otros; no cometer fornicaciones; y no hacer ninguna de estas cosas; porque los que tal hagan, perecerán. Porque ninguna de estas iniquidades viene del Señor, porque él hace lo que es bueno entre los hijos de los hombres; y nada hace que no sea claro para los hijos de los hombres; y él invita a todos ellos a que vengan a él y participen de su bondad; y a nadie de los que a él vienen desecha, sean negros o blancos, esclavos o libres, varones o mujeres; y se acuerda de los paganos; y todos son iguales ante Dios, tanto los judíos como los gentiles.

(Libro de Mormón 2 Nefi 26:14 - 33)


Ahora bien mis amados hermanos, si nosotros existimos todavía es porque nadie es destruido en la ignorancia. Nuestros padres fueron los que exterminaron a uno de estos pueblos pero fue por las vanas tradiciones de sus padres que les instigaron el odio en contra de sus hermanos. Pero escrito esta que si los gentiles que hora nos gobiernan no se arrepienten después de habernos desposeído de nuestra herencia por la fuerza, si después de habernos dispersado, afligido por tanto tiempo entonces ellos también serán exterminados por nosotros hasta su entera destrucción que no les quedara ni raíz ni rama. Porque si el señor no perdono sino quemo con fuego a muchos de los de su propio pueblo escogido que era como una rama tierna para el, que podemos esperar entonces cuando el fuego sea enviado sobre la madera seca.

He aquí el señor me ha enviado a vosotros para volver vuestro corazón al de vuestros padres y para plantar el corazón de vuestros padres en vosotros no sea que el Señor en su venida asole toda la tierra con penosa maldición. Y poder así despertar en vosotros es estado de vuestra terrible situación. Para que os acordéis de todos los convenio que Dios hizo con nuestros padres de que nos recogería de nuestra prolongada y amarga dispersión. ¿Por qué no queréis recibirme? ¿Y porque no penetran mis palabras en vuestros corazones? Será porque os hablo de la verdad y os hago ver vuestras iniquidades y os hablo con el corazón en la mano. Porque a mi que laboro sin paga por vuestra salvación no me creéis.

Mas he aquí, si un hombre llegare entre vosotros y dijere: Haced esto, y no hay mal; haced aquello, y no padeceréis —sí, dirá: Andad según el orgullo de vuestros propios corazones; sí, id en pos del orgullo de vuestros ojos, y haced cuanto vuestro corazón desee—; y si un hombre viniere entre vosotros y dijere esto, lo recibiréis y diréis que es profeta.

Sí, lo engrandeceréis y le daréis de vuestros bienes; le daréis de vuestro oro y de vuestra plata, y lo cubriréis con vestidos suntuosos; y porque os habla palabras lisonjeras y dice que todo está bien, no halláis falta alguna en él.

¡Oh generación inicua y perversa; pueblo empedernido y duro de cerviz! ¿Cuánto tiempo suponéis que el Señor os va a tolerar? Sí, ¿hasta cuándo os dejaréis llevar por guías insensatos y ciegos? Sí, ¿hasta cuándo preferiréis las tinieblas a la luz? Sí, he aquí, la ira del Señor ya está encendida contra vosotros; he aquí, él ha maldecido la tierra por motivo de vuestra iniquidad.

Y he aquí, se acerca la hora en que maldecirá vuestras riquezas, de modo que se volverán deleznables, al grado que no las podréis conservar; y en los días de vuestra pobreza no las podréis retener. Y en los días de vuestra pobreza, clamaréis al Señor; y clamaréis en vano, porque vuestra desolación ya está sobre vosotros, y vuestra destrucción está asegurada; y entonces lloraréis y gemiréis en ese día, dice el Señor de los Ejércitos; y entonces os lamentaréis y diréis:

¡Oh, si me hubiese arrepentido, y no hubiese muerto a los profetas, ni los hubiese apedreado ni echado fuera! Sí, en ese día diréis: ¡Oh, si nos hubiésemos acordado del Señor nuestro Dios el día en que nos dio nuestras riquezas, y entonces no se habrían vuelto deleznables para que las perdiéramos; porque he aquí, nuestras riquezas han huido de nosotros! ¡He aquí, dejamos aquí una herramienta, y para la mañana ya no está; y he aquí, se nos despoja de nuestras espadas el día en que las hemos buscado para la batalla! Sí, hemos escondido nuestros tesoros, y se nos han escurrido por causa de la maldición de la tierra.

¡Oh, si nos hubiésemos arrepentido el día en que vino a nosotros la palabra del Señor! Porque he aquí, la tierra está maldita, y todas las cosas se han vuelto deleznables, y no podemos retenerlas. He aquí, nos rodean los demonios; sí, cercados estamos por los ángeles de aquel que ha tratado de destruir nuestras almas. He aquí, grandes son nuestras iniquidades. ¡Oh Señor!, ¿no puedes apartar tu ira de nosotros? Y éstas serán vuestras palabras en aquellos días.

Mas he aquí, vuestros días de probación ya pasaron; habéis demorado el día de vuestra salvación hasta que es eternamente tarde ya, y vuestra destrucción está asegurada; sí, porque todos los días de vuestra vida habéis procurado aquello que no podíais obtener, y habéis buscado la felicidad cometiendo iniquidades, lo cual es contrario a la naturaleza de esa justicia que existe en nuestro gran y Eterno Caudillo. ¡Oh habitantes del país, oh, si escuchaseis mis palabras! Y ruego que se aparte de vosotros la ira del Señor, y que os arrepintáis y seáis salvos.

(Libro de Mormón Helamán 13:27 - 39)

Mirad y ved, En nuestras manos esta el legado de construir una nación, una ciudad santa a nuestro Dios; si aun una nueva Jerusalén. Esto será así, pero es menester que primero despertamos de nuestra condición indómita y desechemos toda forma de pecado. Yo, Miguel ya desperté de ese terrible sueno, yo soy como las primicias ante vosotros en estos últimos días. Que es lo que vosotros estáis esperando? Despertad vosotros también y levantaos y ceñíos con toda la armadura del Señor. Poneos vuestras ropas hermosas y preparaos para la venida en del Señor nuestro Dios. Allegaos a mi y yo me allegare a vosotros dice el Señor de los ejércitos. Isaías profetizó mucho concerniente a esto pero a estado oculto en plena vista de los instruidos y los eruditos y ahora se nos manifiesta a nosotros que no tenemos tal instrucción. Porque así dijo el Señor:

Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del Señor.

Y él juzgará entre muchos pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque la boca del Señor de los ejércitos lo ha hablado. Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios, nosotros con todo andaremos en el nombre del Señor, nuestro Dios eternamente y para siempre.

Porque Israel será redimido del cautiverio o de la servidumbre del pecado y también serán recogidos de su amarga dispersión; y heredaran las ciudades desoladas de los gentiles después que estos hayan pecado contra el evangelio y se hayan apartado del Señor después de haberlos hecho la nación mas poderosa y bendecida de sobre toda la faz de tierra. Y como vosotros veis ante vuestros propios ojos. Las leyes de Dios son estimadas como nada y no hacen caso ninguno de ellos a los siervos del Señor. Cada cual anda en pos de su propio dios a manera o imagen del mundo; y se instruyen así mismos con la sabiduría del mundo y las filosofías de los hombres. Así dice el Señor, Este pueblo con sus labios me honran, mas su corazón esta lejos de mi. Enseñan como doctrinas mandamientos de hombres teniendo la apariencia de piedad mas negando la eficacia de ella. Nos dicen haced esto y haced lo otro y os ira bien, y si morimos no importa. Y si hemos pecado el Señor no azotara un poco pero al final TODOS seremos salvos en su reino. Pero cuando llega el tempo de la paga o nos sobreviene alguna tragedia estos falsos maestros y profetas a quines habéis elevado por encima de vuestras cabeza huyen de nosotros con nuestras riquezas. Hay de esta generación malvada porfiada no me explico como han de escapar de la condenación del infierno?

Por cuanto este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honra, mas su corazón ha alejado de mí, y su temor para conmigo les es inculcado por los preceptos de los hombres, procederé yo, por tanto, a ejecutar una obra maravillosa entre este pueblo; sí, una obra maravillosa y un prodigio; porque la sabiduría de sus sabios e instruidos perecerá, y el entendimiento de sus prudentes será escondido.

Y ¡ay de aquellos que procuran con afán esconder sus designios del Señor! Y sus obras se hacen en las tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve?, y ¿quién nos conoce? Y dicen también: Ciertamente tu obra de trastornar las cosas de arriba abajo será estimada como el barro del alfarero. Mas he aquí, dice el Señor de los Ejércitos, les mostraré que conozco todas sus obras. ¿Pues acaso dirá la obra del artífice: Él no me hizo?, o ¿dirá lo construido del constructor: No tenía inteligencia?

Pero he aquí, dice el Señor de los Ejércitos: Enseñaré a los hijos de los hombres que de aquí a muy poco tiempo el Líbano se convertirá en campo fértil; y el campo fértil será apreciado como un bosque. Y en aquel día los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán de en medio de la obscuridad y de las tinieblas. Y los mansos también aumentarán, y su gozo será en el Señor; y los pobres entre los hombres se regocijarán en el Santo de Israel.

Porque así como vive el Señor, verán que el violento es reducido a la nada, y es consumido el escarnecedor; y todos los que velan por la iniquidad son talados; y los que hacen ofensor al hombre por una palabra, y tienden trampa al que reprende a la puerta, y apartan al justo por una pequeñez. Por tanto, el Señor que redimió a Abraham así dice, respecto a la casa de Jacob: Ahora Jacob no se avergonzará, ni su rostro se pondrá pálido.

Mas cuando él vea a sus hijos, obra de mis manos, en su centro, santificarán ellos mi nombre y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel. Y también los que erraron en espíritu vendrán al conocimiento; y los que murmuraron aprenderán doctrina.

(Libro de Mormón 2 Nefi 27:25 - 35)
Por tanto al ver que los pastores de su rebaño se ha corrompido y solo se satisfacen a si mismos y no alimentan al pueblo del Señor, El señor mismo ejecutara su propia obra y pondrá nuevos pastores sobre su rebaño que los alimentaran y los sacaran de las tinieblas a la luz. Y así dice el Señor:

En aquel día, dice el Señor, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí; y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de Sion desde ahora y para siempre. Y tú, oh torre del rebaño, fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío primero, el reino de la hija de Jerusalén. Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto?
Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.

Pero ahora se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en Sion. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era.
Por tanto, levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas al Señor de toda la tierra.

Grandes son las promesas de Dios para con su pueblo y para que sepáis sin lugar a dudas que estas escrituras se refieren a vosotras os manifestare las escrituras de Jesucristo mismo que dejo dichas a nuestros padres cuando vino a América para ministrar a favor de ellos después de su ascensión en la tierra de Palestina.

Y sucedió que cuando todos le hubieron dado gloria, Jesús les dijo: He aquí, ahora cumplo el mandamiento que el Padre me ha dado concerniente a este pueblo, que es un resto de la casa de Israel.

Os acordaréis que os hablé y dije que cuando se cumpliesen las palabras de Isaías —he aquí, están escritas, las tenéis ante vosotros; por lo tanto, escudriñadlas— y en verdad, en verdad os digo que cuando se cumplan, entonces será el cumplimiento del convenio que el Padre ha hecho con su pueblo, oh casa de Israel.

Y entonces los restos, que estarán dispersados sobre la faz de la tierra, serán recogidos del este y del oeste, y del sur y del norte; y serán llevados al conocimiento del Señor su Dios, que los ha redimido.

Y el Padre me ha mandado que os dé esta tierra por herencia. Y os digo que si los gentiles no se arrepienten después de la bendición que reciban, después que hayan dispersado a mi pueblo, entonces vosotros, que sois un resto de la casa de Jacob, iréis entre ellos; y estaréis en medio de aquellos que serán muchos; y seréis entre ellos como un león entre los animales del bosque, y como cachorro de león entre las manadas de ovejas, el cual, si pasa por en medio, huella y despedaza, y nadie las puede librar.

Tu mano se levantará sobre tus adversarios, y todos tus enemigos serán talados. Y yo recogeré a mi pueblo como el hombre que junta sus gavillas en la era. Porque haré a mi pueblo, con el cual el Padre ha hecho convenio, sí, tu cuerno yo haré de hierro, y tus uñas de bronce. Y desmenuzarás a muchos pueblos; y consagraré al Señor sus riquezas, y sus bienes al Señor de toda la tierra. Y he aquí, yo soy quien lo hago.

Y sucederá, dice el Padre, que en aquel día la espada de mi justicia se cernerá sobre ellos; y a menos que se arrepientan caerá sobre ellos, dice el Padre, sí, sobre todas las naciones de los gentiles. Y acontecerá que estableceré a mi pueblo, oh casa de Israel.

Y he aquí, estableceré a este pueblo en esta tierra, para el cumplimiento del convenio que hice con Jacob, vuestro padre; y será una Nueva Jerusalén. Y los poderes del cielo estarán entre este pueblo; sí, yo mismo estaré en medio de vosotros.

He aquí, yo soy aquel de quien Moisés habló, diciendo: El Señor vuestro Dios os levantará a un profeta, de vuestros hermanos, semejante a mí; a él oiréis en todas las cosas que os dijere. Y sucederá que toda alma que no escuchare a ese profeta será desarraigada de entre el pueblo.

(Libro de Mormón 3 Nefi 20:10 - 23)

Ahora bien mis queridos hermanos, sabiendo estas cosas ¿no agarrareis animo y valentía moral? ¿No os sacudiréis el polvo y romperéis las cadenas de oscuridad que ahora os atan? Sabed que hoy día todas las Iglesias se han corrompido y la única manera de ser salvos es viniendo al Santo de Israel en su reino restaurado. Y si venís arrepentidos y con un corazón quebrantado y un espíritu contrito el Señor Dios dará una bendición que jamás pensáistes que recibirías para que podáis caminar fielmente en sus leyes y en sus estatutos.

Vosotros como yo hemos sido los mas viles de los pecadores y pese a nuestro conocimiento de Dios nunca hemos caminado en su rectas vías porque siempre hemos sido de naturaleza y pensamiento carnal. Hemos sido duros de cerviz con un cuello duro de doblar y con un corazón tan duro como si fuera de piedra. Pero el tiempo ha llegado y el señor a prometido y el no puede mentir que hará un nuevo pacto con nosotros. El nos quitara el corazón de piedra y nos dará un corazón humano. Y cuando el haya hechos esto y hayáis nacido de nuevo del espíritu, siendo nuevas criaturas entonces el Señor tocara nuestro corazón con su dedo y escribirá en el sus leyes para que podamos caminar fielmente en sus estatutos. En otras palabras el nos quitara no solo el pecado sino también la habilidad de pecar. No es esto una obra maravillosa y un prodigio?

Este es un Nuevo y Sempiterno Convenio; un pacto que no se puede invalidar ni por el que lo da ni por el que lo recibe. Y este convenio ya esta establecido en estos últimos días y también esta disponible para todos. Yo lo he recibido y si estáis dispuestos vosotros también podréis recibirlo o de lo contrario seres desechados para siempre de su predecía y nunca entrareis en el reino e los cielos. Este convenio siempre ha existido pero solo los profetas habían sido participes de el. Ahora todos nosotros podemos ser como ellos y conocer al Señor como ellos lo conocieron desde el más pequeño hasta el más grande de entre nosotros le conocerá. Allegaos a mi y yo me allegare a vosotros dice el Señor. Si nos allegamos a el, arrepentidos verdaderamente de todos nuestros pecados ofreciéndole como ofrenda en justicia un corazón quebrantado y un espíritu contrito. Esto es todo lo que le requiere de nosotros y que también perseveremos hasta el fin en el cumplimiento de sus mandamientos. Y ya no diréis más que los mandamientos de Dios son difíciles de cumplir porque escrito esta:

He aquí que vienen días, dice el Señor, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice El Señor.

Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a al Señor; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Señor; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Dios el Señor de los Ejércitos: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.

Y santificaré mi grande nombre, profanado entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de ellas; y sabrán las naciones que yo soy El Señor, dice el Señor Dios, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos. Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país.

Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.

Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo, y lo multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones.

Por amor de mi nombre lo haré dice el Señor. Así que venid allegaos a mi y yo me allegare a vosotros. Aceptad la invitación del señor quien siempre os ha querido recoger bajo sus alas como la gallina recoge a sus pollos y nosotros no hemos querido aun en la víspera de inminente destrucción. El Señor no desecha a nadie; Así que venid y comprad leche y miel sin dinero y sin precio. Porque queréis perecer gastando vuestro tiempo y vuestro dinero en lo que no satisface.

Por lo tanto, no gastéis dinero en lo que no tiene valor, ni vuestro trabajo en lo que no puede satisfacer. Escuchadme diligentemente, y recordad las palabras que he hablado; y venid al Santo de Israel y saciaos de lo que no perece ni se puede corromper, y deléitese vuestra alma en la plenitud.

He aquí, amados hermanos míos, recordad las palabras de vuestro Dios; orad a él continuamente durante el día, y dad gracias a su santo nombre en la noche. Alégrese vuestro corazón. Y considerad cuán grandes son los convenios del Señor, y cuán grandes sus condescendencias para con los hijos de los hombres; y a causa de su grandeza, y su gracia y misericordia, nos ha prometido que los de nuestra posteridad no serán completamente destruidos, según la carne, sino que los preservará; y en generaciones futuras llegarán a ser una rama justa de la casa de Israel.
(Libro de Mormón 2 Nefi 9:51 - 53)

Y además, de cierto os digo, mis amigos, os dejo estas palabras para que las meditéis en vuestro corazón, junto con este mandamiento que os doy, de llamarme mientras estoy cerca. Allegaos a mí, y yo me allegaré a vosotros; buscadme diligentemente, y me hallaréis; pedid, y recibiréis; llamad, y se os abrirá; cualquier cosa que le pidáis al Padre en mi nombre os será dada, si es para vuestro bien; y si pedís algo que no os conviene, se tornará para vuestra condenación.

He aquí, lo que oís es como la voz de uno que clama en el desierto —en el desierto, porque no lo podéis ver— mi voz, porque mi voz es Espíritu; mi Espíritu es verdad; la verdad perdura y no tiene fin; y si está en vosotros, abundará.

Y si vuestra mira está puesta únicamente en mi gloria, vuestro cuerpo entero será lleno de luz y no habrá tinieblas en vosotros; y el cuerpo lleno de luz comprende todas las cosas. Por tanto, santificaos para que vuestras mentes se enfoquen únicamente en Dios, y vendrán los días en que lo veréis, porque os descubrirá su faz; y será en su propio tiempo y a su propia manera, y de acuerdo con su propia voluntad.

(Doctrina y Convenios Sección 88:62 - 68)

Y ahora bien, mis amados hermanos, como Nefi, yo también quisiera hablaros más tocante a estas cosas y muchas cosas mas con las cuales el Señor Dios nos a bendecido y nos ha de bendecir. Ahora debo cesar de hablaros, pero mañana o algún otro día declararé el resto de mis palabras las cuales no son mías ni vienen de me sino de Jesucristo y tal como el ha dicho así se cumplirán. Os hablo la verdad como es, como ha sido y como ha de ser porque el espíritu da testimonio de la verdad de todas las cosas; y de toda estas palabras doy testimonio porque yo las e experimentado y las declaro par vuestra debida instrucción como alguien que tiene autoridad en el Santo y Sagrado nombre de Jesucristo, así sea, amen y amen.

YO SE QUE VIVE MI SENOR

http://www.youtube.com/watch?v=8TeJPO6tFmE

Muy atentamente para vosotros de un siervo fiel en las manos de Cristo.

Miguel Ángel Tinoco Rodríguez