Y además, de cierto, de cierto os digo, que cuando hayan terminado los mil años y los hombres de nuevo empiecen a negar a su Dios, entonces perdonaré la tierra solamente por un corto tiempo; y vendrá el fin, y el cielo y la tierra serán consumidos y pasarán, y habrá un cielo nuevo y una tierra nueva.
Porque todas las cosas viejas pasarán, y todo será hecho nuevo, el cielo y la tierra, y toda la plenitud de ellos, tanto hombres como bestias, las aves del aire, y los peces del mar; y ni un cabello ni una mota se perderán, porque es la obra de mis manos. Mas he aquí, de cierto os digo que antes que pase la tierra, Miguel, mi arcángel, tocará su trompeta, y entonces todos los muertos despertarán, porque se abrirán sus sepulcros y saldrán, sí, todos; y serán reunidos los justos a mi derecha para vida eterna; y a los malvados, a mi izquierda, me avergonzaré reconocerlos ante mi Padre.
(Doctrina y Convenios Sección 29:22 - 27)
En una ocasión, no hace muchos días, por estos tiempos, por decirle a mis hermanos que se habían apartado de los mandamientos de Dios y que yo había escuchado la voz de Dios y oído y visto muchas otras cosas mas, llegaron tres hombres a mi casa y por ellos fui llevado cautivo en contra de mi voluntad en una limosina con luces arriba hasta una unidad psiquiatrica. El conductor de ese particular carruaje en el que yo iba, estaba muy bien armado así que sabía que estaba seguro. Más sin embargo me sentía mudo como cordero llevado al matadero. Cuando llegue al hospital, me cuestionaron y no negué ni me retracte lo que había dicho así que mas rápido que inmediatamente me admitieron. Era como la media noche, el lugar era frió y podía presentir a flor de piel las influencias nocivas espirituales en todo mi derredor. Más que miedo sentí, frió, mucha tristeza y una amplificación de todas mis percepciones.
Al amanecer me di cuenta, al observar, que había muchas personas con severos problemas emocionales, mentales y de actitudes aberrantes y antisociales entre ellos dos hermanos de la iglesia que yo no conocía. Como no tenia nada que hacer ore mucho para pedir guía celestial, más que todo a suplicar, mientras esperaba que me soltaran, sin saber que El Señor siempre estuvo conmigo. Al percatarme de su presencia le dije que durante mi alojamiento forzado en esa fiesta a la que yo no quería ir, ya estando allí, yo deseaba ayudar a esas personas, pero que yo no sabia como hacerlo porque no sabia lo que sentían. El Espíritu del Señor me dijo, tócalos.
Así que, encontrándome espiritualmente puro, paseándome por aquí y por allí, porque estuve seis días encerrado, discretamente los tocaba con mi dedo y o me rozaba con ellos al caminar. Al hacerlo pienso que absorbí muchos de sus padecimientos y o espíritus malignos, porque jamás me había sentido tan miserable y tenido sueños tan terribles; ni luchas satánicas tan devoradoras como en esos días. Para hacer la historia corta, muchos de ellos, los que estaban enfermos, salieron de allí primero que yo. Y aunque nunca me deje que me dieran medicinas, ni tratar sino solo observar, a mime diagnosticaron con un sin numero de problemas y deficiencias de indolencias psicosomáticas severas. Para el sexto día yo estaba pidiendo que me soltaran, o verían una manifestación conflágrante del poder de Dios. Pero no lo hicieron, así que el día siguiente, a principios de ese año, hubo fuego, vapor de humo, y setenta carros chocaron en una pared de humo y cuatro personas fallecieron para conmemorar mi liberación.
Y él saldrá, sufriendo dolores, aflicciones y tentaciones de todas clases; y esto para que se cumpla la palabra que dice: Tomará sobre sí los dolores y las enfermedades de su pueblo. Y tomará sobre sí la muerte, para soltar las ligaduras de la muerte que sujetan a su pueblo; y sus enfermedades tomará él sobre sí, para que sus entrañas sean llenas de misericordia, según la carne, a fin de que según la carne sepa cómo socorrer a los de su pueblo, de acuerdo con las enfermedades de ellos.
Ahora bien, el Espíritu sabe todas las cosas; sin embargo, el Hijo de Dios padece según la carne, a fin de tomar sobre sí los pecados de su pueblo, para borrar sus transgresiones según el poder de su redención; y he aquí, éste es el testimonio que hay en mí. Ahora os digo que debéis arrepentiros y nacer de nuevo; pues el Espíritu dice que si no nacéis otra vez, no podéis heredar el reino de los cielos. Venid, pues, y sed bautizados para arrepentimiento, a fin de que seáis lavados de vuestros pecados, para que tengáis fe en el Cordero de Dios, que quita los pecados del mundo, que es poderoso para salvar y para limpiar de toda iniquidad.
Sí, os digo, venid y no temáis, y desechad todo pecado, pecado que fácilmente os envuelve, que os liga hasta la destrucción; sí, venid y adelantaos, y manifestad a vuestro Dios que estáis dispuestos a arrepentiros de vuestros pecados y a concertar un convenio con él de guardar sus mandamientos, y testificádselo hoy, yendo a las aguas del bautismo. Y el que hiciere esto y guardare los mandamientos de Dios de allí en adelante, se acordará que le digo, sí, se acordará que le he dicho, según el testimonio del Santo Espíritu que testifica en mí, que tendrá la vida eterna.
(Libro de Mormón Alma 7:11 - 16)
Pero lo curioso de todo esto antes de salir, fue un individuo que había tenido un gran accidente y tenia problemas severos con la memoria. Tenia una herida de muerte tanto en su abdomen y tórax como en su cara a causa del accidente y las operaciones a las que le sometieron para salvarle la vida. No habían pasado unos minutos después de estar conversando cuando olvidaba todo lo que le había dicho y/o habíamos conversado. Y hasta mi nombre olvidaba pese a las veces que se lo repetía.
El no era un hombre instruido, mas sin embargo, tenia una mente casi perfecta mientras conversábamos como si hubiera sido un gran erudito en el conocimiento del lenguaje Ingles. El razonaba potentemente como una computadora y su lenguaje era excesivamente rico en palabras. Y lo curioso era que cuando se refería a si mismo, no lo hacia en primera persona, sino como en tercera persona o como que fueran un objeto. Por ejemplo cuando no captaba algo de lo que yo le hablaba el decía, self o mismo no comprende en lugar de decir Yo o mi mente no comprende. Para entonces yo no había sospechado que el estaba como muerto y que otra entidad superior a su persona era la que lo animaba.
Al hablarle del evangelio en mi pobrecito y sencillo lenguaje, el entendió los principios salvadores con tal claridad como nadie jamás se los había comunicado. Era como si viera imágenes en mis palabras. Pero tenía un gran defecto su mente o lenguaje. El requería pruebas visibles o constantes y sonantes de la fe. Y me tentó sutilmente a utilizar el poder de Dios en base a una conversación que tuvimos. Y al haber hecho eso, recordé las tentaciones que tuvo Jesús con el diablo y aquellos de su pueblo que querían que utilizara su poder para librarlos de la opresión. Y me di cuenta que el espíritu que el tenia adentro era el de lucifer y me aparte de el sin decir una palabra. Ore al Señor y supe que ese hombre inicuo quería que el mundo se partiera en dos en base a mi palabra. La impresión que tuve fue sobre la gran batalla que Luchara Miguel y sus Ángeles contra lucifer y sus ángeles cuando sea desatado después de que el milenio termine.
En base a eso, El Salvador me manifestó que a finales o durante el milenio, el lenguaje, fe y pensamiento de la gente será muy pero muy poderoso, semejante al de Jesucristo. Que por medio de la fe tan grande que habrá, dirán a esta monte muévete y se moverá. Y que en vista de tan grande poder y conocimiento, empezaran, pese a tanta luz, a envanecerse en su orgullo, con su propia sabiduría y poder, al grado de igualarse o desestimar al Señor Jesucristo que los hizo grandes. Será una batalla semejante a la que tuvimos en el cielo porque se creerán sus propios agentes con todo conocimiento y poder que porque ya sabrán la ciencia de las leyes de la eternidad; y supondrán que saben por si mismos. Y que por lo tanto, ya no prescinden de la guía de Dios, no dándole crédito a el por lo benigno, misericordioso y longánima que el ha sido para con nosotros y ellos. Y así se los llevara cautivos Satanás como con cordel de seda con toda clase de lisonjas. Y esto por querer traspasar lo señalado, buscando aquello que esta prohibido; y por creer que ya han alcanzado la divina perfección intelectual. Mas en su corazón habrá ausencia del verdadero Dios.
Es por eso que todo lo que yo hago, lo hago en el nombre de Jesucristo, porque sin el y fuera de el yo no soy nada ni nadie. Es por eso que tampoco les enseño a mis hijos a jamás tratar de ser mejor que sus padres, sino tanto como El padre, el hijo y yo, su padre, porque ellos y yo somos uno. Por eso yo, Miguel Ángel, se sin lugar a dudas, y ni me ofusco ni me afano, de que nunca seré rey, porque mi padre es Rey, y el vive eternamente,; y jamás podré ser ni quiero o deseo ser mejor que el. Tampoco le pido toda la sabiduría para ser como Salomón, ni riquezas, sino que El Dios que me mantiene, me de mi pan y mi porción de cada día que me corresponde si es su voluntad. Siempre labrando mi salvación con temor y temblor delante de el. Y aun así, sus bendiciones no han cesado de lloverme.
Y como Abraham dijo yo también digo, Si Dios es mi rey, que bueno es ser por siempre el primer hombre o un príncipe de paz y de rectitud en sus manos. A esto yo aspiro. Y así me uno al unísono de mis padres porque tengo muchos.
y hallando que había mayor felicidad, paz y reposo para mí, busqué las bendiciones de los padres, y el derecho al cual yo debía ser ordenado, a fin de administrarlas; habiendo sido yo mismo seguidor de la rectitud, deseando también ser el poseedor de gran conocimiento, y ser un seguidor más fiel de la rectitud, y lograr un conocimiento mayor, y ser padre de muchas naciones, un príncipe de paz, y anhelando recibir instrucciones y guardar los mandamientos de Dios, llegué a ser un heredero legítimo, un Sumo Sacerdote, poseedor del derecho que pertenecía a los patriarcas.
Me fue conferido de los padres; descendió de los padres, desde que comenzó el tiempo, sí, aun desde el principio, o sea, antes de la fundación de la tierra hasta el tiempo presente, a saber, el derecho del primogénito, o sea, del primer hombre, el cual es Adán, nuestro primer padre, y por conducto de los padres hasta mí. Busqué mi nombramiento en el sacerdocio conforme al nombramiento de Dios a los padres en lo que atañe a la descendencia. Habiéndose apartado mis padres de su rectitud y de los santos mandamientos que el Señor su Dios les había dado, y habiéndose entregado a la adoración de los ídolos de los paganos, se negaron por completo a escuchar mi voz;
(Perla de Gran PrecioAbraham 1:2 - 5)
Y después que el Señor hubo cesado de hablarme, y retiró su faz de mí, dije en mi corazón: Tu siervo te buscó diligentemente; ahora te he hallado; enviaste a tu ángel para librarme de los dioses de Elkénah, y bien haré si escucho tu voz; permite, pues, que tu siervo se levante y vaya en paz.
(Perla de Gran Precio Abraham 2:12 - 13)
Y entonces el primer ángel hará sonar de nuevo su trompeta en los oídos de todos los vivientes, y revelará los hechos secretos de los hombres y las prodigiosas obras de Dios durante el primer milenio. Y entonces el segundo ángel tocará su trompeta y revelará las obras secretas de los hombres, y los pensamientos e intenciones de su corazón, y las prodigiosas obras de Dios durante el segundo milenio.
Y así, hasta que el séptimo ángel toque su trompeta; y estará de pie sobre la tierra y sobre el mar, y jurará en el nombre del que se sienta sobre el trono, que el tiempo dejará de ser; y Satanás será atado, aquella serpiente antigua que es llamada el diablo, y no será desatado por espacio de mil años. Y entonces quedará suelto por una corta temporada, para reunir a sus ejércitos. Y Miguel, el séptimo ángel, el arcángel, reunirá a sus ejércitos, sí, las huestes del cielo. Y el diablo reunirá a sus ejércitos, las huestes del infierno, e irá a la batalla contra Miguel y sus ejércitos. Y entonces viene la batalla del gran Dios; y el diablo y sus ejércitos serán arrojados a su propio lugar, para que nunca más tengan poder sobre los santos.
Porque Miguel peleará sus batallas, y vencerá al que ambiciona el trono de aquel que sobre él se sienta, sí, el Cordero.
(Doctrina y Convenios Sección 88:108 - 115)
Es solo mi sentir y mi testimonio que hago manifiesto sobre la batalla del Gran Dios para la honra y la gloria de Dios, el padre, en el Nombre de su hijo Jesucristo, y rey de lo Ángeles, amen.
Atentamente, un indigno siervo en las manos de Cristo,
Gazelem Ixmiquilipan
Escriba
Miguel Ángel Tinoco Rodríguez
1 comment:
Pues si quisiera gloriarme, no sería insensato, porque diría la verdad. Pero no lo hago, para que nadie piense de mí más de lo que en mí ve, u oye de mí. Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera. Con respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor que lo quite de mí. Y me ha dicho: Te basta mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad.
Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por causa de Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
(2 Corintios 12:6-10)
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