Sión, 24 de Noviembre del 2008
Querido Amigo
Este día me desperté engalanado pensando en mi Dios y también en usted, en como podría servirle a Dios y a usted incondicionalmente. Y el señor trajo de mi corazón a mi mente una escritura que dice que cuando nosotros estamos al servicio de nuestros semejantes, solo nos encontramos en el servicio de nuestro Dios. Y también vino a mi mente otra escritura que dice que la caridad es el amor puro de Cristo y que sin la cual no somos nada. Entonces supongo que dar a mi semejante amor es la mejor manera de reflejar el servicio de mi llamamiento a servir así como dar el amor puro de Cristo; y yo quiero compartir con usted lo que El me dio.
Dios me dio a mí un instrumento que me acerco más a su presencia que cualquier otro instrumento existente sobre la faz de la tierra. Ese instrumento es EL libro de Mormon. De los muchos tesoros que mi padre celestial me ha dado este libro es uno de los más precisos y preciosos en el mundo. Es como una perla de gran precio, o como una obra maravillosa y un prodigio. Este libro existe; y lo tenemos; y le es obsequiado a usted por el Poder de Dios y no del hombre.
Querido Amigo
Este día me desperté engalanado pensando en mi Dios y también en usted, en como podría servirle a Dios y a usted incondicionalmente. Y el señor trajo de mi corazón a mi mente una escritura que dice que cuando nosotros estamos al servicio de nuestros semejantes, solo nos encontramos en el servicio de nuestro Dios. Y también vino a mi mente otra escritura que dice que la caridad es el amor puro de Cristo y que sin la cual no somos nada. Entonces supongo que dar a mi semejante amor es la mejor manera de reflejar el servicio de mi llamamiento a servir así como dar el amor puro de Cristo; y yo quiero compartir con usted lo que El me dio.
Dios me dio a mí un instrumento que me acerco más a su presencia que cualquier otro instrumento existente sobre la faz de la tierra. Ese instrumento es EL libro de Mormon. De los muchos tesoros que mi padre celestial me ha dado este libro es uno de los más precisos y preciosos en el mundo. Es como una perla de gran precio, o como una obra maravillosa y un prodigio. Este libro existe; y lo tenemos; y le es obsequiado a usted por el Poder de Dios y no del hombre.
En este libro encontré los preceptos santos de vida eterna, la fuente de la felicidad, la identidad de que soy un hijo de Dios y que el mundo me había robado. Encontré el honor y el respeto a mis semejantes; los convenios de Dios para con nuestros padres y el linaje de mi singular progenie. Este libro es la voz que habla desde el polvo de de quienes los profetas testificaron que habría de salir de la tierra; Si, la voz de nuestros padres terrenales que una vez vivieron en este continente y de quienes usted y yo somos un resto.
El Libro de Mormon es tanto mió como suyo. Sírvase de la luz y la verdad que en el se manifiesta porque testifico que es otro testamento de Jesucristo como los son El Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia. Sírvase de los convenios las promesas que Dios hizo con nuestros padres para con nosotros y para con todos aquellos que vengan a Jesucristo si es que se arrepienten y guardamos sus mandamientos hasta el fin. Sírvase de las amonestaciones que podrían salvarnos la vida de los peligros del mundo y de las dos muertes que nos impiden regresar sin culpa, mancha o inmundicia a la presencia de nuestro Dios. Sírvase de la fe y esperanza de un mejor día que ha de venir; de una herencia majestuosa; de la suprema justicia que ha de prevalecer, de una mejor resurrección; y de las misericordias y las riquezas de una eternidad en la presencia de Dios.
Por el poder y la voluntad de Dios, nuestros padres escribieron estas escrituras expresamente para nosotros. Para que viviéramos tan felices como ellos vivieron cuando se esforzaron por servir a su Dios. O para que nos percatáramos de la destrucción desoladora y el exterminio casi total que les sobrevino cuando se dejaron de esforzar por su Dios y se entregaron a las falsas tradiciones de sus padres, a la idolatría y a los afanes de este mundo. Ellos vieron nuestro día y peregrinaron y sufrieron muchos padecimientos para que nosotros no tuviéramos que sufrir como ellos sufrieron si tan solo nos guiáramos por los preceptos de las sagradas escrituras que dios les inspiro a escribir.
Regocijaos porque Dios vive y por fin se ha acordado de su pueblo escogido, oh casa de Israel. Regocijaos porque tenemos buenas nuevas de salvación para todos porque Dios ha restaurado su reino sobre la faz de la tierra con apóstoles y profetas y con todos los poderes y los dones divinos como en la antigüedad. Y su brazo esta extendido todavía antes de que caiga sobre todas las naciones de este mundo perverso y sobre esta generación porfiada. Ya estamos viendo ojo a ojo como Dios desnuda su potente brazo ante todas las naciones. Porque el tiempo de la cosecha ha llegado; y tenemos todas las herramientas y bendiciones necesarias para ayudarle a usted y a su familia ya sean vivos o hayan muerto a regresar en vida como familia a la presencia de Dios. Y el Espíritu Santo esta disponible para todos.
Y porque el tiempo se ha acortado, el día de nuestra visitación ha llegado y el día grande y terrible del señor se apresura, le invitamos a investigar esta cosa extraña que ha ocurrido. Si, que el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob se ha manifestado en su gloria al hombre en tiempos modernos. Y que nos ha dado su poder para atraer almas a el aun hasta su presencia. Y que Ángeles enviados de lo alto andan buscando las ovejas del buen pastor de todos los extremos de la tierra. Y tenemos un rebaño y un pastor. Y el rebaño se llama La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días; y nuestro pastor es el Dios, El Padre Eterno de los cielos y de toda la tierra; si, aun Jesucristo. Esta vida es el tiempo para prepararse para compadecer ante Dios. No demoremos el día de nuestro arrepentimiento hasta el fin; ni esperemos que los grandes juicios que se avecinan tanto para vivos como par a muertos nos obliguen a buscar a Dios en un día oscuro cuando ya no le podamos encontrar ni agradar.
Esta es mi humilde invitación y mi firme exhortación. Y es por amor a vosotros y a vuestros hijos es que lo hago; y es porque me aflige que alguna alma se pierda en senderos extraños. Y muchos se pierden o se extravían simplemente porque no saben donde encontrar la verdad. Porque es mejor conocer a Dios que simplemente saber de el. Y porque la vida eterna en la presencia de Dios es algo más que simplemente vivir para siempre en algún otro lugar. Y para alcanzar la vida eterna hay que cumplir ciertos requisitos esenciales e indispensables que nadie más que nosotros podemos legal y legítimamente administrar. Y si Jesús siendo Santo y que nunca peco tuvo que venir a nosotros y tuvo que bautizarse por un administrador legal del reino de los cielos para cumplir con toda justicia; para expiar nuestros pecados y para poder regresar a su trono divino; cuanto mas necesitamos nosotros seguir su ejemplo viniendo al reino de Dios para obtener estas bendiciones y regresar a nuestra morada celestial.
Y este mandamiento nos dio nuestro Dios a nosotros desde aquí desde el principio del mundo y salio como un firme decreto que perduraría inmutable hasta el fin de los tiempos. Y también desde aquí nos lo recordó en el meridiano de los tiempos cuando vino a visitar a nuestros padres después de su resurrección y ascensión en Palestina; porque Jesucristo vino a este continente americano que en su propio y debido tiempo se conocerá solamente como Sión. Porque aquí se construirá la Nueva Jerusalén, la morada eterna de nuestro Dios. Y desde aquí mismo también se os da a conocer en estos últimos días las mismas palabras salvadoras del Dios omnipotente que es el mismo ayer, hoy y para siempre; Y este es el inalterable mandamiento que esta escrito en el Libro de Mormón:
“Arrepentíos todos vosotros extremos de la tierra, y venid a mi y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día podrías encontraros ante mi sin mancha.”(3 NEFI 27:20)
Por el poder y la voluntad de Dios, nuestros padres escribieron estas escrituras expresamente para nosotros. Para que viviéramos tan felices como ellos vivieron cuando se esforzaron por servir a su Dios. O para que nos percatáramos de la destrucción desoladora y el exterminio casi total que les sobrevino cuando se dejaron de esforzar por su Dios y se entregaron a las falsas tradiciones de sus padres, a la idolatría y a los afanes de este mundo. Ellos vieron nuestro día y peregrinaron y sufrieron muchos padecimientos para que nosotros no tuviéramos que sufrir como ellos sufrieron si tan solo nos guiáramos por los preceptos de las sagradas escrituras que dios les inspiro a escribir.
Regocijaos porque Dios vive y por fin se ha acordado de su pueblo escogido, oh casa de Israel. Regocijaos porque tenemos buenas nuevas de salvación para todos porque Dios ha restaurado su reino sobre la faz de la tierra con apóstoles y profetas y con todos los poderes y los dones divinos como en la antigüedad. Y su brazo esta extendido todavía antes de que caiga sobre todas las naciones de este mundo perverso y sobre esta generación porfiada. Ya estamos viendo ojo a ojo como Dios desnuda su potente brazo ante todas las naciones. Porque el tiempo de la cosecha ha llegado; y tenemos todas las herramientas y bendiciones necesarias para ayudarle a usted y a su familia ya sean vivos o hayan muerto a regresar en vida como familia a la presencia de Dios. Y el Espíritu Santo esta disponible para todos.
Y porque el tiempo se ha acortado, el día de nuestra visitación ha llegado y el día grande y terrible del señor se apresura, le invitamos a investigar esta cosa extraña que ha ocurrido. Si, que el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob se ha manifestado en su gloria al hombre en tiempos modernos. Y que nos ha dado su poder para atraer almas a el aun hasta su presencia. Y que Ángeles enviados de lo alto andan buscando las ovejas del buen pastor de todos los extremos de la tierra. Y tenemos un rebaño y un pastor. Y el rebaño se llama La Iglesia de Jesucristo de Los Santos de los Últimos Días; y nuestro pastor es el Dios, El Padre Eterno de los cielos y de toda la tierra; si, aun Jesucristo. Esta vida es el tiempo para prepararse para compadecer ante Dios. No demoremos el día de nuestro arrepentimiento hasta el fin; ni esperemos que los grandes juicios que se avecinan tanto para vivos como par a muertos nos obliguen a buscar a Dios en un día oscuro cuando ya no le podamos encontrar ni agradar.
Esta es mi humilde invitación y mi firme exhortación. Y es por amor a vosotros y a vuestros hijos es que lo hago; y es porque me aflige que alguna alma se pierda en senderos extraños. Y muchos se pierden o se extravían simplemente porque no saben donde encontrar la verdad. Porque es mejor conocer a Dios que simplemente saber de el. Y porque la vida eterna en la presencia de Dios es algo más que simplemente vivir para siempre en algún otro lugar. Y para alcanzar la vida eterna hay que cumplir ciertos requisitos esenciales e indispensables que nadie más que nosotros podemos legal y legítimamente administrar. Y si Jesús siendo Santo y que nunca peco tuvo que venir a nosotros y tuvo que bautizarse por un administrador legal del reino de los cielos para cumplir con toda justicia; para expiar nuestros pecados y para poder regresar a su trono divino; cuanto mas necesitamos nosotros seguir su ejemplo viniendo al reino de Dios para obtener estas bendiciones y regresar a nuestra morada celestial.
Y este mandamiento nos dio nuestro Dios a nosotros desde aquí desde el principio del mundo y salio como un firme decreto que perduraría inmutable hasta el fin de los tiempos. Y también desde aquí nos lo recordó en el meridiano de los tiempos cuando vino a visitar a nuestros padres después de su resurrección y ascensión en Palestina; porque Jesucristo vino a este continente americano que en su propio y debido tiempo se conocerá solamente como Sión. Porque aquí se construirá la Nueva Jerusalén, la morada eterna de nuestro Dios. Y desde aquí mismo también se os da a conocer en estos últimos días las mismas palabras salvadoras del Dios omnipotente que es el mismo ayer, hoy y para siempre; Y este es el inalterable mandamiento que esta escrito en el Libro de Mormón:
“Arrepentíos todos vosotros extremos de la tierra, y venid a mi y sed bautizados en mi nombre, para que seáis santificados por la recepción del Espíritu Santo, a fin de que en el postrer día podrías encontraros ante mi sin mancha.”(3 NEFI 27:20)
Escudriñad estas nuevas escrituras y mandamientos, y si las observáis y sois fieles tendréis mi espíritu y más de mis palabras. Y de cierto, de cierto os digo que el que no escuche mis palabras de mis siervos que yo le he enviado desde el principio hasta el fin de los tiempos; si, y al que no es fiel a mis principios y se deja llevar por la sabiduría del mundo y por los preceptos de los hombres será desarraigado de mi presencia y aun lo que tuviere le será quitado.
Como podéis ver ante vuestros propios ojos; este Jesucristo, El es la raíz y el tronco de Isaí de quien saldría un vástajo y de quien los profetas testificaron que habría de venir, un Juez Justo a quien mis padres rechazaron, El es un Dios de milagros. Estas palabras no son mías ni vienen de mí, sino de Jesucristo; y como uno que tiene autoridad en su santo nombre os las doy a conocer para vuestro eterno provecho y salvación. Amen.
Miguel Ángel Tinoco Rodriguez
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